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-Charles, estoy preocupado por tu hermana- dijo George cuando Leclerc le cogió la llamada.
-Yo también, no me coge el móvil, ¿cuando fue la última vez que hablaste con ella?
-Hace dos días, cuando me despedí de ella- dijo George.
-¿Desde la carrera no sabes nada?
-No, de hecho, ahora voy a ir a su casa.
-Esta bien, luego llámame y me cuentas que tal está.
George junto con Carmen llegaron a casa de Madelyn y llamaron a la puerta, pero nadie les abría.
-¡Lyn! ¡Sé que estas en casa, ábrenos!- gritó el británico.
-¿Y si le ha pasado algo?- pregunto Carmen preocupada.
Tras estar llamando unos cuantos minutos, la puerta fue abierta por la monegasca, sorprendiendo a la pareja por la imagen que tenían delante.
-Oh Dios mío- susurró el, abrazando fuertemente a Madelyn- Esta bien mama, todo estará bien.
-Nada está bien pequeño- dijo llorando, que era lo único que hacía desde que pasó lo de Daniel.
-Vayamos adentro- dijo Carmen agarrando la mano de Madelyn, que seguía aferrada al piloto.
Entraron a la casa y se fijaron en cómo esta, estaba hecha un desastre, ambos se miraron con preocupación por el estado de la Leclerc.
-¿Quieres que hablemos?- dijo con suavidad Carmen, mientras que George pasaba sus manos por la cara de Madelyn retirando los mechones de cabello que tapaban su cara.
-No quiero hablar- susurró ella apoyando la cabeza en el regazo de Carmen, que no tardó en pasar su mano por el pelo de Madelyn.
Y en ese momento, George, viendo como se encontraba Madelyn, juro que iba a acabar con Zak Brown.
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