Ahogando Sentimientos - Woosan / Sanwoo [En Pausa]

¿Ser atractivo lo es todo? - 16

Habían pasado varios meses desde el primer día de clases. Lo último que sucedió en la casa de Wooyoung entre él y San no fue un tema para nada tocado por ninguno, ni entre ellos dos ni tampoco con Mingi y Joong, quienes los habían visto en una situación extraña y no entendían bien que había pasado... pero bueno, era mejor no meterse en temas suyos tan profundamente.

En la escuela San se estaba adaptando bien socialmente hablando, o sea, él cree que gracias a su cambio físico todo había comenzado a ir mejor para él porque ya no se sentía como si no valiera nada y, siendo sincero, adoraba que los demás le dijeran cumplidos sobre su físico... era como si necesitara de la aprobación de los demás y cuando la obtenía se sentía muy bien... supongo que es normal, pero no es tener una relación muy sana consigo mismo la verdad.

Como dije, en estos meses San se dio cuenta de la importancia que tiene ser atractivo y bonito socialmente hablando, es algo triste, pero si eres guapo te tratan mejor, esa es la verdad. Los demás se fijan más en ti y llamas la atención. A veces a San le incomodaba un poco eso, pero ya se estaba acostumbrando, "supongo que es lo que le sucedió a Woo toda su vida", pensaba siempre, "ahora lo entiendo".

Y por si se lo preguntan, sí, San sigue estando cerca de sus amigos, no puede alejarse aunque quiera obligarse por alguna razón, la cual de todos modos no tenía (por ahora). Igual creía que sería incapaz de alejarse de ellos al 100%, nunca podría hacer eso... quizás podría estar menos tiempo con ellos, o mirarlos menos, pero los quería demasiado como para no verlos nunca más.

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Aquel día estaba siendo muy normal, como todos. En ese momento, San y Mingi caminaban por el patio en hora de receso, los demás chicos se habían quedado sentados hablando, pero Mingi le había pedido a San si podía acompañarlo a caminar un poco y él aceptó.

-no me acostumbro a que te miren constantemente Sannie, ya con Wooyoung era demasiada atención- comentó Mingi en tono de broma, San alzó un poco la comisura de sus labios, de forma muy sutil.

-lo sé...

Los chicos siguieron dando vueltas hasta que de repente, cuando caminaban cerca de una de las puertas que daba a los pasillos de cuarto año, un gran grupo de chicos y chicas salieron de allí en cuestión de segundos, parecía que estaban en alguna clase y acababan de salir a receso.

San y Mingi casi fueron aplastados por esa manada de adolescentes. Se miraron entre sí con sorpresa hasta que la cantidad de personas cesó. Y cuando San estaba a punto de decirle algo a Gi vio a su peor pesadilla... el chico malvado del baño. Se quedó con los ojos abiertos cuando vio que caminaba con otro chico a su lado yendo hacia su dirección, "mierda, nos va a ver", pensó enseguida. Iba a salir corriendo pero fue algo tarde, ya que notó que el "chico del baño" ya los había visto y acababa de fruncir el ceño con insistencia. San se sintió asustado enseguida, no sabía si estaría preparado para enfrentar a ese maldito... a todo esto, Mingi no se había enterado de nada hasta que vio a San.

-oh...- musitó Gi al darse cuenta, enseguida tomó el brazo de su amigo y lo atrajo para pegarlo a él- San, no te asustes, si quieres nos vamos rápido...- le ofreció tirando levemente del brazo de San, pero el chico del baño ya se había terminado de acercar a los dos con su acompañante, el cual no tenía muy claro el por qué se acercaban a esos dos chicos que no conocía.

-tú...- exclamó el "chico del baño" mientras señalaba de forma ruda a Mingi, el cual lo miró con la ceja alzada, de forma incriminaría. Luego de un par de expresiones de confusión, el mayor alzó ambas cejas- eres el chico ese del baño, el año pasado, el que me gritaba no sé que cosas...

Mingi rodó los ojos, mientras, San ya comenzaba a apretar y pellizcar sus glúteos con fuerza para poder regular sus emociones. Lo único que podía ver era al chico malvado, con miedo de que le dijera algo. Antes de que Gi hablara, el chico del baño pasó su mirada a San, quien al darse cuenta sintió que se le detenía el corazón.