Capítulo 36

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Las muchachas llegaron al consultorio y esperaron que sea su turno de entrar. Según las alfas no se demoraba mucho, no como desde un principio, aunque ellas les dijo que era porque no colaboraban y se mantenían en silencio.

—Señorita Manobal, su turno—le informó la secretaria.

—No me tardo—la tailandesa se puso de pie y se dirigió donde Yongsun, tocó la puerta antes de ingresar—. Buenos días—se inclinó.

—Buenos días, Lisa, es bueno verte, ¿hay algo que desees contarme?—le pasó unas llaves en donde tenía que desunirlas.

—Hay muchas cosas—examinó ese puzzle, porque es lo que era, y empezó a moverlas—. Le dije a mi predestinada que me gusta.

La mayor se mantuvo callada unos segundos, eso era un gran avance por el hecho que esa chica era omega y su fobia no fue impedimento para que guste de ella.

—¿Y ella como reaccionó?—supuso que fue algo positivo o de seguro estaría triste.

—Ella me correspondió, también la toqué y no me desmayé, solo me puse pálida, pero esta bien porque prometí dar lo mejor de mí para tocarla—con unos cuantos movimientos circulares pudo separar las llaves—. Incluso me acompañó hoy a la cita.

—¿Crees que puedas presentármela?—debía verla.

—¡Sí, ya verás que es hermosa!—salió de la habitación.

Yongsun no sabía de todos los detalles que se ha venido desarrollando en la vida de la Lisa para que este dispuesta a tocar a una omega a pesar de su cuadro severo de hafefobia, pero no iba a desaprovechar la oportunidad que les dieron los cielos para hacer un gran avance con la menor, si todo salía como ella pensaba, muy pronto Lisa podrá tener contacto con omegas sin tenerles miedo, solo dependía de que la otra chica acepte.

—¡Blancanieves ella es Jennie, Jennie ella es Blancanieves!—Lisa la presentó, pero la doctora no pasó por alto su cercanía.

—Mucho gusto, Lisa me habló mucho de ti.

—Espero que cosas buenas—Jennie se inclinó algo nerviosa.

—Ella dijo que eres muy hermosa, veo que no mentía—Yongsun vio como se ruborizó con una sonrisa y Lisa colocó una mueca de orgullo—. Por favor, toma asiento.

Observó como las chicas se sentaron con una a proximidad bastante cuestionable, no sabía que Lisa mejoró bastante, sin duda la omega hizo un milagro y no era consciente de ello.

—Bueno, te llamé aquí porque Lisa me ha dicho que quiere mejorar y te mencionó—hizo una pausa—. Si tú estás dispuesta ayudarnos, me gustaría hacer un par ejercicios con ustedes dos, ¿aceptarías?

—Por supuesto, no hay problema, pero me gustaría saber de qué tratan estos ejercicios—no había que pensarlo mucho, la de ojos gatunos ayudaría a su alfa en lo que sea.

—Claro, yo lo explicaré más adelante. Ahora solo faltas tú, Lisa, ¿te gustaría recibir la ayuda de Jennie?—aunque dudaba que se niegue, pero siempre es bueno dejarle saber al paciente que puede rechazar su idea si se siente abrumado.

—¡Sí, me gustaría mucho!—ella le había prometido que iba a mejorar y eso haría.

—Ahora con ambas de acuerdo les contaré como hacer el ejercicio—anotó par cosas en la libreta—. Lisa quiero que toques la mano Jennie con ambas manos, no tienes que sujetarla ni nada por el estilo, solo mantener contacto y si es posible con movimientos suaves, como caricias.

Jennie regresó ver a la alfa y se percató que tragó saliva, pero su mirada fue audaz, ella estaba decidida a cumplir con los ejercicios impuestos por su psicóloga y ella la apoyaría en cada uno de ellos.

Black and PinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora