Contumaz - [El clan perdido]

Capítulo 27

El ambiente estaba cargado de adrenalina y suspenso, los hombres del clan estaban repartidos de forma estratégica entre la entrada que daba al centro del pueblo y la montaña. Las mujeres y los niños se encontraban dentro de la fortaleza, ya que era la más apartada y la más segura.

Xoel se hallaba junto a Benek y Ebeth preparándose con armas, mientras que Sol se localizaba dentro del vehículo, el cual las acercaría hasta los autos que venían en camino.

Y desde la colina Dante y Dhamar, se aproximaban hasta el auto, para reunirse junto a los otros.

—Pensé que un contumaz no usaba la violencia...

Aseguró de forma algo culposa la trigueña a Dante.

—Nunca es el primer plan, pero tampoco seremos presa fácil si nuestra vida está en peligro.

Al ver al líder acercarse, Xoel le extendió un arma. De pronto, un chico apareció entre la maleza y se acercó hasta su líder.

—¡Dante, el objetivo se ha detenido frente al comienzo de la colina!

—¡¿Están seguros?!

—Así es... lo más probable es que estén buscando la entrada, se bajaron del auto y están inspeccionando.

Al oír lo que acontecía, la trigueña decidió tomar ventaja de la situación.

—Yo también necesito un arma —pidió Dhamar a Xoel.

Pero este dudó por un segundo, mirando a Dante para buscar su aprobación. El líder por su parte tomó aire y luego asintió. Al final de cuentas, ellas debían ir preparadas.

—Está bien, yo iré con ellas.

—¡¿Qué?!, Dante tú no puedes dejar el clan solo —dijo Dhamar preocupada.

El líder solo sonrió al notar la reacción de la trigueña.

—Tranquila, solo será unos instantes. Además, el líder siempre debe ir a la cabecera.

Declaró ya preparado con sus armas y equipo. Abrió la puerta del auto y la invitó a entrar. Luego de eso, el líder se dirigió a su clan.

—Bueno este es el plan, bajaremos todos en el auto, menos Ebeth. Tú te quedarás al mando —ordenó el líder, dirigiéndose directamente a su hermana.

—¿Pero y si algo les pasa? —señaló preocupada.

—Si nos llegara a pasar algo... sé que tú sabrás que hacer, por eso te quedarás al mando.

Señaló con tranquilidad Dante, ya que, confiaba en las capacidades de su hermana. Se acercó y depositó un suave beso en la frente de Ebeth. Esta afirmó con decisión y se alejó para tomar posición junto a los hombres del clan.

Benek por su parte, se alejó para subir en otra camioneta, mientras que Dante y Xoel, se subieron en el jeep, junto a Sol y Dhamar.

Sin más demora, Xoel encendió el motor, pero justo en ese momento, el rubio divisó como desde los arbustos era lanzada una esfera de metal, la cual cayó frente a los autos.