Narra Lisa
Estábamos en una pequeña reunión de club y estaba hablando con Riccardo. Él me estaba contando todo lo sucedido con Gabi y Aitor. Al parecer tuvieron un partido contra la Edad Dorada mientras yo entrenaba con Víctor.
Según me estaba contando el capitán, la tensión en ese partido por los dos defensas fue muy notable.
—La defensa estaba rota, Gabi y Aitor no se terminan de entender en el campo —aunque él lo dijese de esa manera, ambos sabíamos que no era del todo así, que había algo más detrás —. Incluso Aitor le hizo una entrada a Gabi para quitarle el balón, casi lo lesiona.
Me sorprendió escuchar eso, no pensaba que pudiera llegar tan lejos.
—No es bueno que haya esa rivalidad entre el equipo, creará muchos problemas. Lo mejor es arreglarlo cuánto antes.
Riccardo estaba de acuerdo conmigo pero ninguno de los dos sabíamos qué podíamos hacer.
—Por cierto, ¿dónde estabas ayer? —sabía que se refería a porqué no había ido al partido.
Principalmente fue porque no me había enterado de que dicho partido existía, avisaron con muy poco tiempo.
—No sabía que jugábamos, sino, habría ido —me miró, no del todo convencido de mi respuesta —. Además, estuve con Víctor.
Eso era lo que quería que le dijese.
—¿Qué tal vas con él?
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue que tenía que darle la crema.
—Bueno, no sé, es la primera vez que tengo algo así —le confesé, sabía que Riccardo me ayudaría en lo que pudiera.
Él estaba informado de todo lo que hacía con Víctor, en parte porque me preguntaba a diario y me daba consejos.
—No sabes cómo actuar, ¿no?
Bajé mi cabeza al suelo un momento, me avergonzaba la situación.
—No del todo, a veces me es raro, nunca he sido muy cercana a la gente pero con él todo es diferente. Actúo sin pensar, me dejo llevar.
—Tan sólo es acostumbrarse, tranquila, date tiempo —de pronto se escuchó la puerta, alguien había entrado —. Hablando del rey de Roma.
Me giré y ahí estaba él, con sus aires de chico malo que me encantaban. No puede evitar sonreír al verle, estaba tan guapo y me gustaba tanto que me era imposible no hacerlo.
Se acercó a mí sonriendo y quería nunca dejar de ver esta escena. Podría estar horas y horas viéndole con la certeza de que nunca me cansaría.
—Buenos días —nos saludó, puso su mano en mi cintura, rodeándome y me dio un beso en la cabeza que hizo que mi estómago comenzase a revolotear —. ¿Creéis que Aitor es un imperial?
No me esperaba su pregunta. Sí era cierto que tenía fuerza y habilidad para serlo, pero había algo que no encajaba.
—¿Te lo ha preguntado Gabi? —le dijo el capitán.
—Sí —asintió —, me lo acabo de cruzar y me ha dicho que si no me parecía sospechoso.
—Algo oculta, pero los imperiales suelen ir fardando de ello —sabía que por parte se refería a Víctor, a cómo se comportó cuando llegó al Raimon.
Yo me mantenía callada. Les escuchaba e iba creando mi propia hipótesis a la vez.
—Igualmente, no me suena haberle visto por el Sector V —a mí tampoco me sonaba su cara.
Llegué a la conclusión de que simplemente sería un chico que quería jugar al fútbol, solo que su personalidad era algo problemática.
—¿Y si solamente es así por algo que le haya pasado? —al principio ambos me miraron como si estuviera loca pero luego parecieron encontrarle la lógica a los palabras.
—Podría ser, ¿pero por qué con Gabi? —preguntó Riccardo.
—Le vería la presa fácil —intuí yo aunque no tenía mucha idea.
—O a lo mejor tiene envidia —miré extrañada a Víctor —. Puede que piense que es mejor que él y que le pueda quitar el sitio en la defensa.
Lo primero que pensé fue que no tenía sentido. Yo no hacía eso cuando sabía que alguien era mejor, yo entrenaba hasta llegar a su nivel. Pero luego entendí que no todos son como yo y que no todos harían lo mismo.
—Yo creo que le ve como su rival —ambos me miraron como si no entendieran de lo que hablaba —. Como juegan en la misma posición, es como su competencia directa en el equipo, ellos van a competir entre sí para el puesto de defensa.
—Eso tendría mucho sentido pero- —antes de que Ricardo pudiera continuar, las puertas se abrieron y eso llamó nuestra atención.
Gabi era el que había entrado.
—Estamos todos en el campo esperándoos para el entrenamiento —nos miramos entre nosotros, estábamos tan centrados hablando de Aitor que ninguno nos habíamos dado cuenta. Ya no quedaba nadie en la sala, no sé ni cuando se habían ido.
Agarré suavemente el brazo a Víctor para que esperase, busqué la crema y se la di. Me miró entre expectante y sorprendido.
—No hace milagros pero seguro que te ayuda —me encogí de hombros.
Él se acercó y me dejó un beso en la frente seguido de un pequeño gracias.
...
Estábamos jugando una especie de partido. Aitor había recibido un pase de Arion e iba hacia la portería. De pronto, se encontró con Gabi quien le quitó el balón de una forma muy limpia. Le felicité por su defensa ya que íbamos juntos.
—¡Qué buen corte Gabi! —grité sonriendo.
Todos fueron hacia el lugar y yo no sabía qué estaba pasando. Una vez vi a Aitor en el suelo lo entendí todo. Se había tirado simulando que Gabi le había dado una patada, cuando claramente no fue así.
—¿Puedes levantarte? —Subaru le intentó ayudar a ponerse en pie.
Debería apuntarse a teatro en vez de a fútbol.
—El partido ya casi está aquí —no puede estar lesionado si ni siquiera le ha rozado.
—No se podría recuperar a tiempo si se lesiona —Eugene debería de graduarse las gafas.
Ya me estaba empezando a molestar que todos creyesen a Aitor. ¿Es que nadie había visto la jugada?
—Pero si no he hecho nada —al menos Gabi no sufría de imaginaciones
—Por favor no culpéis a Gabriel, estoy bien, de verdad —¿ahora se hacía el bueno?
Iba a hablar, pero en el momento en el que Víctor vio mis intenciones me detuvo. Agarró suavemente mi muñeca y le miré a los ojos.
—Es mejor mantenerse al margen —me susurró intentando que nadie le escuchara.
Asentí con la cabeza a pesar de no estar de acuerdo con la decisión. No era justo que se comportase así.
—Continuemos con el entrenamiento —ordenó el capitán.
Iba volviendo a mi posición cuando vi que Aitor se acercaba a Gabi y le decía algo que gracias a la expresión del último supe que no era nada bueno.
No me gustaba ni un pelo cómo estaba actuando.
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Su Sonrisa [Víctor Blade]
FanficLisa Blaze, nada más y nada menos que la hermana menor de Axel Blaze, tiene la misma pasión por el fútbol que su hermano, ¿a dónde la llevará eso? Pues al Raimon. Foto del Google La historia no sigue al 100% lo que sucede en Inazuma Eleven Go, hay r...