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Las gotas de lluvia golpean suavemente el vidrio,  es junio y la temporada de lluvia está en apogeo. Haciendo una melodía única.

- que frío.

Menciona con pesadez, las llamas de la chimenea falsa que tiene en su cuarto como decoración mantienen su mente cautiva, sus ojos color miel miran la imagen falsa del fuego.

Un calor y un disgusto recorren su ser, cierra con suavidad sus ojos, y se encuentra una vez más en ese bosque, recostado en el suelo, estirando su mano gentilmente para tocar ese rostro que tantas veces aparece en sus sueños y sus recuerdos más vagos. Para después sentir como su cuerpo desaparece mientras ese hombre brillaba con la luz del amanecer.

Su cabello como sus ojos, incluso su personalidad era hermosa, nunca lo ha visto en persona, pero puede jurar que brillaba y ardía como una llama.

- Kyojuro...

El nombre sale de sus labios, casi arrastrando toda su vida anterior a su actualidad.

El sonido de la estruendosa puerta siendo golpeada lo despierta de su ensoñación, su disgusto al ser despertado de su meditación es obvio. Y el enojo aumenta cuando reconoce al dueño de dicha voz.

- Akaza Donoooooo! Es hora de irnos!

Suspira enfadado y se levanta. Busca el mango de su arma, una nichirin, sin embargo el arma no tiene la característica hoja de metal que debería poseer. No hace falta pues esta aparece solo cuando el dueño la necesita. Lo que la volvía un arma discreta.

Akaza se pone sus botas, amarrando bien las agujetas para que no se perdiera el nudo. Camina hacia la puerta de caoba, abriéndola lentamente, dejando ver a un rubio, un omega de tez limpia, ojos arcoíris y el cabello largo recogido en una cola alta, dejando unos mechones en su frente.

- te tardaste. Anda, mi amorcito nos espera.

Menciona con voz melosa el rubio al referirse a su amorcito. Akaza arrufa su ceño.

- guarden sus cursilerías para ustedes.

- que amargado akaza!, no es nuestra culpa que nosotros si nos hubiéramos reencontrado.

Esas palabras le arden, verdaderamente duelen. Pero solo comienza a caminar más rápido, chocando el hombro del rubio, pasando por los cuartos del edificio y dirigiéndose a las escaleras, ignorando completamente el ascensor al que Douma subió.

No quiere compartir ascensor junto a ese idiota.

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- lleven estas, son variantes de suero, tipo A y tipo C, son las mejores.

Akaza toma tres balas de cada tipo, las pone en los cargadores de sus dos armas, cada una con una muestra diferente.

Por qué si, aún existe una forma de convertir a los demonios en humanos, inyectando el antídoto de una forma más sencilla, un balazo sería suficiente para inyectar el antídoto que pose cada bala.

- ya encontraron un antídoto para los demonios en estado avanzando ?

Una voz fuerte impacta en el lugar. Kokushibo habla con firmeza mientras rellena el cartucho de sus armas al igual que los cartuchos de su omega que está sentado, solo viendo mientras come una paleta.

- No, por desgracia el antídoto solo sigue funcionando para los recién convertidos. Muzan a mejorado muchísimo a sus soldados en comparación a cuando fuimos nosotros.

- eso es una mierda Gyutaro!, cuando éramos demonios no funcionaba así, ese antídoto deben mejorarlo, estamos en una época diferente!

Gyutaro mira a su compañero, Akaza sigue siendo igual de altanero, que sea un pilar no le da el derecho de tratarlo así, además el también era un pilar.

☀Sᴀɴɢʀᴇ ᴀᴍɪᴇʟᴀᴅᴀ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora