Contumaz - [El clan perdido]

Capítulo 19

Dhamar se encontraba en la habitación que le asignaron los miembros del clan, recostada en la cama. Seguía repasando en su mente la conversación que tuvo unas horas atrás con Dante. Debía reconocer que él sonaba sincero y que los hechos no estaban del todo a su favor de o al menos, no los que ella recordaba.

—Dante Mecenas...

Repetía aquel nombre, rogándole a su mente para que le ayudara a recordar. Pero, se vio interrumpida de sus pensamientos al momento que tocaron la puerta. Sin esperar, Sol asomó su rostro sonriente por esta misma.

—¡Hola Dhami! —saludó risueña la rubia.

—¿A qué se debe tal felicidad en tu rostro? —interrogó la contraria, tomando asiento en la cama.

—¡Estoy invitada a una fiesta! —expuso efusiva Sol.

—¿Te refieres a la fiesta de bienvenida al clan que organiza Nana?

—¡Pues claro!, no es como que haya muchas opciones en este pueblo rodeado de desierto, ¿o sí? —mencionó de forma sarcástica, pero a la vez divertida.

—Adivino... ¿te invitó el rubio ese? —inquirió curiosa la trigueña.

—Xoel... Xoel es su nombre.

Aclaró Sol con un semblante serio negando algo irritada, mientras que su amiga sonreía algo divertida al ver su reacción.

—¿Y cómo fue que se dio esa invitación con Xoel? —mencionó el nombre del chico, con una entonación especial.

Al escuchar la pregunta de su amiga, la rubia esbozó una amplia sonrisa y se aproximó con rapidez a su lado, para comenzar a contarle lo ocurrido. La emoción con la cual se explayaba Sol ponía contenta a Dhamar; el verla así de alegre era como una curita para su corazón. Si alguien se merecía ser feliz en este mundo, esa era ella.

La historia de Xoel con la de Dante coincidían, pese a ello, la trigueña seguía sintiendo algo de incredulidad ante la forma como ellos relataban los hechos. Ella también le contó lo ocurrido con el líder del clan, necesitaba tener una opinión más, aparte de la propia.

—¿Tú les crees?, ¿podrías confiar en ellos?...

Preguntó con algo de dificultad Dhamar. En el fondo temía de la respuesta de su amiga. Un silencio se hizo presente, mientras que Sol analizaba su pregunta.

—Mm... no estoy cien por ciento segura —fue sincera—. Pero tengo un presentimiento, ¿sabes, porqué habrían de mentirnos?, ¿qué sacarían con hacerlo?

—Eso es lo que yo me pregunto también, todo esto no tiene lógica.

—Todo lo que ha pasado en estos últimos días no tiene lógica —le corrigió la rubia—. O sea, quien se imaginaría, que tú y yo saldríamos de la ciudadela a pleno desierto y nos encontraríamos con gente; cuando se suponía que nosotros éramos los únicos sobrevivientes de este planeta. Alejadas también, en quizás cuantos kilómetros desde nuestro hogar, para que al final del día termináramos siendo nombradas unas protegidas en una fiesta un tanto postapocalíptica, de un clan casi fantasma, los cuales creíamos muertos.