Capítulo 21

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Porfin eramos libres, después de una semana bastante lagar, el viernes ya llegó.

Luna y yo nos estábamos dirigiéndonos al bar, para almorzar algo. Las dos pedimos un buen plato de pasta, después de una larga semana, merecíamos un premio.

Un par de minutos después de sentarnos Cata nos trajo nuestra comida y las dos comenzamos a almorzar.

-Disculpa-.Una chica de cuarto año se acercó a nosotras.-¿Tú estás saliendo con Pablo Bustamante, no?

Madre mía, en este sitio corren las noticias volando.

-Sí, ¿porqué?

Ella dudó un segundo en hablar, pero al ver mi cara de confusión decidió tomar la palabra.

-No quiero ser una buchona, pero creo que mereces saber esto.

Yo miré a Luna, con una cara de preocupación y a la vez de confusión.

-¿Puedes decirlo ya porfavor?

-Verás... hay una chica de mi curso en la sala de estar que dice que se ha acostado con tu novio a noche.

-¿Qué?

-Perdón por tenerlo que escuchar por mi, pero si fuera yo la cornuda me gustaría que me lo contarán.

Al escuchar esas últimas palabras me levanté de mi asiento y fui corriendo a la sala de estar. ¡Como se podrían inventar algo así!

Sabía perfectamente que Pablo no sería capaz de hacer eso, ¿o no? 

Mierda.

Al llegar a la sala de estar había personas sentadas en los asientos cerca de la televisión, entre ellos algunos de mi curso, todos enfocados en las palabras de una chica, que al instante supe de quién se trataba.

-Chicos mirar a quien tenemos entre nosotros.

Todos se dirigieron sus miradas hacia mí, poniéndome nerviosa. Pero no me detuve y me acerque a la que se estaba inventando todo esto, desafiante.

-¿Qué mentiras estás diciendo de mí?

Ella soltó una carcajada, dejándome confundida.

-¿Mentiras? Solo digo la verdad, otra cosa es que no quieras aceptar que tu novio te haya engañado.

-Pablo jamás haría eso-.Me defendí, cerrando los puños con enfado.

-Eres una estúpida, ¿te piensas que eres especial? Nena el que es mujeriego una vez lo sigue siendo siempre.

Al escuchar eso último no pude más y me tire encima de la chica, comenzando una pelea. Todos nos rodearon, observando atentamente la pelea.

Estaba encima de ella, con una mano agarrando sus brazos mientras que con la otra la llenaba de puñetazos y bofetadas. Pero ella no se quedó atrás, soltando mi agarre y comenzando a darme puñetazos.

Las dos seguíamos peleando, enfurecidas, hasta que sentí como alguien me rodeaba la cadera con sus brazos, levantándome del suelo. Era Pablo. Yo intentaba deshacerme de su agarre, pero el me lo impidió, y justo antes de salir de la sala grité amenazante:

-¡A la próxima no dudaré en partirte la cara hija de puta!

Y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, jamás me había peleado con alguien y menos así. No entendía lo que me había sucedido, estaba asustada y a la vez me sentía mal, sentía impotencia.

Pablo me llevó a mi habitación y me sentó en la cama, el se sento en frente mía y comenzó a secar mis lágrimas con sus pulgares.

-Cuando Tomás me contó lo que estaba sucediendo no dudé en ir. ¿Estás bien?

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora