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Daniel se encontraba viendo una película con Madelyn a su lado durmiendo, cuando de repente, la pauso por que escucho ruidos fuera de la casa, por lo que se levantó y se dirigió hacia la puerta.
-No puede ser verdad- susurró él cuando vio lo que sucedía.
Cuando abrió la puerta de golpe, se escucharon unos gritos de parte de las personas que estaban fuera.
-¿Que se supone que estáis haciendo?- pregunto con los brazos cruzados.
-Casi me da un ataque al corazón.
-Lando, no empeores las cosas- susurró Charles al ver la cara que puso Daniel.
-¿Está Lyn?- pregunto George con miedo.
-¿Tenéis miedo de ella?- pregunto divertido Daniel.
-¿Que si le tenemos miedo? Para nada- respondió sarcásticamente Lando.
-¿De quien tienes miedo?- pregunto una dulce voz detrás de Ricciardo.
-Hola Lyn, que guapa estás hoy- dijo George.
-Los tres, entrar a casa, ahora- ordenó Madelyn con seriedad ignorando el comentario del británico, para después darse la vuelta y dirigirse al salón.
-Ya habéis oído a la jefa- dijo Daniel riéndose de ellos.
-Ayúdanos Daniel- suplico Charles.
-Sois unos dramáticos, os regañará y ya está.
-¿Y si nos hace la ley del hielo? Yo no puedo aguantar más de cinco minutos sin estar con ella- dijo Lando preocupado.
Oh Lando, que equivocado estabas, si que puedes estar sin ella.
-¿Y bien? ¿Algo que contar?- pregunto Madelyn cuando los tres pilotos se situaron en frente de ella.
-No tenemos nada que contar- susurró Charles.
-¿Nada? ¿Estáis seguros?
-Lo estamos- dijo George.
-Dios, habéis estado fuera dos días, dos días en los que no he sabido nada de vosotros- dijo Madelyn sin elevar la voz.
-No paso nada- volvió a decir George.
-No puedo hacerlo- susurró Lando sintiéndose culpable de mentir a la que consideraba su segunda madre.
