Capítulo 28

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Quisiera pensar que la vida es un sueño,
pero el dolor que siento al no tenerte, me hace ver lo cruda que es la realidad.

7:30 a.m

Había sido la primera en despertarme. Me encontraba en el jardín, sola, pensando.
Siempre me ha gustado pensar en la soledad, apreciando mi alrededor, y sin interrupciones.

Estaba amaneciendo, los colores amarillos y naranjas que desprendía el cielo mientras el sol ascendía me iluminaban el rostro, mientras que la leve brisa abanicaba mi pelo, el cual estaba amarrado por una goma de pelo.

Era mi penúltimo día en Argentina. Me resultaba casi imposible que en tan solo un curso, había vivido más cosas que las que viví desde que nací.

Sin duda acaba este ciclo con un sabor de amargor y también uno de dulzor.
Por un lado había aprendido lo que es el verdadero amor; es que llega de repente y sabes que jamas se irá, ese que te hace querer despertarte todas las mañanas sin ninguna pega solo para verle, ese amor especial.
También por primera vez en mi vida había tenido una amistad, una verdadera, en este colegio hay mucha gente superficial, niños a los cuales nunca les ha faltado nada...Cuando entre por las puertas del colegio pensaba que iba a estar sola, que no iba a hacer amigos, pero el ahora acabar el curso con las mejores amistades que he podido tener en la vida me ha enseñado algo; No juzgar a las personas por la primera impresión.
Y también aprendí a dejar cosas a atrás y que las cosas pasan por algo.

Sin duda me iba a costar un montón subirme a ese avión de vuelta a España, sin no poder pensar en todo lo que he vivido. Tenía miedo de volver y que todo sea diferente, que todos cambien y quedarme atrás, pero no puedo mentir, por primera vez en mi vida quiero que el verano pase rápido, solamente para poder volver a ver a todos, y sobretodo a él.

Estos últimos días habían sido sin duda los mejores: La fiesta de cumpleaños de Mía y Marizza, el fin de La Logia, el primer concierto de Erreway...Entre muchas otras cosas que han sucedido.

Ayer todos estaban locos planeando algo muy especial, la boda de Nico y Luna, algo raro, ya que se van a casar a los quince años y ellos no lo saben. Pero así somos los de tercer año, nos gusta hacerlo todo sin pensarlo dos veces.

Oh Luna, como la iba a echar de menos. Mañana sería el último día que la vería, pues después me voy a España y el siguiente curso ella no estará...
Sin duda iba a echarla muchísimo en falta, ella es mi primera mejor amiga.

-¡Adriana, Adriana!-Los gritos de Marizza me sobresaltaron, devolviéndome a la realidad.

-Buenos días Adriana, yo estoy muy bien, ¿y tú?-Respondí, claramente bromeando.

-No hay tiempo para eso...Ha habido un cambio de planes, la boda será hoy.

-¡¿Qué?!-Grité-¡No tengo ni el vestido!

-No hace falta, hemos decidido que iremos todos de blanco. Mira este es el plan...

[...]

Nos encontrábamos todo tercer año en la playa, sinceramente, no sabía el nombre, pero era realmente bonita.
Todos estábamos esperando a la llegada de Nico y Luna, ansiosos por ver su reacción.

-¿Sucede algo?-Me preguntó Pablo, mientras se colocaba a mi lado.

-Solo pensaba...-Hice una breve pausa para tragar saliva.-En Nico y en Luna.

-Se que te pasa algo más, llevas toda la mañana muy fría y distante.

Lentamente se acercó y se puso detrás mía, para luego agarrar mi pelo suelto y posarlo en mis hombros hacia un lado, y comenzó a dejar pequeños besos en mi hombro desnudo, erizándome la piel.

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora