Encantos Ocultos

Capítulo 34

Espero que les guste el dibujo que hice de Azael y Alexis especialmente para este capítulo. El dibujo no es perfecto ni es el mejor, soy principiante .

-¿Te gustó? - pregunté curiosa

-Me encantó - respondió jadeante

- Y apenas es el principio. Ven - dije desatando sus muñecas.

Con las piernas temblando me levanté del columpio guiando a un Azael  tembloroso hasta la cama.

-¿Tienes sed? Yo sí - dije tomando dos botellas de agua que estaban en el buro junto a la cama.

- Si, gracias - respondió agitado

- Nunca había visto a una mujer llorar después de un orgasmo - dijo con sinceridad

Su pregunta me desconcertó por completo pero recordé que no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera. Incluso mis orgasmos no siempre son los mismos, a veces se sienten más diferentes pero siempre son muy intensos.

-Mis orgasmos siempre han sido muy intensos, pero ya te acostumbraras - respondí coqueta. Sonrió de oreja a oreja.

- Eso es justo lo quiero, no quiero que esto sea solo una vez - dijo con sinceridad.

Mi corazón saltó de alegría ante la idea de que esto se repitiera muchas veces fuera de esta habitación. Era inevitable imaginar las cosas que haríamos, los lugares en donde lo haríamos. Me fascinaba imaginarlo.

-¿Listo para lo siguiente? - pregunté de repente

-Para todo lo que usted mandé y solicite ama -dijo levantándose de la cama

-Tienes que llamarme diosa - dije riendo - pero esos acuerdos ya los tendremos después, por ahora solo hay que disfrutar y dejarnos llevar.

-Estoy totalmente de acuerdo - dijo ansioso - ¿Que quieres que haga?

- Quiero que te hinques, busca como sostenerte bien porque me voy a subir en tus hombros para que me des sexo oral. - sonrió de oreja a oreja.

-Estoy deseando probar todos tus fluidos - susurró cerca de mis labios.

Se acercó a mí para besarme , automáticamente subí mis manos hasta sus hombros para apretar su cuerpo con el mío. Me levanto de las caderas para que enrollara mis piernas en su cintura. Se puso de pie y caminó hasta el centro de la habitación. Me subió hasta sus hombros después de hincarse.

- ¿Puedo comenzar? - preguntó con la cara entre mis muslos

- Si, no te detengas - ordené caliente

Paso la lengua por toda mi humedad, dí un salto arqueando la espalda y gimiendo. Él empujó mis caderas hacia su rostro para poder lamerme y chuparme con mayor facilidad. Su suave y tersa lengua acariciaba mi punto más sensible que palpitaba de excitación. Mis gemidos salían de mi boca sin control mientras mi cadera se movía por si sola.

Subí mis manos hasta mis pechos apretandolos y acariciando mis pezones erectos sin lastimar mis piercings. Azael apretaba mis nalgas cada que yo gemía. Me ponía más caliente de lo que ya estaba.

-Este hombre sabe lo que hace y vaya que lo hace demasiado bien - pensé caliente

Mi cabeza estaba completamente nublada. No podía pensar, solo disfrutar y gozar del placer que la cálida lengua de Azael me estaba proporcionando. En otro momento me parecería totalmente irreal que Azael estuviera de rodillas mientras me da sexo oral con todo mi peso sobre sus hombros. Sin embargo eso era justo lo que estaba pasando y quería disfrutarlo sin cuestionar nada.