Capítulo 49

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Narra Víctor

Estábamos en tren camino al estadio. Aún no habíamos completado la supertáctica completamente pero si estábamos mucho más cerca de lograrlo. Una pequeña inseguridad se coló en mi cuerpo al ver al rival, lo olvidé rápidamente cuando Lisa me cogió de la mano con seguridad.

Entramos al campo y nos sorprendimos al ver que estaba todo, incluso el suelo, completamente congelado. En vez de en césped o tierra, íbamos a jugar sobre hielo. ¿Acaso eso se podía?

Comenzamos a calentar pero casi todos se resbalaban y se caían. Nuestras zapatillas no estaban hechas para jugar aquí.

—Mira Víctor, es como patinar —mientras tanto, Lisa parecía estar en una pista de patinaje sobre hielo. Sorprendentemente, era capaz de controlar el balón mientras patinaba.

Pisé fuerte sobre el hielo y en vez de clavar los tacos, perdí el equilibrio, solo que antes de llegar a caerme al suelo, Lisa me rodeó con sus brazos y me sujetó.

—Tienes que dejarte llevar —me aconsejó —, relájate o perderás el equilibrio.

Celia nos llamó, un tal Nishiki había vuelto desde Italia e iba a jugar con nosotros, solo que aún no había llegado.

El partido estaba a punto de comenzar y se notaba la tensión de todos los jugadores, estaba claro que esto era más que un simple partido de fútbol.

Sacamos de inicio y pronto regalamos el balón. Parecíamos tortugas corriendo por el campo. No dábamos bien los pases porque el balón tenía más velocidad y nosotros menos.

Lisa corrió y conseguí darle un pase decente. Incluso cuando todos íbamos despacio, ella se las arreglaba para ir por delante de nosotros, era alucinante. Regateó a un par de defensas, resbalando y derrapando por el hielo, pero con un equilibrio asombroso con el que mantenía la posesión.

Sin embargo, no fue suficiente cuando un grandullón la empujó, tirándola al suelo en un gesto bastante feo pero que el árbitro no consideró falta. El balón acabó fuera y la ayudé a levantarse.

—Tranquilo, estoy bien —dijo cogiendo mi mano para levantarse —. No me esperaba ese juego sucio.

Ninguno nos lo esperábamos.

Njord comenzó un ataque, estaba lleno de ira y se podía notar en su juego. Mandamos refuerzos atrás y fue Blaze la única que pudo pararle. Si ella tenía que atacar y defender a la vez le sería imposible poder aguantar todo el partido.

Mientras tanto, yo seguía intentando manejarme sobre el hielo.

Tienes que dejarte llevar, relájate o perderás el equilibrio.

Sus palabras resonaron en mi mente. Si lo pensaba bien, yo siempre estaba tenso, alerta por lo que pudiera pasar. Tal vez era hora de dejar eso atrás.

Miré sus movimientos, como clavaba los tacos para derrapar y el sutil movimiento de pies suficiente para deslizarse. Imité su acción, siguiendo su consejo y fui capaz de moverme más de 2 metros sin resbalar.

Vi cómo todos intentaban bajar a defender, pero Njord fue más rápido y chutó con su Leopardo de la Ventisca, siendo imposible para Samguk pararlo, no le dio ni tiempo a hacer su supertécnica.

—Tenéis que controlar el movimiento con los tacos, prácticamente derrapando —gritó Lisa al resto del equipo.

Ya íbamos por debajo en el marcador. Le pasé el balón a Lisa y ella encabezó el ataque. Fui capaz de seguirle el ritmo y Arion también. Su consejo nos había ayudado.

Regateó a un par de rivales, pero en cuanto aquel grandullón se colocó delante suya, me pasó el balón. Logré controlarlo pero fui incapaz de regatear, mandando el balón fuera. ¿Por qué me era tan difícil?

Blaze se acercó a mí.

—Parece que tienes un palo metido en el culo, relaja los músculos —me dio las manos y me guio lentamente.

Noté como le iba pillando el truco, copiando sus movimientos y haciéndola caso. Se soltó de mí para ir hacia el balón de nuevo, robándolo y pasándomelo de nuevo. Creo que no iba a dejar de pasarme el balón hasta que pudiera regatearme a todos.

Esta vez lo conseguí, incluso se la pude pasar de vuelta. Ella tiró con sus Llamas Letales, logrando empatar el partido.

Fue corriendo hacia mí para celebrarlo. No lo admitiría, pero me encantaba la forma en la que me abrazaba cada vez que metía un gol.

Al instituto Alpino no le sentó muy bien, poniéndose más enserio y haciendo la Barrera Absoluta. Intenté hacer lo mismo que en los entrenamientos, con ganas de reventarla pero solo choqué. Lisa tenía razón.

Fuimos a hacer las Alas Gemelas y el resultado fue el mismo. La trayectoria de la pelota y chocamos contra ellos. Sacaron de banda y empezó su contraataque con Njord a la cabeza. De nuevo, tiró con el Leopardo de la Ventisca y metieron el segundo.

Seguimos intentando atacar con las Alas Gemelas inútilmente. Una tras otras había el mismo resultado, chocábamos y volvíamos a chocar. Ellos descubrían cual de los tenía el balón y nos paraban sin dificultad.

Njord volvió a atacar, parecía el único goleador del equipo. Sacó su espíritu guerrero, Chione, Reina de la Nieve. Además, chutó con su Lanza de Carámbanos y logró anotar el tercero, ya íbamos dos abajo.

No nos vinimos abajo y continuamos con las Alas Gemelas, pero nada. No conseguíamos romper su Barrera Absoluta.

El primer tiempo terminó y fuimos todos al banquillo. Lisa se sentó a mi lado.

—A los pases de Arion les falta velocidad, por eso saben a dónde va el balón —podría ponerse a ser la entrenadora perfectamente, sabía leer muy bien el juego.

No dije nada, solo miré a Shawn y Njord discutiendo, al parecer se unió al Sector V para ganar a Shawn ya que le dejó solo, aunque el mayor lo negaba.

Escuché una voz y vi a un loco correr hacia nosotros, era el tal Nishiki. Hablaba como si fuera un samurái. Entró por Eugene, en el medio campo y era él quien intentaría hacer las Alas Gemelas conmigo.

Volvimos a probar, pero nada de nada, no había forma de lograrlo.

—Pardiez... Pues sí que es distinto ser delantero —¿pero no se suponía que Nishiki era delantero? —. Debo confesaros que en mi estancia en el extranjero pasé a jugar de centrocampista.

Ahora sí que estábamos jodidos, seguro que no tenía la potencia necesaria.

Lucien salió al campo, con ganas de intentarlo y con la aprobación de Mark. Solo habíamos visto un par de tiros suyos, no sabía si era suficiente para juzgar su potencia de tiro, pero no perdíamos nada por intentarlo.

Al contrario del resto, él no tuvo problemas para adaptarse con el terreno de juego. Intentamos las Alas Gemelas una vez más, con la diferencia de que ahora sí que había funcionado y terminó marcando gol. Su primer partido y ya anotaba, tal vez sí iba a aportar al equipo.

Volvimos a intentarlo para eliminar la diferencia. El balón me llegó a mí y marqué sin problemas con la supertécnica de mi espíritu guerrero, Caballero Lancelot.

Fui corriendo a por Blaze, y también quería dedicarle todos mis goles.

—Enhorabuena Víctor —me felicitó y noté, que por primera vez en mucho tiempo, solté toda la tensión que tenía en el cuerpo solo por sus palabras.

Su Sonrisa [Víctor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora