Capítulo 45

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Ya estábamos en el campo. Era un tanto extraño, había turbinas por todos lados. Ya entendía porqué se llamaba el Estadio Turbina. Ninguno sabía cuál era su función, alguno pensó que podía ser incluso el aire acondicionado.

Lo que yo no dejaba de preguntarme era: ¿qué estaría tramando el Sector V? Porque estaba claro que esto no era un campo de fútbol normal y corriente, si lo fuera, no tendría esas cosas tan raras.

El comentarista nos comenzó a presentar, a la vez, vi que Mark y Jude hablaban con su ceño fruncido. Supuse que estaban comentando algo sobre la Academia Militar Mar de Luna. Pensé en las estrategias que podían usar, pero realmente no sabía absolutamente nada sobre ellos, ni siquiera conocía en profundidad a Doug.

Me coloqué en la delantera, intentando calmar mis pensamientos y centrarme solamente en el partido. Nos tocaba sacar de centro, así que Víctor y yo nos colocamos dentro del círculo central mientras esperábamos al pitido del árbitro.

—¿Nerviosa? —me preguntó el peliazul con una sonrisa burlona.

Más que nerviosa estaba preocupada.

¿Y si esos ventiladores nos abducían hacia arriba y no podíamos jugar el partido?

¿Y si de verdad habían tenido un entrenamiento militar y por eso tenían un físico muy superior al nuestro?

¿Y si sabían estrategias militares que podían aplicar al fútbol?

¿Y si eran todos imperiales y el Sector V nos quiere erradicar de una vez?

Miles de preguntas rondaban mi cabeza justo antes de contestarle.

—Un poco. No sé qué va a intentar hacer el Sector V para que perdamos.

—Pase lo que pase, sé que lo harás genial —sus ánimos me tranquilizaban un poco.

El pitido del árbitro se hizo presente y Víctor me pasó el balón. Comencé a atacar conduciendo la pelota hacia el campo contrario. De pronto, el portero habló:

—Maniobra Alfa.

¿Su secreto era estudiarse el alfabeto griego? Porque desde luego que eso no me iba a detener.

Se separaron todos y se fueron a las bandas, como apartándose de algo. Con ello me dejaron un camino libre hacia la portería que no pensaba desaprovechar.

Seguí avanzando a pesar de que todos estábamos extrañados por aquella formación.

No sé cómo, pero sentí un gran viento en mi espalda, supuse que los ventiladores del estadio tendrían algo que ver. Aún así, continué mi camino. Cuando estaba a punto de tirar escuché a Víctor gritar: "Cuidado" Y a continuación un tornado me absorbió y empecé a dar vueltas.

Estuve unos segundos ahí dentro y por fin salí. Estaba mareada pero no era nada del otro mundo, lo que no entendía era lo que estaba pasando.

—Lisa, ¿estás bien? —me preguntó Arion quien vino corriendo hacia donde estaba junto a un par más.

—Estaría mejor si no hubiera tornados por el campo —comenté graciosa.

La Academia Militar Mar de Luna se hizo con el balón y empezó su ataque. De nuevo, se pusieron en otra formación distinta y supe que se avecinaba otro tornado. Como ellos se iban hacia el centro supuse que los tornados se crearían en las bandas.

Pero no fue así. Tres grandes tornados se crearon delante de ellos, usándolos como si fueran escudos y así pudieron seguir avanzando hasta nuestra portería sin problema.

Una vez se fueron los tornados nos fue imposible llegar hasta el balón y consiguieron estar solos contra Samguk. Justo Aitor logró ponerse delante del balón y con su supertécnica Red de Caza se hizo con la posesión.

Honestamente eso me sorprendió, no había visto su poder y parecía ser bastante.

Gabi subió al ataque a su lado, y aunque pidió el balón varias veces, Aitor pasó de él. Terminaron quitándole el balón. Ya sabía yo que esa rivalidad no podía ser buena.

La pelota llegó a Doug, usó el Tiro Sónico y esta vez no había nadie para salvarnos. Gracias a Dios Samguk lo paró con la Barrera de Gaia.

El balón llegó hasta Arion y mientras que el rival se iba hacia y lado, él iba directo hacia el tornado.

Espera...

¿Se había vuelto loco?

El tornado me había lanzado por los aires en un abrir y cerrar de ojos y, ¿él iba hacia su dirección?

Se le veía muy seguro de ello, usó su brisa deslizante para superarlo como si fuese un defensor más. ¿Acaso eso se podía hacer?

Gracias a eso pudimos conectar pases hasta llegar a la portería contraria. Michael tiró a puerta con sus Cascabel pero el portero invocó un espíritu guerrero y lo consiguió parar.

Si Alessandro el Grande era un invocador y probablemente un imperial, nos sería bastante difícil conseguir marcar gol.

Después, disparó directamente al tornado y el balón se quedó ahí dentro. Lo estaban usando como su escudo otra vez.

Riccardo pareció entender el movimiento del balón y usó su Virtuoso para que consiguiésemos el balón. Iba a ir hacia allí pero vi a Gabi y Aitor peleando y no quise entrometerme en ello. Pensé que sería mejor que arreglasen sus asuntos.

Nuestros defensas chocaron en el aire. De verdad que parecen dos niños pequeños peleando por una piruleta. Mientras tanto Doug quedó libre y nos marcó el primer gol con su Tiro Sónico.

La lucha que había entre Aitor y Gabi nos habían costado un gol, y yo me iba a encargar de que no nos costase otro. Si ellos no defendían, lo haría yo, pero no iba a permitirme perder este partido.

—Gabi, arreglad vuestras diferencias o yo misma me pondré de defensa —le dije refiriéndome a Aitor.

—Sí, lo siento, ha sido un- —iba a seguir hablando pero Wan-chang se acercó a nosotros bastante enfadado.

—Si tienes que decir algo, me lo dices clarito y a la cara —¿de qué estabas hablando?

—Pero si yo no he... —pareció darse cuenta de algo —. Oye, ¿qué es lo que te ha contado Aitor?

Ya estaba entiendo todo. Seguro que le había dicho algo para poner a todo en equipo en contra de Gabi. Realmente no sabía porqué lo hacía.

—Esto no tiene nada que ver con Aitor, tú. Ya verás como la próxima vez que esos ataquen, sí que consigo pararles, tú. Vamos, no voy a permitir que me dejes mal, tú.

Mientras que Wan-chang estaba enfadado y casi gritando, Gabi no le estaba ni escuchando, tan solo miraba a Aitor con mala cara.

—Ese liante...

Cuando vi que iba directo hacia él, me puse delante suya y Riccardo le agarraba del hombro. A ninguno de los dos nos parecía bien la situación.

—No es propio de ti —en eso tenía razón el capitán —. Puede que el ambiente del equipo haya cambiado desde que llegó Aitor, pero no es problema para ti, ¿verdad?

Riccardo se fue, convencido de que se había calmado la marea.

—Gabi, no pienses en él, simplemente ponte a jugar al fútbol.

Su Sonrisa [Víctor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora