Otro día más en el instituto, o como me gusta llamarlo a mi, la cárcel.
-Y bueno Adri... ¿ya decidiste que equipo vas a elegir?
-Bueno Mía, tú y Mar son mis amigas así que...
-No have falta ni que me lo digas, vas a elegir a Marizza, ¿no?
-Que va, te elijo a ti.-Al escuchar mis palabras Mía se levanto para darme un abrazo.
-¡Mía!-Felicitas nos separo.-Aparecieron los diarios truchos.
Mía comenzó a leer el diario en alto, no escuche ya que no me interesaba hasta que escuche mi nombre.
-Última hora, la historia familiar de Adriana Díaz. ¿A qué no sabéis qué se escucho de la habitación de las grasitas ayer? Estaban hablando de sus familias y cuando a la pobre Adriana le tocó hablar todas se quedaron impresionadas. Aquí les cuento su trágica historia familiar: Desde pequeña sufría maltratos de parte de su padre, el cual seguro que estaba enfadado de haber tenido una hija a tan temprana edad, porqué sí, la tuvieron a los quince años. Esta...-No escuche más, me levante con las lágrimas resbalando por mis mejillas y me encerré en uno de los baños.
¿Porqué mierdas me harían esto?, ¿Quién escribe ese estúpido diario? No entendía la necesidad de escuchar conversaciones privadas y ponerlas en un puto periódico. Y más cuando se trata de un tema así, con el que llevo traumada desde que tengo uso de razón.
El ruido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Seguro que era Luna, Luján o Marizza, la verdad que no tenía ganas de hablar con nadie ahora mismo.
-Adri...-Me equivocaba, esa voz no era de ninguna de ellas.-Soy Pablo, porfavor ábreme.
Mierda, no quería que Pablo Bustamante me viera así.-Vete. Déjame sola porfavor.-En mi voz se podía notar que estaba llorando.
-En algún momento tendrás que salir. Ábreme porfavor.
Me levante y abrí la puerta. El al verme se impresionó, normal, seguro que estaba inchada y roja. Antes de poder decir nada me envolvió en sus brazos, yo comencé a llorar más.
-Leí el diario. Lo siento mucho, te juro que como me entere de quien hace esas mierdas le voy a desfigurar la cara.
Yo solo lloraba en sus brazos, al parecer, sin saberlo si que lo necesitaba.-No se que he hecho mal.
-Tu no has hecho nada malo.-Se separó y me seco las lágrimas.-Es algún infeliz que quiere hacernos las vidas imposibles, pero tu tranquila.
-Es que ni si quiera es algo para dejarme en ridículo, ha dicho un secreto mío como si me estuviera haciendo la víctima.-Las lágrimas volvieron y volví a los brazos de Pablo.
-Ven, vamos a fuera. Necesitas un poco de aire.
-Tenemos clase.
-No, eso de igual, tu ahora necesitas estar bien.
Esas palabras me derritieron por completo. Entrelace su mano con la mía y los dos nos fuimos al parque. Los dos estabamos en silencio.
-¿Te sentís mejor?-Yo asentí mientras el me acariciaba la espalda.-Voy a averiguar quién hace esas porquerías y te juro que le voy a matar.
-¿Porqué haces esto por mí?-Pude notar como al hacer esa pregunta se puso nervioso.
-No se... Eres una chica simpática, no mereces esto. No mereces nada por lo que has pasado.
-Gracias. Aunque no lo demuestre tu también me pareces muy buena persona.
[...]
Después de esa charla con Pablo me sentía mucho mejor, no sé cómo hace eso chico que cuando estoy con el me siento bien en todos los sentidos. Había hablado con Luján, Mar y Luna. Sabía perfectamente que ellas no fueron, por eso nos dedicamos a intentar deducir quien fue, cosa que no logramos así que decidimos dejarlo así. Solamente quería olvidar lo ocurrido y dejarlo pasar.
Obviamente tuve que ir a clases, no podía faltar. No fue peor de lo que me esperaba pero el hecho que todo el mundo se acercará a mi con un "lo siento" hacia sentirme peor, bueno mejor dicho, el interés; mágicamente todo el mundo se acercaba a mi después de esa noticia, hasta gente que ni sabía que estaban en mi clase.
Pero al fin llego el fin de las clases, sin muchas ganas de hacer nada, me tire en mi cama y me dispuse a escuchar música.
Que aburrimiento.
Era la primera vez que escuchar música no me eliminaba el aburrimiento del cuerpo, así que sin más me levante y me dirigí a la cafetería, a ver si comiendo algo el aburrimiento se iba de una vez por todas.
-Adri.-Me llamaron la atención.-Soy Tomás.
-Ah, sí. ¿Paso algo?
-No, emm...-Se rasco la nuca.-¿Querés salir a cenar?
Yo me lo pensé, no tenía muchas ganas pero al menos mataría un poco el aburrimiento.-Vale.
-Perfecto, en una hora paso por ti.-Pude notar su entusiasmo pero no me quedé mucho tiempo parada, tenía una hora para ver que me ponía y que maquillaje usaba.
Venga unos últimos retoques y ya.
Me estaba maquillando para salir con Tomás, gracias a dios Vico me presto un vestido que le regalo Mía hace tiempo.
-¡Adri, ya estoy!-Escuché a Tomás gritar mientras le daba golpes a la puerta.
Cogí mi bolso para acto seguido abrir la puerta.-Ya estoy.-El al verme se quedó boquiabierto, cosa que me hizo sonrojar.-¿Pasa algo?
El volvió a la realidad.-No, no. Ven vamos.
Agarró mi mano y los dos comenzamos a caminar hacia la puerta, donde nos encontramos a alguien.
-Tommy.-Pablo saludo a Tomás para después verme a mi.-¿Dónde van?
-Vamos a cenar.-Él moreno se veía sonriente.
-Ah, pasarlo bien.-Pude notar en su tono de voz que algo le pasaba. Pero no pude preguntarle ya que se había ido.
¿Celoso Pablito?
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DESTINO || Pablo Bustamante.
FanfictionAdriana, una joven de catorce años y española, es informada de que se va a ir a vivir a Argentina junto a su madre sin saber un porqué. Ella no quería, todos sus amigos estaban en España y tenía que irse a empezar de cero. Menuda mierda ¿no? Lo que...