Capítulo 10

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Lisa bajaba de su apartamento para encontrarse con su manager que la esperaba con Jisoo adentro. Hoy era un buen día para realizar actividad física.

—Buenos días, manager, Jichu—se puso el cinturón de seguridad y el vehículo arrancó.

—No me hables, por tu culpa bajé de rango—Jisoo aun recordaba la terrible partida de ayer.

—¿Mi culpa? Tú eres la que se cree inmortal y corre hacia un escuadrón completo—refunfuñó cruzándose de brazos.

—Y los maté—aclaró con una sonrisa ladina—. Solo tenías que darle un tiro a uno que ya estaba medio muerto, pero no, solo di que tienes lag mental y ya.

—¡Sí tenía lag! ¡El internet se puso lento!—maldijo la intermitencia de anoche que provocó que jugara como una niña de cinco años.

—Aparte de retrasada, manca. Que lindos muñones tienes por manos—la coreana comentó jocosa.

Una sonora carcajada salió de los labios de su manager, no pudo contener las ganas de reírse por la pelea totalmente infantil de las alfas, jamás se aburriría de sus conversaciones sin sentido.

—Si no estuvieran enojadas conmigo tal vez hubieran ganado, ¿dónde quedaron las lindas señoritas que me llamaban Seulgi unnie? Aunque manager suena genial—soltó una risita.

—Es tu culpa—habló Lisa.

—Concuerdo—se sumó Jisoo.

—No pueden seguir enojadas porque me equivoqué de sabor del ramen—rodó los ojos—. No sean rencorosas.

—No fue un simple error, elegiste el ramen más picante, súper picante—Jisoo hizo una mueca de desagrado.

—¡Por ese error pasé en el baño cagando fuego y pidiendo perdón a Dios! ¡El culo me ardía!—la tailandesa recordó con horror ese episodio de su vida.

Las risas salieron sin permiso, esa frase las agarró completamente desprevenidas, la menor a veces salía con comentarios muy ingeniosos.

—No entiendo cómo tú conseguiste una omega tan linda como Joohyun unnie—se quejó Lisa incrédula.

—Obviamente vendió su alma al Diablo, porque ni con los chakras alineados hubiera podido realizar tal proeza—sonrió burlona Jisoo.

—A eso le llamo envida, no es sano, mi omega solo tiene ojos para mí—las miró triunfante—. Ustedes par de mocosas mejor concéntrense en sacar nuevas canciones que ya me aburrí de oír las mismas de siempre, además, mi amada esposa les manda saludos.

Así fueron charlando hasta llegar al gimnasio que se ubicaba en una zona exclusiva de Seúl, tal vez el costo anual no sea algo económico ni de cerca, pero sabían que nadie las iba a molestar en ese lugar al ser todos provenientes de una muy buena posición económica.

Accedieron al edificio con unas tarjetas especiales que les permitía utilizar todas las herramientas del lugar y también otras zonas desviadas al entretenimiento.

Fueron a sus casilleros a dejar sus pertenencias antes de dirigirse a la planta dónde se ubica las máquinas de ejercicio. Era lógico que para ser idol debían tener un buen estado físico o no lograrían mantener un buen ritmo en los conciertos por las desgastes coreografías que, sí bien, no todas eran extenuantes había algunas que sí requerían mayor demanda física.

Después de media hora de realizar ejercicios las dos alfas tomaron rumbos diferentes, Lisa fue dónde su entrenador de boxeo y Jisoo a realizar yoga, esas dos actividades en específico ayudaban a minorar en gran mayoría el estrés que han venido acumulando a lo largo de su carrera.

Black and PinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora