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-No estoy de acuerdo con esto.
-Que bien que no te pregunté.
-¡Daniel!
-Pero yo solo digo la verdad, ángel- se quejo el australiano, cuando Madelyn le regaño.
-No dices la verdad, idiota.
-George, no le molestes tu tampoco.
-Pero Lyn, soy tú hijo, por lo que también tengo que opinar sobre la boda.
-Nosotros también somos sus hijos- exclamó Oscar, señalando a los demás pilotos que se encontraban ahí.
-¿Pero que dices?- pregunto George- En ningún momento Lyn os ha dicho que podíais llamarla mamá.
-¿Quieres un premio?- cuestionó Charles- Yo soy su hermano, compartimos sangre, por lo que puedo opinar con más derecho que tú sobre la boda.
-Compartir sangre está sobrevalorado.
Madelyn suspiro, cansada de escuchar a los chicos discutir por cualquier cosa. Por lo que agarró a Carmen del brazo, para después salir de la habitación del hotel.
-Esto es agotador- dijo la monegasca, meciendo entre sus brazos a su hija, que comenzaba a despertarse.
-Las bodas son así.
-¿No quieres planear y organizar tú mi boda?- preguntó con diversión- Mira que a ti te doy permiso.
-¿Me lo estás diciendo enserio?- cuestionó Carmen con ilusión.
-Por supuesto que si.
Carmen solto un chillido de felicidad y se lanzo a los brazos de Madelyn, abrazandola con fuerza, sin hacer daño a Sophie.
-¿Que pasa?
Los chicos salieron al escuchar a la española gritar, encontrando a Carmen llorando en los brazos de Madelyn.
-¿Estás bien?- preguntó George preocupado, acercándose rápidamente a su novia.
-Voy a planificar y organizar la boda- respondió ella.
-¡Eso no es justo Lyn!
-No llores, Lando.
-Jodete, George.
-¡Basta, niños!
-Perdón Lyn.
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