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Pesado, su cuerpo se sentía pesado, no podía moverse, era como tener un peso enorme encima. Quería abrir sus ojos, pero se sentía cansado muy cansado.

Pero quería despertar, generando un esfuerzo inhumano logró abrir sus ojos, estaba acostado en el pasto, sentía su cuerpo muy caliente, su entrada goteaba.

Alfa

Era lo único que podía pensar en ese momento, su cuerpo solo deseaba unirse con su alfa sin importarle absolutamente nada.

- Kyojuro..

Esa gruesa voz hablándole lo estremeció, sus ojitos acuosos se toparon con los contrarios, una mirada dominante de color ámbar, era hermoso. Podía ver al demonio en todo su esplendor, adecuándolo como una presa que va a devorar. Aunque no le importaría ser devorado en ese momento por el demonio.

- múrate tan necesitado de mi, Omega.

Su voz de mando.... Su omega se preparó para cualquier orden que su alfa le mandase, si le pidiera ir a la capital y regresar corriendo lo aria, aunque sus pies se ampollaran y su calzado quedara destruido.
Si un alfa usara una voz de mando ningún omega podría escapar de la orden.

- Dime lo que deseas kyojuro

Habían muchas cosas que anhelaba kyojuro pero en ese momento solo le importaba una, ser saciado, ser empalado por el miembro del mayor y sentir que toca el cielo. Quería ser follado.

- A.... A ti.... Agnh   Alfa!

Estaba seguro que la sonrisa que se formó en el demonio después de recitar aquello había generado una sonrisa inquietante en el demonio, como si hubiera cometido un error incalculable el rengoku.

Sin esperar más el pelirrosa se abalanzó contra el rosa como un pedazo de carne. Acomodándose entre las piernas del rengoku, tomando ambas con sus manos, masajeándolas y disfrutando de lo bien trabajadas que estaban, lamiendo y mordiendo casualmente ambas extremidades, marcándolo como suyo con cada mordida.

El omega solo podía querer apurar al mayor, cosa que no pasó desapercibida cuando este le tomó bruscamente de la barbilla, aplicando fuerza pero midiéndose en no dañar al omega de más.

- nunca podrás escapar de mi ahora, lo entiendes?, eres mi omega.

Dijo el demonio para acercarse a besar al rengoku. Deteniéndose a milímetros de sus labios

- lo entiendes omega?

- si, mi... A..Alfa.

Correspondió el menor a la per que cerraba esperando aquel beso tan anhelado. Beso que nunca llego. Al contrario la respiración ronca en su oído le revelaba la posición del alfa.

- Mio. Mío. Mío. Eres mío rengoku, y voy a ir por ti.

Aquel comentario más que excitarlo le había erizado la piel. Entonces el dolor agudo sobre la unión entre su cuello y nuca había sido mordido. Ese alfa estaba marcándolo como suyo, cuando el alfa se levantó tenía los colmillos llenos de sangre y una sonrisa bizarra.

- Voy a encontrarte rengoku! Y cuando te encuentre serás mío!, mío y de nadie más!

El rubio sentía algo muy diferente a la exitacion, se sentía amenazado aunque su omega aullaba de felicidad por su alfa, aunque todo ahí gritaba peligro para el omega que ahora quería escapar. Haciéndole patear al demonio en la cara y pararse como podía para correr a un paso no tan rapido, sus heridas en el cuerpo habían aparecido como magia.

☀Sᴀɴɢʀᴇ ᴀᴍɪᴇʟᴀᴅᴀ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora