Capítulo 4

50 8 79
                                    

Dhamar llevaba pocos minutos saliendo del efecto ocasionado por aquel dardo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dhamar llevaba pocos minutos saliendo del efecto ocasionado por aquel dardo. Al despertar, notó que se encontraba recostada en la tierra, de a poco comenzó a observar el lugar donde se hallaba. Aún con efectos de mareos, se enderezó con cuidado; tratando de no hacer ningún ruido. Las paredes rotas, estructuras sin ventanas y el piso lleno de tierra ayudaron que la chica, a pesar de la oscuridad de la noche, no se demorara mucho en identificar dónde la dejaron. Veo que aún sigo en el oasis. De alguna manera esto es bueno, puedo idear un plan de huida al conocer el terreno, pensó.

Segundos después se levantó con cuidado y se percató de un ruido que venía desde la entrada principal de aquella casa en ruinas. Con cautela se acercó hasta la puerta, junto a esta había una pequeña ventana que aún contenía algún que otro vidrio sin romper. Se asomó con precaución de no ser vista y observó a través del cristal. En ese momento, se dio cuenta de un chico que se encontraba lanzando piedras, contra la pared de la casa que tenían enfrente, iluminado por la luz de la luna. ¿Lo tienen vigilándome?, se preguntó la chica sin correr la vista de aquel sujeto.

De pronto, el chico se puso de pie, dándole la espalda a Dhamar. La chica apenas vio esta acción pegó su espalda contra la pared. ¿Viene por mí?, se puso tensa al pensar aquella posibilidad, mm... ¿esté rubio será parte del grupo?; se cuestionó al notar que el chico no llevaba pasamontañas, como sus anteriores atacantes. Volvió asomar su rostro y para su sorpresa el contrario había desaparecido.

A pesar de que la curiosidad, por querer saber dónde se dirigía el chico, le estaba ganando; decidió aprovechar aquella oportunidad de huir, que se le presentaba. Observó para encontrar una vía de escape rápida que las ventanas traseras se veían como la única solución; sin perder tiempo, cruzó toda la casa hasta llegar a una, que en particular no poseía vidrios. Volvió a confirmar que el chico no estuviera cerca y alzó sus piernas, una a la vez, para poder salir del lugar.

Una vez afuera, caminó hasta la esquina de una de las paredes de la casa... cuando escuchó la voz de un hombre. En seguida relacionó la voz con aquel chico rubio, debía saber que era lo que estaba ocurriendo, quizás si lo escuchaba podría tener alguna idea de quien eran estas personas. Comenzó a acercarse con sumo cuidado de no ser captada. Siguió la voz, hasta rodear la casa y decidió asomarse para confirmar sus sospechas.

El chico se encontraba acompañado de una mujer con una bella cabellera rubia, al notar esté detalle su corazón se detuvo por un instante, inmediatamente reconoció a la chica. Aunque no sabía cómo interpretar la situación, estaba segura de que era su amiga Sol, la que se encontraba al lado del muchacho. ¿Qué hace Sol aquí?, ¿también la atraparon?, no pudo evitar preguntarse si su amiga también estaba en peligro, situación la cual era muy probable. Debía ayudarla, pero para eso debía tener algún tipo de arma con la cual defenderse. Analizó rápidamente algo que tuviera al alcance para utilizar como instrumento de defensa. Un par de metros más allá divisó un gran tronco; perfecto... lo tengo, se dijo pensando en su plan.

Contumaz - [El clan perdido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora