Capítulo 22

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Dhamar se estaba esforzando en confiar en él, quería hacerlo

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Dhamar se estaba esforzando en confiar en él, quería hacerlo. Pero, una frase que decía: engañoso es el corazón más que todas las cosas, no paraba de dar vueltas en su cabeza.

—Lo estoy intentando —confesó con toda sinceridad.

Una sonrisa amena, se dibujó en los labios del contrario. Agradecía y entendía el esfuerzo que ella estaba realizando por él.

—Está bien, me conformo con eso... ¡pero solo por el momento! —aclaró, sonriente.

La trigueña comenzó a reír de forma suave, al ver que no se rendía. Él también se contagió de aquella risa y sin darse cuenta, ambos estaban disfrutando de la compañía del otro.

Una vez menguada la risa, un gran suspiro nostálgico afloró entre los dos.

—Sabes... —musitó Dante, entre lazando sus dedos con los de la chica—. Muchas veces soñé y me imaginé este momento.

Al oír aquellas palabras, un sentimiento de tristeza se hizo presente en Dhamar; Ojalá yo pudiera decir lo mismo, pensó. Pero su mente simplemente había decidido borrarle.

De un momento a otro, los pensamientos de la trigueña fueron interrumpidos, al sentir el tacto de Dante contra su piel. Su mano se posaba con delicadeza en la mejilla de la contraria, mientras que los ojos de ella se posaban en los almendrados del chico, los cuales en una milésima de segundo se posaron en la unión de sus manos, luego en los labios de Dhamar, terminando así en la colisión de sus miradas.

La descarga eléctrica, fue inevitable. La atracción que ambos sentían físicamente por el otro era innegable, y al parecer ya no solo se trataba de algo físico.

Dante en ese momento moría de ganas por besarla y Dhamar por su parte, no podía negar que estaba deseando, que el si lo hiciera.

Pero de pronto, un pitido los desconcentró a ambos. Logrando que, de forma Instintiva estos se separaran al instante.

—¡Atención torre 1!, percibo una caravana que se dirige hacia el norte, por favor confirmar, cambio.

Al escuchar el mensaje, Dante dejó salir un pesado suspiro. Algo irritado volvió a tomar los binoculares y miró hacia el desierto para investigar de que se trataba.

A lo lejos, pudo divisar que en efecto una caravana, de aproximadamente 10 vehículos, iban viajando por el desierto.

—¡Atención a todas las torres, confirmo sospecha!, ¡estén atentos ante cualquier cambio de dirección de los vehículos!, cambio.

—¿Qué ocurre? —preguntó la trigueña, retomando la compostura.

—Mira —el chico puso los binoculares en los ojos de la contraria, y luego la guio hasta donde se encontraba el objetivo—. ¿Logras ver?

Dhamar asintió para confirmar a su pregunta.

—¿Quiénes son?

—Es un viejo clan, viven un poco más al sur. Por lo que sabemos, son uno de los pueblos más grandes que han sobrevivido al apocalipsis.

Contumaz - [El clan perdido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora