Estaba en la ribera entrenando. Ya era de noche por lo que llevaba bastante tiempo allí. Tiraba a portería todo lo fuerte que podía, claro que mi entrenamiento no era simplemente eso. Llevaba dos ruedas a mi espalda y ya había corrido un buen rato con ellas mientras controlaba el balón.Necesitaba hacerme más fuerte, necesitaba conseguir más fuerza. El equipo me necesitaba y yo no pensaba darles la espalda. Ese pensamiento me hacía querer seguir una y otra vez.
De pronto, al tirar a portería, sentí un aura salir de mi interior, algo diferente a todo lo que había sentido alguna vez. El balón se cargó de una energía distinta de cualquiera de mis supertécnicas. No tenía ni idea de qué podía ser.
Me quedé tan impresionada por ello que no me di cuenta que el balón había impactado contra el larguero y se dirigía de nuevo hacia mí.
Una persona que yo vi más como una sombra oscura saltó e impidió que el balón chocase contra mí.
No supe ni cómo, pero me caí al suelo de culo. Pensé que mi cuerpo había llegado a su límite y por eso no podía mantenerme de pie.
—¿Estás bien?
Reconocí esa voz al instante y sin saber porqué me empecé a reír.
Tal vez me parecía muy absurda la situación.
Tal vez me hacía gracia que él me hubiera ayudado dos veces hoy.
Tal vez no sabía ni porqué era.
Tal vez solo necesitaba reírme para desahogarme.
Se acercó preocupado y noté como me desató las ruedas mientras yo me carcajeaba.
—Vamos Lisa, te acompaño a casa, no deberías estar aquí tan tarde —dejé de reírme.
Me pareció realmente tierno que se preocupase así por mí.
—No quiero ir a casa —era lo último que me apetecía en ese instante.
—Al menos levántate y nos sentamos en el banco —su suave voz me cautivaba, era la mayor melodía que había escuchado nunca.
—No puedo ni moverme —volví a reír.
Se agachó para quedar a mi altura y con mucho cuidado me levantó como si fuera una princesa.
Adoraba su cercanía. Podía verle mucho mejor, esos preciosos ojos, ese pelo tan peculiar, esas facciones tan bonitas, a él en general.
Su olor también era maravilloso, era algo fuerte pero a su vez suave. Era muy suyo.
Disfrutaba demasiado de su compañía últimamente. Había cambiado mucho con el principio de curso donde apenas podía verle sin querer pegarle.
Mi visión hacia él había cambiado.
Me dejó sobre el césped pero mi espalda estaba apoyada en el banquillo. Le hice un gesto para que se sentase a mi lado y me hizo caso.
—¿Por qué haces este tipo de entrenamientos? —me preguntó.
Giré mi cara hacia él y vi que su mirada estaba perdida en el campo.
—Para mejorar, ¿para qué iba a ser sino?
Esa pregunta delató que esa no era la verdadera razón por la que entrenaba así.
No me respondió y lo agradecí. Sabía que sospechaba algo por lo que había dicho.
Estaba cansada y sentía que mi cuerpo iba a desfallecer en cualquier momento, casi como que me iba a volver líquida y me iba a fusionar con el suelo.
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Su Sonrisa [Víctor Blade]
FanfictionLisa Blaze, nada más y nada menos que la hermana menor de Axel Blaze, tiene la misma pasión por el fútbol que su hermano, ¿a dónde la llevará eso? Pues al Raimon. Foto del Google La historia no sigue al 100% lo que sucede en Inazuma Eleven Go, hay r...