Capítulo 25

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—No pienso permitir que le hagas más daño a mi equipo Beyond —Lisa estaba firme en su postura aunque el otro no pensaba echarse atrás tampoco.

El imperial tenía de nuevo el balón. Parecía dispuesto a lanzarle un balonazo el cual ella no iba a poder esquivar.

—Deja de hacernos perder el tiempo —le dijo a poca distancia de ella.

Y lo hizo, el balón impactó contra ella. La sangre me hirvió por un momento, no quería que la hicieran daño, tenía algo que me incitaba a protegerla. Aún así, me quedé parado.

Cayó al suelo y se levantó sin mucho problema. Así siguió un rato. Era capaz de levantarse por muy fuerte que fuera el balonazo y, al contrario que Arion, ella no temblaba, seguía firme en todo momento.

—Tenemos que ganar este partido —de pronto mi atención cambió a otro sitio, Arion se había vuelto a levantar.

—Maldito-

No pensaba dejar que terminase de hablar. Sentía que era como aquella vez y necesitaba rematarlo, con esos balonazos que le habían lanzado a Lisa no iban a hacer nada.

—Quita, vuestro modo de trabajar es demasiado lento —mandé el balón alto —. Si queréis acabar con él, tiene que ser así —salté detrás de él.

Vi de reojo como Blaze intentaba llegar a ponerse delante, pero los golpes que había recibido antes le empezaban a pasar factura. No iba a llegar.

Chuté con fuerza, casi con la máxima que pude en ese momento. Sé que cayó al suelo, a pesar de estar de espaldas lo noté.

—Tenemos que ganar el partido —no podía ser, no podía volverse a levantar.

—¿Por qué? ¿Por qué te vuelves a levantar? —escuché una risa, y aún sin ver a nadie reír, sabía de quién era. Solo un loco del fútbol podía reírse de mí en esta situación.

—¿Qué por qué? Por qué me gusta el fútbol.

Este chico me desesperaba de verdad. Ya no sabía ni qué hacer.

—Está bien —volvió a hablar Infinity —. Si eso es lo que quieres —le pasó el balón a Arion —, demuéstranos que puedes defender tu querido fútbol y derrótanos si te atreves.

Sé que se atrevía lo que sabía es si iba a ser capaz. Tenía a Lisa de su parte, pero dudaba que pudieran.

—Claro que me atrevo  —controló el balón y se puso a correr.

Un defensa fue a quitarle el balón con una entrada. Esa manera de entrar, está yendo, va a por su pierna.

Consiguió salvarse de la entrada, nadie sabe muy bien cómo y no me equivocaba, quería destrozarla. Quería destrozarle la pierna.

Después de eso, le pasó el balón a Blaze. No, a ella no. Infinity se dirigía corriendo hacia ella.

—Seré yo el que le dé el golpe final y seguro que no escapará —iba a hacer lo mismo, iba a ir a por ella.

Otra vez quería protegerla, ese sentimiento había venido de nuevo a mi cuerpo, pero esta vez no iba a contenerme.

Beyond comenzó a hacer la entrada, se tiró al suelo y su pierna estaba demasiado alta, iba casi a su rodilla.

Fui corriendo yo también a por ella. No podía permitirlo. Conseguí empujarla antes de que los tacos de Infinity impactaran contra ella. Había conseguido salvarla. Cayó al suelo, pero ese era el mejor de los problemas.

—¿Qué rayos haces? —me preguntó él desde el suelo.

Yo estaba de pie tenía la pelota conmigo.

—¿Es así como os encargáis de esto? Pues os pasáis bastante.

—Pero, ¿qué dices?

—Sabes de lo que hablo, si le hubieses dado de verdad con esa entrada. Le habrías roto la pierna con total seguridad —y no pensaba permitirlo.

—¿Y qué si lo hubiera hecho? —¿acaso era tonto? —. A una traidora como ella debemos dejarle el cuerpo para que no pueda volver a jugar al fútbol.

Sus palabras me llegaron. No porque tuviera razón o no, sino porque me acordé de Vlad. Pensé que cualquiera podía estar en mi situación si fuera el caso que él decia, y ante todo, sabía que era lo último que le deseaba a nadie.

Me acordé del otro día, cuando un balón cayó a los pies de Vlad y no fue capaz de devolvérselo con ellos. Me acordé de lo que sentí esa vez.

—Maldito, ¿lo has dicho en serio?

No pensaba dejar las cosas así, al menos no después de esto.

Coloqué el balón en mi empeine, todavía con las manos en los bolsillos, y lo chuté tres veces, estaba dispuesto a marcar. Pronto una oscuridad me rodeó y realicé el Proyectil Letal. Claramente el portero no estaba atento, podía haberse echado una siesta casi.

El balón entró y el gol subió al marcador. Íbamos ganando 1 a 2.

Justo acabó la primera parte. Miré de reojo a Lisa, estaba boquiabierta, todavía en el suelo.

—Víctor, pero, ¿no habías dicho que ibas a destruir el fútbol? —me dijo Riccardo a mis espaldas.

—Y lo destruiré, destruiré este absurdo y corrupto fútbol con mis propias manos.

—Puede ser, que el entrenador Evans supiera que pasaría esto —no sabía si era así o no, tampoco me preocupaba.

Arion fue corriendo hacia donde estaba, pero no vino a por mí, sino a por Lisa.

—¿Estás bien? —hizo una pausa —. Víctor, muchas gracias.

No me esperaba que me agradeciese, tampoco había hecho nada del otro mundo.

Durante el descanso, estábamos en el banquillo. Alguien se me acercó y me tendió una botella de agua. Era Blaze.

—Gracias por lo de antes —dijo una vez cogí la botella.

—No iba a permitir que te lesionasen otra vez.

Vi que sonrió.

—Una por una, ¿no?

No lo pillaba. No me consideraba alguien tonto, pero no lo había entendido.

—¿Eh?

—La última vez me lesionaste tú y ahora has sido tú el que me ha salvado.

Me contagió su sonrisa.

—Cierto, Vlad sigue queriendo recompensártelo —me lo decía casi cada día.

—No pasa nada, sé que fue más tu culpa que la suya.

Tal vez fue así, yo era quien conducía la silla.

—En está situación, el segundo tiempo es una locura —casi se me había olvidado que Gabi estaba lesionado, sentí pena por él —. Lo siento mucho Gabi.

—No te preocupes, Riccardo. No ha sido culpa tuya.

Mientras que los demás veteranos hablan con el capitán, Lisa se acercó al central, yo le seguí medio a escondidas.

—¿Cómo estás? —fue lo primero que le preguntó al sentarse en el césped, enfrente suyo.

—Está hinchado y me duele.

Realmente lo estaba, parecía un pie mutante.

—Te he preguntado a ti, no al pie —a pesar de que podía sonar como un regaño, su voz era muy suave, notándose su preocupación.

A mí nunca me había hablado así.

—Mal, la verdad que quiero jugar a vuestro lado. Me siento inútil en el banquillo.

—Yo me sentí igual en el último partido. Pero piensa una cosa, eres nuestro defensa más importante. Es mejor que te pierdas una segunda parte a que te pierdas el resto de la temporada.

Su razonamiento tenía lógica. Su misión principal fue motivarle y alegrarle un poco, cosa que consiguió sin problema.


Su Sonrisa [Víctor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora