Verdades ocultas que salen a la luz - 11

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Al otro día, San y su familia fueron de nuevo a pasear por las calles de Japón. Por suerte hacía bastante frío, así que San pudo cubrirse los brazos llenos de pellizcos con facilidad. La noche anterior había estado buscando mucha información, y supo que para empezar, necesitaba cuidarse la piel. Así que ahora estaban en un centro comercial de allí, su padre llevaba a Siu en los brazos y San caminaba a su lado.

-padre- lo llamó, este lo miró de forma interrogativa- ¿puedes comprarme productos para la piel?- le preguntó, su padre asintió con algo de extrañez.

-sí, pero, ¿y eso por qué?, no tienes granos

-pero es para mejorar la textura de mi piel... los necesito

-claro que sí hijo, vamos a la farmacia de allí- exclamó mientras señalaba al enorme comercio, San asintió.

-¡yo quiero un helado papi!- exclamó Siu mientras movía inquietamente sus piernitas, pegándole un poco a su padre, el que rio.

-luego de comprarle las cosas a tu hermano vamos a comprarte helado...

San apuró su paso para poder entrar a la farmacia enseguida, buscó productos que había visto por internet, entre ellos jabones para la cara, cremas, etc. Luego de elegir todo, su padre lo compró y salieron de allí.

-¿ahora podemos comer helado?- preguntó de nuevo Siu de forma adorable, San no pudo evitar sonreír ladino y su padre asintió.

-vamos...

Una vez que entraron a la heladería se sentaron.

-San, ¿quieres helado también?

A San le encantaba el helado, pero no podía comerlo ahora... comer demasiada azúcar podía arruinar o hacer más lento el proceso para mejorar su apariencia física.

-no quiero, gracias...

Su padre estaba demasiado extrañado por su actitud últimamente, sabía lo mucho que su hijo amaba el helado, pero bueno, quizás no tenía ganas...

Compró un helado de vainilla para Siu, el cual San le enseñó a comer para no mancharse demasiado. Y mientras veía a sus dos hijos con una leve sonrisa lo llamaron por teléfono. San alzó su vista al sobresaltarse por el sonido y vio como su padre sacaba el móvil y miraba su pantalla, apenas la vio frunció el ceño.

-¿qué pasó pa?- le preguntó Sannie, dejando de prestarle atención a como Siu comía su helado por estar muy concentrado en su padre. 

-nada hijo, ya vuelvo, cuida a Siu por un momento- le dijo mientras se ponía de pie para alejarse un poco. San lo siguió con la mirada de forma curiosa, mientras sostenía el helado de Siu con una de sus manos y la cuchara con la otra. Siu lo miró mientras intentaba limpiarse la boca con la lengua.

-Sannie- lo llamó esperando que le diera más helado, este bajó su mirada y rio suavemente.

-oh, lo siento, lo olvidé- exclamó mientras lo ayudaba a limpiarse la boca con una servilleta y le daba más helado, Siu sonrió.

-ajá... sí... bueno, déjame que vuelva al apartamento y me fijo... mhh... ¿te llamó?... sí, dile eso... ajá... está bien, adiós

El padre de San y Siu cortó la llamada y volvió con ellos, mostrando una leve sonrisa, San se preguntó si esta era real o solo la fingía.

-¿qué pasa pa?- le preguntó preocupado, este suspiró.

-nada amor, hay que volver al apartamento, me llamaron del trabajo... tengo que ver algo entre mis papeles así que hay que volver, ¿ya?

San frunció el ceño, todo era muy sospechoso.

-ya...

Los tres salieron de la heladería y se fueron al auto que había alquilado su padre. San acomodó a su hermano al lado suyo, sentándolo en su sillita para el auto llena de cinturones por seguridad y luego de hacerlo su padre comenzó a manejar, hasta llegar al grande apartamento. Apenas entraron él se fue de forma apresurada a una de las habitaciones y cerró la puerta con rapidez, sin siquiera decir algo. San observó todo con los ojos entrecerrados, esto no se quedaría así, él debía descubrir que era lo que su padre parecía ocultar... quizás no era nada, pero quizás si lo era, así que mejor se fijaba ya mismo. 

Ahogando Sentimientos - Woosan / Sanwoo [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora