☾ VIII

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- no pudiste escoger un camino menos asqueroso?

- es la única senda donde no nos perderemos.

Dijo un alfa de melena larga, corriendo a todo lo que sus piernas le daban seguido de un pelirrosa.

- me desagrada el asqueroso edor de las glicinias.

- entonces soporta, por qué es el único camino para nosotros sin perdernos.

- pues es una mierda tener que acompañar a el idiota de gyokko y el nuevo de hantengu. Somos la primera y segunda, por qué rebajarnos a esto....

De pronto la carrera se detuvo y ambas lunas entraron en alerta, sin embargo no por cazadores, si no, por ellos mismos, kokushibo se veía enojado por las quejas del pelirrosa, aún guardaba cierto recentimiento. Así que sin dudar ahora el filo de la espada de la primera amenazaba contra el cuello de la segunda.

- recuerda que yo no soy tu enemigo

- no, pero si eres un imbecil parlanchín. Si vuelves a decir estupideces entonces te cortaré la cabeza y la pondré en un lindo frutero de recuerdo.

El pelirrosa calló, estaba concur te de la increíble diferencia que existía entre el y la primera, a pesar de haberse vuelto más fuerte entrenando cada día aun existía una gran diferencia.

- bien.

Susurro a regañadientes el de menor rango para continuar con su recorrido. Aguantando el fétido olor a glicinias, sin dudas ese olor no se iría rápidamente de sus fosas nasales aunque se alejara de ellas una distancia considerable.

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- estuvo delicioso, les agradezco la comida!

Dijo alegremente un joven de cabellos rojizos. Una mujer de mediana edad y su esposo sonrieron ante lo dulce que resultaba para ellos tener a ese joven comiendo con ellos. O más bien cenando, pues al ver por la ventana el sol ya mostraba ceder ante la oscuridad de la noche.

- no es nada tanjiro, puedes quedarte sin problemas aquí mientras hacen una nueva espada para ti.

Tras recordar su espada rota el de cabellos rojizos se puso triste, recordaba la cara de enojo de su herrero y los múltiples regalos que recibió, además de una negaríais por la otra parte para realizarle una nueva. Se había sentido mal durante días al no poder compensar correctamente al herrero.

Y ahora estaba justamente en la aldea de los herreros precisamente para cumplir su misión actual, buscar una nueva espada, o bueno, esa era una de sus dos misiones en ese lugar. Ahora su ceño se había fruncido e inconscientemente se mordió el labio con molestia.

Sin embargo se relajó al recordar que no se encontraba precisamente solo para externar sus emociones como si nada.

- y de verdad agradezco todo lo que me han proporcionado! Mi hermana y yo encontraremos una forma de ayudar y pagar la estiadia!

La mujer se conmovió ante la ternura que le generaba el menor, lo suficiente como para acercarse y apretarle un cachete.

- no se preocupen, no deben absolutamente nada

El de cabello rojizo sonrió, dispuesto a responder de no haber sido por la puerta siendo tocada. El pelirrojo se apresuró a parar e y ofrecerse a ver quien tocaba. Para sorpresa de todos a excepción del pelirrojo se trataba de la pilar del amor.

La cual no dudó en abrazar a nezuko apenas la vio salir de la caja al notar que los rayos del sol ya no podían escurrirse entre los rincones de la morada y lastimarla.

☀Sᴀɴɢʀᴇ ᴀᴍɪᴇʟᴀᴅᴀ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora