Seguimos un rato hablando, y vino la enfermera. Nos dijo que tuviésemos cuidado pero que nos podíamos ir a clases. Salí de ahí, la verdad que me encontraba perfectamente a pesar del golpe que me había dado.
Sabía cuál era mi aula así que me puse a buscarla. No pasó mucho rato hasta que la encontré. Llamé a la puerta y el profesor me dejó pasar. Le expliqué lo que había pasado y no sé cómo, pero lo entendió. Simplemente me dijo que me presentará a la clase.
—Buenos días a todos —comencé educadamente —. Soy Lisa Blaze, tengo 15 años y me gusta el fútbol.
Probablemente había hecho la peor presentación del mundo, pero no importó mucho, había gente que ni prestó atención y la poca que lo hizo dejó de escuchar después de oír mi apellido, así que dio bastante igual.
—Señorita Blaze, siéntese al lado del señorito Blade.
No me jodas.
En fin, esa es mi suerte, mi compañero de al lado es el mismo que me acababa de mandar a la enfermería.
Sin rechistar más que en mi mente me dirigí a aquel sitio vacío y me senté a su lado, no pensaba decir nada, y esperaba que él tampoco.
—¿Blaze? ¿Eres hija de Axel Blaze o algo? —me susurró en un tono burlón.
Justo lo acababa de pensar, sé que mi suerte es mala, pero esto ya es pasarse de la raya.
—Soy su hermana —respondí seca. Sé que no esperaba esa respuesta, pero era la verdad, y no me apetecía mentir.
Transcurrieron sin nada interesante, de vez en cuando Víctor me preguntaba algo de la clase o se intentaba burlar de mi. Pero tampoco hablaba demasiado, cosa que agradecí. No tenía ganas de estar hablando con él.
Cuando acabaron las clases me fui al club de fútbol. Me lo pidió el entrenador antes, no sabía que quería, pero me dijo que tenía que ir.
Al llegar estaba todo lo que quedó de equipo presente. Lo que estaban haciendo no se podía categorizar ni como entrenamiento. Pocos eran los que daban más de dos pases sin ponerse a hablar o deprimirse por todo lo sucedido.
—Está todo como muy decaído, ¿no? —le dije al entrenador.
No había estado antes en la sala del club, pero según me había dicho, no quedó absolutamente nadie del equipo B, e incluso varios del primer equipo se fueron, al igual que las gerentes que había. Lo bueno es que aún estaba Arion que no tenía pinta de que fuera a abandonar fácilmente y su prueba de acceso era mañana por la tarde, después de clases.
Imagino que por eso mismo el ambiente era deprimente, era como si todos se hubieran quedado sin dinero y se les hubiera muerto todos sus familiares, eso no era para nada normal, era otro nivel de tristeza.
—Por eso mismo te necesitamos, hay que traer nuestro fútbol, el de tu hermano y el resto —al escuchar aquello me dio un escalofrío, no por miedo, sino porque me acordé de Mark, de su alegría y su pasión —. Lo que quería decirte es que estás dentro del equipo, contamos contigo.
Me sorprendió que no hubiese hecho falta que hiciera algún tipo de prueba de ingreso, o al menos ponerme más a prueba. Pero parecía ser que no, así que me limité a asentir.
Justo después de que me dijera eso, llegó Blade. Como no, tenía que destacar, entró y pegó un salto en el aire y robó un balón. Detrás de él estaba el director ese gilipollas. Que mal me caía.
Según lo que había visto, él sería el nuevo jugador que completaría el equipo.
Riccardo, como capitán que era, me dio la equipación en forma de bienvenida al equipo.
—Gracias Di Rigo —susurré de forma sincera y con una sonrisa, él me la devolvió.
Por el contrario, cuando le iba a dar la ropa al imperial, le temblaban las manos. Aun así, se la entregó de una manera más o menos decente. El problema fue, que en vez de recibirla, le pegó en las manos y la tiró al suelo.
—¿Entiendes lo que acabas de hacer? —gritó furioso —. Es el uniforme del Raimon.
—Y yo soy un observador del Sector V —respondió de mala manera —. No quiero y no pienso ser como vosotros.
La rabia del peliceniza aumentó a niveles estratosféricos, incluso le levantó la mano con ganas de pegarle. Sabía que si lo hacía se metería en problemas así que le agarré la muñeca para que n hiciera ninguna locura.
—Cierto, porque no podrás, ellos están demasiado por encima tuya —escupí finalmente, no iba a permitir que se comportase así, no se lo merecían.
El director al ver que no había nada más que ver se fue, dejándonos ahí. No me esperaba que fuera tan despreocupado con sus alumnos, vaya mierda de director.
...
Al día siguiente, me deserté algo tarde, y al igual que siempre, tuve que ir corriendo al instituto porque sino llegaría muy tarde. Gracias a Dios, cuando llegué el profesor aún no había entrado a clase.
Me limité a sentarme en mi desafortunado sitio, y para mi desgracia, Blade ya estaba sentado en su sitio. Le miré por unos instantes, preguntándome por qué no llevaba el uniforme, si a mí me obligaban a llevarlo, ¿por qué a él no?
—¿Qué miras tanto? —mierda, se ha dado cuenta.
—¿Por qué tú no llevas el uniforme? —no quería sonar borde, pero quizá lo hice.
Tenía mi ceño fruncido y estaba indignada porque él pudiera no llevar la ropa reglamentaria.
—Porque no me apetece— respondió de mala gana.
Ahí se quedó la conversación, no pensaba decir nada más, y él tampoco, así que nos quedamos en paz.
La profesora de matemáticas entró por la puerta. Maldecí mentalmente, tener matemáticas es una tortura, pero encima a primera, eso ya era pasarse.
La clase transcurría con normalidad, bueno, supongo, porque no estaba prestando absolutamente nada de atención.
—Señorita Blaze.
Mierda, esa era yo, ¿no podía haber otra "señorita Blaze" en la clase?
Ahí estaba mi suerte, siempre apoyándome.
—¿Cuál es la respuesta de esta operación? —no sabía ni que estábamos haciendo operaciones, normal, poco más y no sabía ni la asignatura.
Pero nadie sabe cómo, tuve un maravilloso salvador.
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Su Sonrisa [Víctor Blade]
FanfictionLisa Blaze, nada más y nada menos que la hermana menor de Axel Blaze, tiene la misma pasión por el fútbol que su hermano, ¿a dónde la llevará eso? Pues al Raimon. Foto del Google La historia no sigue al 100% lo que sucede en Inazuma Eleven Go, hay r...