Black and Pink

Capítulo 22

Jisoo descansaba en la sala de entrenamiento mientras tomaba agua, estos últimos días ha estado practicando la coreografía que Lisa ha creado con unas cuántas ideas de ellas y la coreógrafa de la agencia, y la verdad es que le gustó mucho, el trabajo de la menor siempre superaba sus expectativas.

Sus oídos captaron la voz de Rosé y giró la cabeza para verla, tenía un fina capa de sudor que fue secada por una toalla, aun no olvida el día que le regaló un ramo de flores.

Jisoo arrastró a Lisa fuera de la casa con la cabeza ofuscada, ni se percató que la menor la llamó reiteradas veces hasta que apretó su hombro.

—Jichu, no podemos irnos.

—¿Por qué no?—alzó la ceja.

—Estamos en pijama—resaltó Lisa señalando sus vestimentas.

—¿Desde cuándo eso es impedimento para ir a comprar flores?—siguió caminando hasta llegar a la calle mientras refunfuñaba.

—¿Flores?—ladeó la cabeza.

—Sí, Limario, flores. ¿Quién se cree ese imbécil para regalar flores a mi omega?—gruñó feroz—. ¿Eso no te molesta?

—Más que molestarme, me pone triste porque no fui yo quién le regaló flores—arrastró los pies, los sintió muy pesados al igual que su corazón.

—¡Ánimo Limario! ¡Nuestras flores serán mucho mejores que esas basuras!—la sujetó por los hombros y conectó su mirada con la de ella—. ¡¿Piensas dejarte ganar por ese imbécil?!

—¡Nunca, yo regalaré las mejores flores a Jennie!—gritó positiva, ahora estaba muy emocionada—. Umm... pero Jichu, no traje mi billetera.

Ese pequeño gran detalle hizo que Jisoo se pegara con fuerza en la frente porque ella tampoco llevaba encima su billetera, pero no era opción volver o puede que su determinación flaquee.

—¿Trajiste tu celular?—preguntó la coreana expectante.

—Sip, siempre lo llevo conmigo—le mostró el aparato.

—Sabía que no eras del todo Tontín—le arrebató el celular y marcó un número conocido.

—¡Oyeee, que no soy Tontín!—le dio una patada en los glúteos—. ¿A quién llamas? Seulgi unnie está ocupada—arrugó la comisura de los ojos.

—No la llamó a ella—se sobó las nalgas, a veces la tailandesa no media su fuerza.

Al cabo de unos segundos contestó y Lisa supo que llamó a Moonbyul, para suerte de ellas estaba desocupada, a través del celular le contó lo que había ocurrido y su plan de comprar flores.

—Listo, ahora solo tenemos que esperar—le regresó el aparato—. ¿Y si buscamos a ese imbécil? Podríamos darle una lección y usaría mi voz de mando—sonrió con malicia.

—Jisoo, cuando este Jennie cerca por nada del mundo uses tu voz ni permitas que otro alfa lo haga.

La seriedad que transmitió a través de sus palabras y su semblante fue muy inusual, eran raras las ocasiones en la que la menor se ponía seria, y supo que era muy importante al escuchar su nombre y no el apodo que le acompañado por años.

—¿Por qué?—quería saber el motivo.

—No puedo decirlo, así que prométeme que lo harás—le sostuvo la mirada.

—Está bien—suspiró—, lo haré, no te preocupes.

—Gracias, Jichu—regresó a su personalidad alegre.