Capítulo 20

1.1K 52 7
                                    

Siempre quise saber como se sentía una persona al estar enamorada. Desde pequeña veía a otras parejas juntas y me preguntaba cual era ese sentimiento y porfin, pude saberlo.

Por fin, después de meses luchando por nuestro amor y por nuestros sentimientos, Pablo y yo estábamos juntos.

Sí, como suena, juntos. Ni siquiera yo me lo creo.

Pablo y yo somos novios, Pablo y yo somos novios...

-Adri-.Una voz masculina me sacó de mis pensamientos.-¿En qué pensás?

-En nada.-Mentí.-Cosas mías.

Los dos estábamos sentados en el césped del jardín del colegio. Descansado, yo estaba sentada entre las piernas del rubio mientras el me acariciaba el pelo suavemente, cosa que me encantaba.

-¿Sabes una cosa? Cuando te vi pensé que ibas a ser una grasa y me ibas a caer mal como tus amigas.-Confesó, riendo.

-Ey, ¿ya empezamos con las agresiones?

-¡No!, no lo decía de esa forma. Pero ahora que estamos juntos, solo quiero estar contigo.

Me puso el pelo hacia un lado para comenzar a darme pequeños besos en el cuello.

-Yo también pensaba lo mismo de ti, pero ahora se que me equivocaba y quiero aprovechar todo el tiempo que pueda para estar contigo.

Yo me giré y acto seguido junte mis labios con los suyos, en una cálido beso con mucho deseo.

-Te quiero.

-Yo también, Pablo.

-¡¿Adriana?!-La voz de mi madre hizo que los dos nos separemos, avergonzados.

-¡Mamá!, ¿qué haces aquí?

-¡Pues para hablar de tu cumpleaños que es en menos de dos semanas!

Con todo lo que había sucedido estas semanas se me había olvidado que en nada cumplía quince años, genial.

-¿Cómo?-Pablo estaba confundido.

-Paren los dos un segundito, yo os acabo de pillar juntos. ¿Se puede saber quién es este chaval Adriana?

-Este es un compañero de clase, Pablo, y es mi... mi novio.-Solté, dejando a mi madre sorprendida.

-Bueno mucho gusto Pablo, yo soy Elizabeth, la madre.

Se presentó y los dos se dieron los típicos dos besos en forma de saludo.

-Y ahora tú y yo vamos a hablar de tu cumpleaños, me tienes que decir donde quieres celebrarlo y todo. Vamos.

Me agarró del brazo y me llevo a la sala de estar, donde las dos comenzamos a planear todo. A pesar de que le insistiera a mi madre numerosas veces que no quería hacer una quinciañera, ella insistió, pues es una tradición muy famosa en latinoamerica.

[...]

-Pero no te enfades.-Me senté en su cama, en frente suya.

-No estoy enfadado, solo me molestó que no me dijeras nada.

-Lo siento. ¿Me perdonas?

Los dos nos miramos unos segundos y luego nos unimos con un largo beso, del cual nos separamos por falta de respiración.

-Claro que te perdono. Tampoco tenías nada por lo que disculparte. Pero ahora dime, ¿qué día es?

-Es el seis de octubre, como cae justo el viernes lo voy a celebrar ese mismo día, en un local a unos quince minutos de aquí.

-¿Y que querés que te regale?

-No necesito que me regales nada, con uno de tus besos me sobra.-Dije y el me volvió dar un beso, esta vez más tierno.-Pero un bolso igual no estaría tan mal.

Los dos reímos.

-¿Te he dicho que te amo?

-Como unas tres millones de veces desde que comenzamos a salir.

Avancé unos centrimetros más y los dos comenzamos nuevamente a besarnos, esta vez yo había tomado la iniciativa. Conforme el tiempo iba pasando el beso se intensificaba, hasta que quede encima de Pablo. Los seguiamos con ansias, desde hace tiempo llevábamos deseando poder hacer esto.

-¡Aflojen un poco que parecen animales!

El grito de Tomás al entrar nos separó y yo me sonroje.

-¿Y a vos que más te da? Es mi novia.-Se defendió Pablo.

-A mi me da igual tarado, como si quieren hacer un hijo aquí mismo. Pero al preceptor no, y tampoco le hará mucha gracia al chancho.

-Tiene razón, yo mejor me voy.

Me despedí de Pablo con un beso y me retire de la habitación, en dirección a la mía.

-Hasta que se te dio por aparecer.-Dijo Marizza sarcástica-¿Dónde has estado?

-Con Pablo.

Contesté sin importancia y me dirigí al armario para sacar mi pijama.

-¡No puedo creer que hayas estado todo el día con el He-man trucho!

-No le digas He-man trucho. Dile: tú novio Pablo.

-Pero si Pablo no es mi novio.

-No idiota, mí novio Pablo.

Las tres se quedaron confundidas, mientras yo me ponía el pijama.

-Para, hay algo que no nos has contado.-Habló Luna.

-¡Estoy de novia con Pablo!-Grité emocionada.

Luna y Marizza gritaron emocionadas, mientras Luján nos miraba asqueada.

-¿Porqué nos miras así Luji?, ¿no te alegras por mi?

-¡Claro que me alegro por ti! ¿Pero tenía que ser el muñeco de plástico?

Las tres reímos y después de hablar de todo lo que había pasado, nos fuimos a dormir.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.








DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora