- Bienvenido, adelante - dije abriendo la puerta de la casa.
- Vaya, esperaba algo más rústico - dijo observando la decoración moderna de la casa.
- Mi mamá odia lo rústico y si soy honesta, a mí tampoco me gusta - respondí sincera.
Yo sé que se acostumbra a que las casas de playa tengan una decoración rústica o de ese estilo pero la mansión siempre fue bastante elegante. Todo en color blanco. La mansión estaba al pie de la playa, por lo que no tendríamos ningún problema.
Después de hablar con las personas que cuidan la casa y agradecerles, nos instalamos en la mejor habitación de la mansión. Tomamos una ducha y nos arreglamos para cenar.
- Me tomé la molestia de prepararte algo bonito - dijo abriendo la puerta trasera de la casa.
En la arena estaba puesta una mesa para ambos, con velas y un hermoso camino de pétalos de rosas. Jamás creí vivir algo tan cliché, pero se siente bien. Mi corazón se encogió y me llene de emoción.
- ¿Te gusta? ¿Que opinas? - preguntó nervioso.
Justo ahora me es bastante difícil identificar cómo me siento, no me esperaba nada de eso. Sin embargo, no quiero que Azael piense que no me gusto su sorpresa.
-Bueno, no sé qué decir. No me esperaba eso, ¿En qué momento lo hiciste?
Una risa de nerviosismo me acompañó al finalizar la última palabra. Su rostro solo se mostró más confundido.
- Pues, tengo mis trucos- respondió tajante
-¿Y todos tus trucos son tan buenos? - pregunté en doble sentido. Sus ojos brillaron mientras que su rostro tomaba un tono color carmesí.
Me daba ternura y a la vez me divertía que Azael fuera tan tímido. ¿Quién se lo imaginaria?
- ¿Te han gustado los que hasta ahora has probado? - preguntó después de unos segundos.
- Cómo no te imaginas. - respondí acariciando su nuca con mis dedos.
- Que bueno, porque he reservado mis mejores trucos - dijo acercándose a mis labios.
En mi me mente se reproducían una y otra vez los recuerdos de sus labios sobre mi cuerpo. Necesitaba sentirlo nuevamente. Y entre más lo besaba, más lo deseaba. Mi cuerpo ardía completamente y pedía atención.
Nos separamos por falta de aire, el recargo su frente con la mía mirándome a los ojos directamente. Nunca creí tener un momento tan íntimo, tan lleno de paz con él. Se sentía bien, puedo acostumbrarme a esto. No, no podía. No al menos sin antes haber hablado bien con él. No es como si fuéramos a tener una relación o lo que sea, pero las cosas se hablan desde un inicio. Y a mí me gustan las cosas claras.
Minutos más tarde disfrutábamos de una vista asombrosa, nunca había disfrutado tanto de la playa , de la naturaleza como en este momento. Siempre aprecié los viajes a la playa, porque era mi momento de descanso pero este momento no tiene comparación, estará siempre en mi memoria.
- Me gustaría tomar una fotografía de la mesa con nuestras manos entrelazadas. ¿Puedo? - pregunté nerviosa.
Mierda Azael, lo que me haces desear. No debería de pedirte ni hacer esto, no somos nada.
Callate y solo disfruta Alexis, ya despues pensaras en algo. Total, a terapia ya te has tardado en ir- me regaño mi subconsciente.
-Claro que sí - respondió entusiasmado
NOOO, estúpido. ¿Por que tenia que decirme que si? - pensé asustada
Tomé mi celular temblando, reí por lo mucho que me temblaba la mano y él hizo lo mismo. Una vez que tome la fotografía guardé el celular. La subiría más tarde a Instagram porque la fotografía salió hermosa, simplemente perfecta, no por otra cosa, obviamente. Ojala Azael sea tan fotogénico como yo, para que pueda disfrutar tanto de las foto como lo hago yo. Me distraje por un segundo en cuando escuché a un grupo de mariachis dirigirse hacia nosotros tocando una melodía.
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Encantos Ocultos
Romance****** -Dios, pero que chico tan guapo! Mira! - dijo la chica sobre excitada mientras golpeaba a su acompañante que no paraba soltar carcajadas. -Tienes toda la razón, es sumamente guapo- afirmó mirando la fotografía un poco sucia dentro del frasco...