San llevaba deseando que terminara el día desde que aquella incoherente agresión hacia él había sucedido, y en ese momento, por fin había acabado y había vuelto a su casa caminando, sin siquiera hablar con ninguno de sus amigos. Mientras caminaba, solo podía pensar en dos cosas, uno: ya no tenía lentes porque los había roto, y por esa razón estaba viendo borroso y dos: en que se sentía una mierda.
Cuando llegó y abrió la puerta con total normalidad. Siu, su hermanito de cuatro años que se encontraba sentado en la alfombra del salón mientras comía una galleta, dejó a la misma en la mesa chica y corrió rápidamente hacia él para abrazarle las piernas en cuestión de segundos, ya que era el único lugar al que llegaba solo, por su corta altura. San enseguida quiso evitar mostrarse triste en frente suyo, por eso le mostró una sonrisa mientras lo alzaba.
-¡Sannie!- exclamó este. Su apodo, era una de las primeras cosas que había aprendido a decir y San siempre se sentía un poco mejor al oírlo llamándolo de esa forma tan adorable.
-hola chiquito, ¿cómo estás?- le preguntó fingiendo estar alegre, mientras limpiaba un poco la comisura de sus pequeños labios con su dedo pulgar, la cual estaba sucia de migajas de galletas. Siu sonrió de forma amplia, aunque no sabía hablar del todo bien, en realidad estaba aprendiendo, entendía todo lo que le decían o preguntaban.
-bien- soltó antes de llevar una de sus manitos a la mejilla de San y apretarla levemente, este lo miró algo extrañado.
-¿qué pasa Siu?- le preguntó, su hermanito frunció el ceño.
-S-Sannie, ¿qué le pasó a tus ojos?- le preguntó de forma torpe, San abrió estos un poco más amplios.
-¿por qué?- le cuestionó de forma confusa.
-están raros, un poco rojos- le dijo mientras hacía un puchero con su boca y rozaba los párpados de su hermano con sus dedos chiquitos, San rio de forma nerviosa.
-¡hijo!, ¿llegaste?- oyó desde la cocina, era su padre. San no dijo nada, solo corrió la manito de Siu de su cara.
-no es nada pequeño, estoy bien- mintió porque sabía que Siu no se daría cuenta jamás, era muy chico.
-¿y tus gafas?- le preguntó con una voz adorable, San no llegó a decir nada cuando apareció su padre, acomodándose la manga de la camisa. San subió su mirada enseguida, acomodando a Siu entre sus brazos para que no se cayera. Siu también miró a su padre con una sonrisa y el señor observó a su hijo mayor mientras se acercaba.
-hola hijo, ¿cómo fue el último día de clases?- le preguntó al mismo tiempo que dejaba su celular sobre la mesa. San pestañeó repetidas veces sin poder decirle nada, por eso, su padre lo miró con el ceño algo fruncido. San sabía que si no le mentía ahora mismo, él se daría cuenta de que le había pasado algo, su padre es muy intuitivo y sumamente inteligente.
-bien, me fue genial... fue realmente divertido- terminó diciendo, mientras bajaba a Siu para dejarlo sentado en el piso. Su padre sintió su respuesta algo forzada pero no dijo nada al respecto.
-genial...- le contestó antes de terminar de acercarse, comenzando a observar el rostro de San con detalle, este pasó sus ojos por su rostro algo nervioso, viéndolo totalmente borroso.
-¿y tus gafas?- le preguntó su padre extrañado. San se sintió aliviado ya que pensó que le preguntaría si había llorado o algo por el estilo, y no quería decirle nada a su padre de lo que sucedió hoy, ni siquiera quería contarle que él y Wooyoung ahora estaban peleados. Un leve suspiro se escapó de la boca del mayor de los dos hermanos.
-era lo que te quería decir padre- comenzó a hablar el mismo, mientras dejaba su mochila colgada en un perchero, su padre lo siguió con la mirada- hoy Mingi, Wooyoung, Hongjoong y yo estábamos jugando con una pelota, se me deslizaron las gafas de la cara por ser muy bruto y se me rompieron, lo siento mucho- mintió sonando muy realista. Pero fue tan real que su padre pareció creerle todo.
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Ahogando Sentimientos - Woosan / Sanwoo [En Pausa]
Fanfic-No lo entiendo... ¿porqué has cambiado tanto, San?... - Esta es la historia de Wooyoung y San a lo largo de su vida, con muchos cambios de por medio, sufrimiento y problemas de sobra. Ellos se conocieron en el jardín, luego de entablar una adorab...