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-¿No se puede cancelar?- pregunto Madelyn desde la cama de Ricciardo.
-No Lyn- respondió cansando Lando, ya que era la octava vez que la Leclerc preguntaba eso.
-¿Por que no?
-Ángel, ya te lo hemos explicado muchas veces- dijo Daniel.
-Seguro que si que se puede- seguía insistiendo ella.
-Si la FIA cancelará todas las carreras en las que alguien tuviera un mal presentimiento, no habría temporada- dijo Lando.
-Por favor, tenéis que hacerme caso, siempre tengo razón.
-Tranquilízate, todo saldrá bien- aseguró Daniel sentándose a su lado.
-Además recuerda que estás embarazada de siete meses, casi ocho, no puedes pasar por ninguna situación que te ponga mal- dijo Lando- Tranquila Lyn, todos acabaremos bien la carrera.
-No Lando, nunca se sabe que va ocurrir en la carrera- dijo Madelyn levantándose de la cama.
-Escúchame, te lo prometo, estaremos bien- dijo el británico.
-Jules también me lo prometió ese día- susurró ella con los ojos llorosos.
-Ángel...
-Necesito ver a Charles- dijo para después salir de la habitación en busca de su hermano.
Madelyn buscaba a su hermano desesperadamente, la gente pensaba que estaba exagerando, pero lo que nadie sabía es que ella tuvo el mismo presentimiento cuando sucedió el accidente de Jules.
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-Te ves pálida- dijo Lando con preocupación mientras se ponía el casco.
-¿Sigues con lo mismo?- pregunto Charlotte dándole una botella de agua.
-No he podido hablar con Charles- dijo ella.
-No te preocupes ángel, podrás hablar con él cuando acabe la carrera.
-Todo estará bien- dijo Lando mientras la abrazaba.
Daniel le dio un beso en la frente para después ponerse el casco y meterse en el monoplaza.
-Toma, estos son para ti- dijo Charlotte dándole unos cascos- Escucharas la radio de Daniel.
-Esta bien, gracias- dijo ella con una pequeña sonrisa.
La carrera había comenzado y Madelyn no quitaba la mirada del coche de su hermano; todo parecía ir bien hasta que sucedió lo que tanto temía.
