Capítulo 26

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Poco a poco, comenzaba a amanecer en el desierto

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Poco a poco, comenzaba a amanecer en el desierto. El sol empezaba a brindar sus primeros rayos de luz y el ambiente se ponía más cálido, dejando atrás el frío de la noche.

El silencio reinaba por todo el lugar y lo único que se podía oír era la respiración de Dhamar, la cual dormía profundamente. Dante se encontraba en silencio observándola, concentrado en captar cada detalle de su rostro, mientras permanecían acostados juntos, unidos por un abrazo.

Quería grabar ese momento en su mente, para memorizar las bellas facciones de la contraria y así de esta forma, poder recordarla perfectamente.

—¿Cuánto tiempo llevas despierto? —preguntó Dhamar, aún con sus ojos cerrados.

Sorprendido, el líder sonrió al verse descubierto por ella.

—¿Hace cuánto que estás despierta?

—No mucho en realidad, acabo de despertar —dijo abriendo sus ojos con lentitud.

—Ya veo... ¿pudiste descansar?

—Si... bueno un poco.

El corazón de ambos latía en un mismo sentido, la paz por fin comenzaba a reinar entre ellos. Y aunque ambos estaban contentos, ese sentimiento se veía opacado al saber que Dhamar debía partir.

—¿Estás preparada para volver a casa?

Al oír la pregunta, ella se quedó en silencio meditando esta misma. Pensó en todas las nuevas preguntas e incógnitas que tenía en su mente con respecto a su vida. Un suspiro cargado de incertidumbre salió de su alma.

—No lo sé, me pregunto, si existirá alguien realmente preparado para afrontar lo que nos depara esta vida.

Pensativo, Dante asintió a las palabras de la trigueña y susurró.

—No nos ha tocado fácil... menos a ti Mar.

Con delicadeza, el líder del clan acercó sus labios a la frente de la trigueña y depositó un suave beso allí.

Pero, en ese mismo instante, sonó una fuerte alarma y ambos se incorporaron sorprendidos ante aquel ruido.

—¿Qué esta pasando? —cuestionó la trigueña, comenzando a inquietarse.

El ruido de la alarma era algo turbador y también muy diferente a la que Dhamar escuchó cuando llegaron al clan. Esta era más fuerte y molesta.

—¡Nos están invadiendo!

Dante sin dudarlo se paró y tomó a Dhamar de las manos para ponerla de pie. Luego con firmeza la cogió por sus hombros y la miró directo a sus ojos.

—¡Mar, necesito que vayas a la fortaleza y te resguardes ahí!

Ordenó, tomando su posición como líder del clan.

—¡¿Qué?!

—¡Ese es el lugar más seguro que tenemos!

—¡¿Y tú qué harás?!

Contumaz - [El clan perdido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora