La cálida brisa de Buenos Aires azotaba suavemente el pelo castaño de Adriana, mientras esta, junto a los demás pasajeros bajaba del avión.
Agarro su pequeña maleta y comenzó a caminar hacia las afueras del aeropuerto, en busca de un taxi.
-Buenas tardes, ¿sabe dónde está ubicada esta calle?-Preguntó amablemente al primer taxista que encontró.
-Sí claro, está a media hora de aquí. ¿Desea que la lleve?-Ella asintió, subiéndose en el asiento de detrás del conductor.
Mientras que el señor conducía, Adriana apreciaba las vistas a través de la ventana del coche, con nostalgia, pues le recordaron a la primera vez que llegó a Buenos Aires.
Mientras tanto pensaba en todas esas personas que fueron sus amigos el año pasado, y se imaginaba en cómo habrían cambiado.
Una pequeña lágrima cayó de su ojo, recordando al rubio que se ganó su corazón y del cuál desde que se fue no supo nada.
"Te prometo que te llamaré y te escribiré todos los días." Esa fue la promesa que le hizo el rubio a la castaña, la cuál, no cumplió. Adriana se sentía un poco decepcionada, pero no podía quejarse, ya que ella también pudo haberlo llamado, pero jamás lo hizo.
El sonido de su teléfono la sacó de sus pensamientos, obligándola a cogerlo ya que sabía de quien se trataba.
-Hola Adri, ¿llegaste bien?-La voz del moreno la sobresalto, provocándola una leve sonrisa.
-Sí, sí, ya estoy en un taxi en dirección a tu casa.
-Intenta llegar lo antes posible, él ya está sospechando.
Y justo antes de que pudiera responder, Tomás colgó y cinco minutos después llegó a su destino.
Agarró su maleta y pagó al taxista, para luego dirigirse a la puerta trasera de la casa del moreno, tal y como habían acordado.
Hace un par de semanas, cuando Adriana todavía se encontraba en España, Tomás la llamó para hacerle una sorpresa a su novio. Para que saliera todo bien, engañaron a Pablo diciéndole que la castaña llegaría una semana después de que iniciaran las clases.
-Buenas tardes señorita.-Una señora abrió la puerta.-Soy la mucama, Tomás me dijo que cuando llegases te llevara a su habitación.
Adriana asintió y las dos se dirigieron al cuarto de este, donde dejo su maleta.
-¡Adri!-El gritó agudo de Tomás la sobresaltó, provocando que la recién nombrada diera un pequeño salto.
Los dos sin pensarlo se unieron en un tierno abrazo, parecía que hace años que no se veían, cuando en realidad no se habían visto en un trimestre.
-Que susto me has dado.-Fue lo primero que Adriana dijo al separarse del abrazo.-Te veo más alto...y estás muchísimo más bueno que él año pasado.
Los dos rieron y el moreno se puso levemente sonrojado.-Tú también has cambiado un montón.-Dijo este, refiriéndose al cuerpo ya bastante desarrollado de su amiga.-Y tú pelo...¿Qué te has hecho?
-Me hice unas mechas, ¿te gustan?
-Estás divina.-Respondió, esbozando una sonrisa.-Bueno cámbiate ya que Pablo seguro que estará buscándome por todas partes.
Tomás se retiró de la habitación y Adriana comenzó a cambiarse, poniéndose un bañador bastante atrevido y cambiando sus zapatillas por unas chanclas.
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DESTINO || Pablo Bustamante.
FanfictionAdriana, una joven de catorce años y española, es informada de que se va a ir a vivir a Argentina junto a su madre sin saber un porqué. Ella no quería, todos sus amigos estaban en España y tenía que irse a empezar de cero. Menuda mierda ¿no? Lo que...