Estábamos en la sala de reuniones del club, era hora de presentarnos a los dos nuevos integrantes. Empezaron presentando a los que ya formaban parte del equipo anteriormente.
—Y esta es Lisa Blaze, una nueva incorporación junto con Blade que no ha venido —di gracias de que ninguno se fijó en mi apellido.
Ya era el turno de los nuevos, parecían bastante nerviosos.
—So-Soy A-Arion Sherdwind de primero —incluso estaba tartamudeando.
—Yo soy Jampierre-Lapin pero podéis llamar Jp —el bajito parecía más tranquilo, y se notó bastante a la hora de hablar. Casi parecía que lo llevaba preparado de casa.
También habían nuevas gerentes, era algo normal ya que todas las anteriores se habían ido, no quedó ni una siquiera.
Skie era la del pelo azul, se la veía simpática la verdad, algo así como el tal Arion. Y era de primero.
Por el contrario, Jade y Rosie eran de segundo, y a la vez que una era muy abierta la otra era más tímida. Seguían siendo buena gente.
Ahí concluyeron las presentaciones y menos mal, quería irme ya a casa. Recogí mis cosas de mi taquilla, y salí del lugar con una sudadera ancha puesta.
Iba escuchando algo de música, no me gustaba ir andando en silencio, y como volvía sola, era lo que quedaba. Aunque cierto era que no me disgustaba volver sola.
De camino a mi casa me crucé con Blade, salía del hospital donde trabajaba mi padre, probablemente seguiría ahí, de vez en cuando iba a verle, pero en ese momento no me apetecía.
Estaba esperando a que un semáforo se pusiera en verde para poder pasar cuando noté la presencia del pelo pincho a mi lado.
—¿Ya han acabado las pruebas? —preguntó burlón, le hacía gracia la situación o algo.
Ni siquiera me digné a hablar, solamente asentí con la cabeza.
—Tsk —de pronto parecía molesto —, ¿no te vas a enfadar o algo? —no tenía lógica aquello, ¿por qué preguntaría eso?
—No quiero perder el tiempo enfadándome —respondí sincera.
Justo el semáforo cambió a verde y pude pasar, él me siguió, era un poco pesado.
—¿Insinúas que enfadarse conmigo es perder el tiempo? —cada pregunta que hacía tenía menos sentido que la anterior, pero lo ignoré.
—Cualquier cosa que tenga que ver contigo lo es —hablé firme, quería acabar con aquella conversación de una vez.
Y creo que funcionó, porque no volví a oír su voz y desapareció de mi lado.
Continué mi trayecto, saqué las llaves de casa para abrir la puerta y eso hice. Para mi sorpresa mi hermano ya estaba en casa. Se notaba porque se olía desde la entrada el olor de la cena que estaba preparando.
—¿Qué tal el entrenamiento peque? —estaba algo alegre, y por parte era raro.
Axel no solía estar tan feliz por nada, tenía que tener una buena razón para ello pero no sabía cuál era.
Dejé la mochila cerca de la puerta y me quité los cascos para dejarlos en una mesita en la entrada. Me dirigí a la cocina.
—Bien, hay un chico nuevo en el equipo algo peculiar, me recuerda a Mark —le conté lo único interesante que había pasado, la rabia inexplicable de Riccardo y la conversación con Víctor eran bastante irrelevantes.
Cuando terminé de hablar, yo ya había llegado a donde estaba él cocinando.
—¿A qué no es fantástico? —¿de verdad ese era mi hermano? —. Ya va a empezar todo. Gracias al Raimon salvaremos al fútbol, ya lo verás.
Ahora todo tenía más sentido, hablaba de la revolución que quería llevar a cabo, por eso estaba yo en Raimon, lo decidimos en verano.
—Pero una cosa —él me miró mientras que yo estaba poniendo la mesa —, ¿no sospecharán de que la hermana del Gran Emperador quiere acabar con el fútbol regulado?
—Sí, pero como soy Alex Zabel, es como si no fuéramos hermanos —cierto, se me olvidaba que ahora, para el mundo, ya no era Axel Blaze, sino Alex Zabel.
—Claro —dije apagada, sentía en parte que se avergonzaba de mí.
Creo que notó mi leve cambio que tuve en la voz, pero lo dejó pasar.
La cena transcurrió normal, hablábamos de fútbol mientras comíamos, como siempre, solo que ahora estábamos solos.
Julia no estaba en casa, se había mudado con su novio Austin, bueno, si no me equivoca, era su prometido. Era lógico que se fuera, en algún momento tendría que pasar. A ver cuándo Axel se iba a echar novia porque a este paso me voy yo antes...
Al terminar fregué los platos, como él había cocinado, a mi me tocaba fregar.
Subí a mi habitación, subiendo mi mochila conmigo. A pesar de que fuera uno de los primeros días, ya nos habían mandado deberes y tenía que hacerlos, sino mi hermano me echaría la bronca y no me apetecía escuchar sus sermones.
Resolvía los deberes de matemáticas, que en verdad se me daba razonablemente bien, tan solo que no solía prestar atención en clase, me parecían muy aburridas, prefería estar pensando en mis cosas.
Cuando por fin terminé era pronto para irme a dormir. Tenía un dibujo que había empezado pero no me apetecía mucho pintar en ese momento. En realidad, no sabía muy bien qué hacer, así que salí al jardín a darle patadas a un balón. Seguía algo estresada y quería ver si así me relajaba.
Estuve un rato sola, pero más tarde bajó mi hermano, supuse que me habría escuchado. Comenzamos a dar pases en silencio, sin decir absolutamente nada. En general mis pases eran bastante irregulares, no iban al pie como solían ir, sino que iban algún sitio cercano a él, eso me frustraba más.
El pobre Axel se tenía que ir moviendo por lo horribles que eran mis pases mientras que los suyos eran perfectos. En un momento, controlé mal el balón y lo lancé muy alto, no llegué a colarlo, pero a punto estuve.
—Vale, ya —estaba cansado y algo irritado —. ¿Qué te pasa? No has dado una.
Me conocía bien, sabía que si fallaba en el fútbol era que algo me preocupaba. Lo que me extrañó fue que no recibí ningún balonazo de su parte como suele hacer.
—No lo sé, es todo, desde el chico ese que no para de molestar al mismo capitán que no sé que narices le pasa —me senté en el césped y él hizo lo mismo a mi lado.
—¿Qué chico nuevo?
Probablemente sabía a quién me refería, era mandado por el Sector V.
—Un imperial —con eso supo de quién hablaba —. No para de despreciar tanto como al club como al fútbol en general.
Soltó un suspiro.
—Ten paciencia con él, es un buen chico. Tiene mucho en su espalda —sé que lo decía en serio, no tenía razón para mentirme, pero era difícil creerle.
—¿Qué es lo que pasa con él?
—Le tienen amenazado —eso sí que no me lo esperaba.
Estaba más que sorprendida, me imaginaba mil cosas respecto a Blade, ¿pero eso? Nunca.
—¿Amenazado? —pregunté, quería respuestas, las llevaba queriendo todo el día.
ESTÁS LEYENDO
Su Sonrisa [Víctor Blade]
FanfictionLisa Blaze, nada más y nada menos que la hermana menor de Axel Blaze, tiene la misma pasión por el fútbol que su hermano, ¿a dónde la llevará eso? Pues al Raimon. Foto del Google La historia no sigue al 100% lo que sucede en Inazuma Eleven Go, hay r...