Capítulo 20

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"La perfección aburre demasiado rápido, tú eres más hermosa, sin duda. Nuestros defectos nos hacen ver como realmente somos. Solía escuchar una simple canción, así fue hasta que llegaste tú, tocaste mi melodía rota. Y ahora, escucho una sinfonía". 

I hear a symphony - Cody Fry.

La noche se hacía presente en medio del desierto y el cielo se cubría de millones de estrellas

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La noche se hacía presente en medio del desierto y el cielo se cubría de millones de estrellas. La subida hacia la primera torre de vigilancia era empinada, por lo que, a Dhamar le tomó algunos minutos poder llegar a la cima.

Una vez allí, entró con cautela a las ya ruinas, de lo que había sido en su momento la torre en el pasado. Luego de un par de escaleras más arriba, se hallaba un pequeño cuarto, donde fácilmente podían ingresar 5 o 6 personas.

Dante se encontraba concentrado observando, a través de unos binoculares el desierto. La trigueña por su parte se quedó de pie en la entrada, no estaba segura como empezar la conversación, cada vez que ella hablaba con el líder del clan, perdía totalmente los estribos y terminaba discutiendo con él. Pero, esta vez quería que las cosas fueran diferentes.

—¿Te quedarás parada ahí, sin decir nada? —cuestionó el chico, sin correr su mirada del desierto.

—Tal vez... a veces no es malo un poco de silencio —susurró.

Al escuchar las palabras de Dhamar, el líder bajó los binoculares y dejó salir un leve suspiro. Acto seguido, giró levemente su torso para estirar su brazo con los aparatos en su mano, en la dirección que estaba la chica. Esbozó una media sonrisa y de esa forma le hizo saber, que la estaba invitando a unirse a su lado.

Ella titubeó unos segundos, hasta que tomó el valor necesario y se acercó a él. Aceptó su invitación y cogió los binoculares para observar el desierto. El paisaje desértico no ofrecía mucho con respecto al terreno, la oscuridad que envolvía el ambiente era abrumadora. La trigueña frunció levemente su entrecejo al no poder ver mucho.

Dante, el cual se encontraba observándola muy concentrado, se percató de este detalle y en atención a eso, acortó la distancia que los separaba y se posicionó a espaldas de la trigueña.

Con mucha delicadeza y lentitud, posó las palmas de sus manos sobre las de Dhamar. El roce y el tacto cálido de Dante contra ella, generó en su cuerpo, como una pequeña descarga eléctrica. Otra vez esta sensación... pensó, mientras un inexplicable nerviosismo se hacía presente en ella.

—La belleza de la noche, siempre va de la mano con el cielo...

Suavemente él la fue guiando, para que pudiera dirigir su mirada hacia la luna.

El deslumbrante brillo y tamaño de la luna, dejó sin palabras a la oriunda de Mermar. Un natural suspiro de asombro afloró desde su interior.

¡Wow!... —dijo sin más.

Contumaz - [El clan perdido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora