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Al día siguiente, todas las miradas estaban puestas en la pareja que acababa de entrar al paddock, Daniel Ricciardo llevaba de la mano a Madelyn Leclerc, todo el mundo veía como el australiano intentaba estar lo más cerca posible de la monegasca y de la manera en que él la miraba, como si ella fuera su más grande tesoro.
-Todo el mundo nos mira- susurró Lando que iba al lado de Madelyn.
-Dudo que te estén prestando atención a ti Lando- dijo Daniel- Además, has estropeado nuestra entrada.
-¿Pero que estás diciendo?
-Déjalo Lando- dijo entre risas Madelyn.
-Antes me defendías a mi Lyn- dijo con un puchero Lando.
-Las prioridades cambian- dijo Daniel mirando con burla a Lando.
-¿Estas seguro?
-Por supuesto.
-Bien.
Y tras decir aquello, Lando se colocó en medio, haciendo que ambos separasen sus manos.
-¿Eres tonto o que?- pregunto Daniel intentando, ya que Lando se lo impedía, ponerse al lado de Madelyn.
-La prioridad sigo siendo yo, no tú. Ahora, me llevaré a Lyn a hablar con su hermano, así que date una vuelta por ahí o haz lo que quieras, me da igual- dijo Lando.
-Ángel, dile que no tiene razón.
-Yo...¿lo siento?- Madelyn le miro con una sonrisa que indicaba que Lando es el que tenía razón.
-Jodete- dijo el británico sacándole la lengua.
-Esa boca- le regaño.
-Perdón Lyn, ahora vámonos, adiós perdedor.
-¡Te vas a enterar Lando!- gritó Daniel cuando vio como se alejaban.
-¡Asume tu derrota!- gritó el de vuelta.
-Hace mucho que no te veía así de feliz- dijo Michael, que había visto todo, acercándose a Daniel.
-Es lo mejor que me pudo pasar- aseguró el.
-¿Ella sabe sobre los rumores?
-Si la digo que no tienen planeado contar conmigo para la siguiente temporada, va a pensar que es su culpa- respondió él recordando la inseguridad que tenía Madelyn, sobre el que dirán de él y las consecuencias que habrán, cuando la gente se entere de que ese bebé no es suyo.
