Capítulo 13

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¿Has perdido algo que no recuperaste?, ¿has amado, pero aún no has aprendido?, ya no hay fuego, pero sigue quemando.

The script - flares

Con un grito, la trigueña le hizo saber a su amiga que ya estaba en posición de recibir el arma

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Con un grito, la trigueña le hizo saber a su amiga que ya estaba en posición de recibir el arma. Sol se agachó y le proporcionó la pistola a la contraria, para que la cubriera mientras ella salía del vehículo.

De pronto, el sonido de balas a su costado desvió su atención. Dante y Xoel se encontraban debajo del auto, cubriéndose con él, para disparar contra sus atacantes. El rubio, sin perder mucho el tiempo, fue el primero en cruzar hacia el auto detenido de las chicas, mientras su amigo lo cubría.

Ellos las estaban apoyando.

Sol, cerró la puerta de un tirón y se agachó para poder protegerse de la lluvia de disparos descontrolada, que al parecer cada vez se hacía más rápida.

El ruido era insoportable, la rubia cerró sus ojos; ya estaba cansada, por lo que llevó sus manos hacia sus oídos, para disminuir un poco la bulla de las balas impactando contra los autos.

Cuando la calidez de una mano tocó su piel, Sol abrió sus ojos y giró su rostro. Sus ojos se toparon con los azules verdosos acuarela de Xoel, su mirada... lo decía todo. El chico estaba preocupado por ella.

La forma en cómo se estremeció su corazón al ver a Xoel, no mentía. La rubia, se encontraba sin armas para defenderse y ella en el fondo, sabía que a solas con Dhamar, no lo lograrían.

—¡Yo te cubriré en todo momento!, no tengas miedo...

A sus palabras Sol asintió, ella si confiaba en él.

Xoel, al ver que aceptaba, entrelazó sus dedos con los de la chica y la guío hasta la parte trasera del auto. Una vez que se encontraban en el borde, se puso de pie y comenzó a disparar para que la pequeña rubia pudiera cruzar y así subirse al auto de los chicos.

Dante se encontraba en el límite de ambas camionetas, cubriendo a Xoel para que su amigo subiera al auto junto a Sol.

—¡Dhamar, debes venir con nosotros! —gritó el líder del clan.

—¡Ni loca vuelvo con ustedes! —espetó la trigueña, sin dejar de disparar.

—¿Cuál es tu problema?... ¡no te das cuenta de que te pueden matar si te quedas aquí sola!

¿Es en serio?... ¿de verdad este idiota me pregunta eso?; Dhamar le dio una mirada fulminante y luego se agachó a recargar el arma, con algunas balas que encontró en la guantera.

Ofuscado por la reacción de la trigueña, Dante suspiró irritado. Esta chica me va a volver loco.

—¡Vete Dante!, ¡yo puedo sola!, ¡es más, por mí puedes largarte por donde mismo viniste!

Contumaz - [El clan perdido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora