Capítulo 26

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Otro día nuevo comenzaba en el Elite Way School y está vez de los últimos pues solo quedaba una semana para las vacaciones.

En estas últimas semanas habíamos hecho ya todos los exámenes finales, así que solo hacía falta esperar para las notas y ya seríamos libres.

Por todos los pasillos la gente comentaba lo que harían estas vacaciones, algunos visitaban nuevos países, otros iban a los pueblos de sus abuelos y algunos se quedaban en el colegio, pues sus padres no podían llevarlos de vacaciones por el trabajo.

Yo, sin embargo, no podía parar de pensar en otra cosa que no fueran mis padres. Bueno, mejor dicho, mi madre y ese hombre.
Hoy por la mañana Pablo y yo regresamos del hotel temprano para poder comenzar las clases, me sentía mucho más relajada, pero no lograba sacar de mi mente lo que sucedió ayer.

Bep, bep, bep...

El molesto sonido del despertador de Luna me sacó de mis pensamientos, al igual que despertó a mis otras compañeras de habitación.

-¡Luna apaga esa porquería!

Gritó Marizza, molesta, y Luján también se quejó.

-Perdón chicas, es que había quedado en cinco minutos para hablar con Nico.

Rápidamente se levantó de la cama y comenzó a caminar en dirección al armario, para luego sacar el uniforme y dirigirse al baño.

-¿Qué le pasa al carpincho ese?, ¡Son las siete de la mañana!

Luján se refirió a Nico, haciéndonos reír a Marizza y a mí.

-Bueno, yo también me voy, que tengo que llamar a mi mamá para arreglar algo de mi cumpleaños.

La pelirroja se levantó de la cama y salió de la habitación, dejándonos solas a Luján y a mí.

-¿Te pasa algo Adri?, te veo callada.

-Nada, problemas familiares.-Intenté restarle importancia.

-Cuéntame, sabes que puedes confiar en mí.-Se levantó de su cama y se sentó en la mía.

Yo suspiré, cansada de guardarme todo lo que me sucedía.

-Mi padre ha vuelto.

Solté de forma rápida, sorprendiendo a mi amiga.

-¿Pero no estaba en España?

-Todo era una puta mentira Luján. Nos mudamos aquí a Argentina porque mi padre se mudó aquí, ellos decidieron retomar su relación y yo como una idiota pensando que veníamos por el trabajo de mi madre.

No pude controlarme más y lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.

-Lo siento mucho Adri, te juro que lo hago.

-No lo sientas, tú no. El que lo va a sentir va a ser mi padre.

Luján alzó una ceja al escuchar mis palabras, provocando mi risa.

-¿Qué tienes planeado?

-No voy a vengarme, pero voy a actuar como si no me importa nada de lo que está pasando.

-Pero si te importa... No puedes ocultar sus sentimientos, si lo haces llegará un punto en el que explotarás.

-Ya lo se, pero no quiero que me vea sufrir porque se que eso es lo que quiere.

Luján tenía razón, no podía guardar mis sentimientos. Pero mi orgullo no me permitía que ese hombre me viera llorar o simplemente sufrir, solamente actuaré como que nada me afecta.

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora