Contumaz - [El clan perdido]

Capítulo 28

La bala recorrió todo el campo de batalla. Y a pesar de la inconstante dirección, con la cual avanzaba el auto, el líder tuvo un golpe de suerte. En escasos segundos, el proyectil dio contra su objetivo, reventando las llantas del vehículo... y del resto, se encargó la física.

Abruptamente, el carro se volcó con agresividad. Avanzando varios metros más, llegando incluso a muy poca distancia de los pies de Dante.

Sol, quien miraba impactada aquel escenario, gritó desesperada. Dhamar y Lucas, comenzaron a correr hacia el vehículo recién volcado. Ambos, con un diferente plan de acción, pero con un mismo objetivo, evitar que Dante matara al General Greysi.

El líder, al ver que el auto se detuvo por completo, caminó en modo de defensa sin bajar la puntería de su arma y con cautela rodeo el auto, hasta llegar a la puerta del conductor.

Esta se encontraba deshecha, por lo que este, con solo una patada logró sacarla de su lugar.

De pronto el cuerpo se comenzó a mover y lentamente el padre de Sol, dejó ver su rostro.

—¡Tienes 5 segundos para decirme, ¿quién rayos eres y porque osas atacar a mi clan?! 

Interrogó el líder, exigiendo respuestas con un tono amenazante, mientras contenía su ira y apuntaba directamente a la cabeza del contrario.

Pero la situación se vió complicada aún más, cuando otra arma apuntó a Dante desde el costado. La cual, era sostenida por Lucas, el hermano de Dhamar.

—¡Y tú tienes 1 segundo para bajar esa arma!

Dhamar, más lenta en su reacción, llegó segundos después y al ver esta escena, sacó su arma y apuntó directo hacia su propio hermano. 

—¡Ni se te ocurra Lucas! —dijo desesperada por evitar un error fatal.

—¡¿Qué?!

Preguntó desconcertado el coronel, al ver el actuar de su hermana.

—¡¿Te volviste loca?!

—¡Confía en mí y no cometas un error! —imploró a su manera la trigueña.

Pero Lucas seguía demasiado confundido para saber qué rayos estaba ocurriendo en ese lugar.

De pronto, Sol llegó corriendo, interponiéndose entre todas las armas alzadas en ese momento. Lo que hizo, que Dante apenas la viera, bajara su puntería; ejemplo que los otros dos también siguieron.

—¡Rápido, ayúdenme a sacarlo!

Xoel, quien había esquivado el auto en un principio, volteó su mirada hacia la escena del auto volcándose; y al ver que Sol corría detrás de este, decidió redirigir sus pisadas y correr hasta ella, por lo que llegó a su lado segundos después.

—¡Sol, ¿qué haces?! —cuestionó el rubio, al ver lo alterada que estaba ella.

—¡Es mi padre!