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Todas las miradas y las cámaras estaban enfocadas en la entrada del paddock. Madelyn junto a Daniel, que llevaba a Sophie en brazos, volvían a aparecer por el circuito, llamando la atención de todo el mundo.
-Por que no nos miran a nosotros- se quejo George a Carmen.
-¿Enserio preguntas?
-¡Ly!
-Dios mío, ya viene la roba mamás- dijo el británico cuando escuchó la voz de la pequeña niña.
-¡Laura! ¡Deja de correr!- gritó Kevin, que iba detrás de su hija, junto a su mujer.
Madelyn sonrió al notar los pequeños bracitos de Laura rodear sus piernas, por lo que se agachó y la cargó en sus brazos.
-¿Que te pasa?- pregunto la pequeña Magnussen, viendo el brazo escayolado de la monegasca.
-Me caí, y me hice daño- respondió Lyn- Hola Kevin.
-Te noto cansado- dijo con burla Daniel.
-A la próxima avisadme que venís, así le pongo una correa a Laura para que no salga corriendo- exclamó Kevin, fulminando con la mirada al australiano por lo dicho anteriormente.
-No digas eso- le regaño Louise al piloto de Haas.
-¡Roscoe!- gritó George cuando vio al perro de su compañero acercándose a ellos, con su dueño detrás de él.
El animal se acercó a Daniel y se puso a dos patas, apoyándose en las piernas del australiano.
-¿Que quiere?- pregunto confundido Ricciardo.
-Acerca a Sophie a Roscoe- respondió Madelyn.
Todos vieron como la bebe reía sin parar al ver a Roscoe, que le lamía la cara causando que la risa de Sophie aumentara.
-¿Desde cuando se llevan tan bien?- cuestionó con duda Kevin, duda que no fue resuelta ya que alguien llamó a los pilotos de Mercedes.
-¡George Russell y Lewis Hamilton!- gritó Toto acercándose a ellos.
-¿Que hiciste?- preguntaron ambos a la vez, culpándose entre ellos.
-¿Que se supone que estáis haciendo? ¿Sabéis que llegáis tarde?
-¿Tarde nosotros? Imposible- dijo George, negando con la cabeza.
