Capítulo 25 | Musa

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Sí me leo los comentarios, ¡Feliz cumpleaños a Glopcan ! espero que te lo hayas pasado bonito, gracias por leer, comentar y estar aquí. Espero que disfrutes el capítulo de hoy! 

MUSA

🍀✧————✧ BECKY ✧————✧🍀

Estoy concentrada en terminar mi tarea de cálculo cuando alguien toca a mi puerta. Gruño frustrada porque no termino de entender el problema y odio distraerme cuando no he terminado mis deberes.

Camino a la puerta solo para encontrarme a Freen con expresión abatida detrás de ella cuando abro.

—Freen...

—Lo siento si te molesto —dice con la mirada gacha—. Pero no me has mensajeado, ni respondido mis llamadas, no pensé que estuvieras tan enojada conmigo.

Su voz suena tan herida que me siento fatal recordando nuestra discusión, simplemente no se siente bien estar enojada con ella. Y también me siento culpable porque, aunque estaba molesta, mi ausencia no se debió totalmente a eso.

—Pasa —termino de abrir la puerta y dejo que entre.

—No quiero que estés molesta conmigo —dice Freen a punto de llorar.

Yo suspiro sintiéndome mal y me acerco a ella para abrazarla. No he pensado mucho en lo que pasó, aun me siento insegura y quiero que me explique, pero tampoco puedo estar mal con ella por mucho tiempo.

Deja que la rodee y termina llorando en mi hombro.

—Lo siento.

—Freen —la llamo, pero ella se mantiene escondida en mi hombro—. Freen.

—Me equivoqué, he besado a otras chicas, antes de conocerte y también después —me dice con cautela temerosa de mi reacción—. Tu no parecías querer darme una oportunidad, muchas veces me deprimía pensando en eso, te veía como algo imposible, en los peores días solo quería olvidarte, así que... aceptaba salir con otras chicas. Realmente no pensé que importara ya.

Mi pecho se hunde al oírla, porque me recuerda lo horrible que fui antes y que no tengo derecho a molestarme por nada de lo que haya hecho en ese lapso, menos cuando yo la orillaba a alejarse. Es tonto que me indigne ahora.

Pero aun así me siento extraña. Pensar en que pueda empujarla a eso nuevamente, que ella se aburra de mí, que extrañe toda esa atención que recibía y sigue recibiendo.

Ella parece nerviosa por mi silencio así que sigue hablando.

—Eres mi novia, no voy a irrespetarte —me toma de las manos—. No importa lo que la gente diga, lo que las chicas digan o cuánto se me acerquen, tampoco importa lo que hice antes, porque eres la única que siempre quise, y ahora todavía me siento en un sueño cuando te veo y me doy cuenta de que también me quieres.

—Ya no quiero que llores —limpio sus ojos y le sonrió—. También me siento así, quizá por eso exagero y me duele pensar que no sea suficiente.

—Lo eres —me dice levantando mi rostro—. Yo te... te he amado por mucho tiempo, no importa lo que intentara para convencerme de lo contrario.

Me quedo callada de nuevo, porque ha dicho que me ama, y es la primera vez que lo escucho y que la palabra me golpea con todo el poder de su significado.

La veo a los ojos sorprendida por su declaración, está siendo sincera, tanto que me sonríe y no parece esperar una respuesta a cambio.

—He tenido novias antes, pero nunca fueron relaciones tan serias como la que quiero tener contigo —continúa suspirando en el camino—. Todavía debo aprender, pero te prometo que aprenderé, que te daré tu lugar y marcaré limites con todos. Sólo perdóname.

Una gota de agua en una hoja de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora