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Madelyn caminaba hacia el garage de Red Bull, mientras empujaba el carrito donde Sophie se encontraba dormida. Admiraba la belleza de aquel circuito, el ambiente de Brasil era único para ella, este gran premio podría ser uno de sus favoritos.
La monegasca iba pensando en las posibilidades que tenía su hijo de ganar aquel GP, ya que George el día anterior había conseguido la Pole y salía primero.
-¡Ly!
Una dulce voz la sacó de sus pensamientos, y vio como la pequeña Laura corría hacía ella con Kevin detrás.
-Mi pequeña bebe- dijo Madelyn, agachándose a su altura para darle un abrazo y cargarla.
-Estoy harto de esto- se quejo el piloto cuando llegó a su lado- Es siempre lo mismo.
-La verdad es que si- respondió Lyn, riéndose de el.
-Lo de ponerla una correa sigue pareciéndome una buena idea- dijo Kevin.
-No le pondrás una correa a nuestra hija- exclamó Louise, apareciendo detrás de el.
-¿Correa? ¿Que dices? Si yo no he dicho nada de eso.
-Si lo dijiste- añadió George, que estaba junto a la mujer de Kevin.
Madelyn agarró a Laura con un brazo para poder abrazar a George con el otro.
-¿Como estás?- pregunto ella, poniendo con suavidad su mano en la mejilla del británico.
-Nervioso, tengo oportunidad de ganar por primera vez una carrera.
-Y lo harás George, yo confío en ti.
-¿Y si no gano? No quiero decepcionarte- murmuró el, sin querer que el matrimonio le escuchase.
-Nunca podrías decepcionarme.
Tiempo después, Madelyn se encontraba junto a Toto y Susie, está última tenía en brazos a Sophie. La carrera estaba a punto de terminar y George seguía primero, haciendo que la monegasca comenzará a sollozar pensando en que su pequeño hijo iba a ganar su primera carrera en formula 1
-¡GEORGE RUSSELL GANA EL GRAN PREMIO DE BRASIL!
Gritos resonaron en el garage de mercedes cuando el británico cruzó la linea de meta; el matrimonio Wolff dirigió su mirada a Madelyn, que lloraba sin despegar la mirada de las pantallas, donde mostraban al piloto.
-Lo hizo- susurro orgullosa.
-Vayamos a ver el podio, linda- dijo Susie, agarrándola de la mano.
Los trabajadores de Mercedes y Madelyn, estaban en primera fila para ver cómo George recibía el trofeo. El británico busco con la mirada a su madre, encontrándola enseguida.
