Capitulo 4

246 17 1
                                    

PERSPECTIVA DE ADRIANA

Pablo,
Probablemente después de leer esta carta querrás buscarme, para hablarme e intentar arreglar las cosas, pero créeme que todo esta mejor así.
No puedo defraudar a mi padre, y tampoco quiero que estés perdiendo el tiempo conmigo. Los dos sabemos que aunque nos queremos mucho jamás podremos estar juntos.
Si, soy una cobarde. Una cobarde por no luchar por mis sentimientos, pero no quiero que te pase nada.
Te quiero, recuérdalo.

Adriana.

-¿Porqué no bajas a desayunar?-Rápidamente arrugué la pequeña hoja, tirándola a la basura que tenía al su lado.-¿Pasa algo?

-No, nada.-Conteste, nerviosa.-Estaba haciendo unas tareas.

Lentamente sentí como Pablo se iba acercando a mi, dejando cálidos besos en mis hombros hasta llegar a mi cuello.

-Pablo...-Intenté llamar su atención, no quería esto.

-¿Qué pasó?

Iba a darme otro beso, pero lo esquivé, levantándome de silla y dirigiéndome a la puerta de la habitación.

-Nada, no estoy de humor, es eso.-Tomé un suspiro y abandoné la habitación.

[...]

-¿Todo bien?

La suave voz de Laura me sacó de mis pensamientos, dirigiendo mi mirada a la suya.

-Sí, solo pensaba...

Con una leve preocupación en el rostro, se sentó en una silla junto a la mía.-No se te ve una cara de estar muy bien.

Un poco agobiada, suspiré, no me apetecía hablar con nadie sobre mis problemas. Yo puedo sola, no necesito la ayuda de nadie, siempre pude sola.

-Ya, igual necesito dormir más.-Mientras intentaba buscar una cosa me levanté, no quería que todo el mundo me preguntara sobre mi estado.- Estoy cansada, creo que lo mejor será tumbarme un rato. Nos vemos.

Claramente me sentía mal por haber dejado así a Pablo y a Laura, pero no podía hacer nada.
Llevaba toda la semana pensando en lo que había sucedido, intentando evitar a Sebastián, pero sabía que este es mi destino y que por mucho que quiera no podré evitarlo.

Así que mejor empezar a asimilarlo y aceptarlo.

-Adriana.

La figura de Sebastián me impidió el paso.

-¿Qué quieres?-Conteste de mala gana.

-Mis padres quieren conocerte, han organizado una cena hoy a las nueve.

-¿Porqué? Ni si quiera somos pareja.-Contesté confundida.

-Adriana, no hagas las cosas difíciles, sabes perfectamente lo que tenemos que hacer y porque lo hacemos. Simplemente acéptalo.

Con esas últimas palabras, se fue, dejándome con la palabra en la boca. Me hubiera gustado decir que me había dejado confundida, pero Sebastián tenía razón, sé a la perfección de lo que me esta hablando.

Las clases concluyeron como de normal. Intenté evitar cruzarme o hablar con alguien, especialmente con Pablo y Sebastián, no tenía ganas de nada.
Simplemente con el hecho de tener que irme a cenar con sus padres en diez minutos me pone de los nervios.

Mientras miraba como las agujas del reloj se desplazaban, me iba clavando con las presión las uñas en mis palmas de las manos, dejando la piel de mis nudillos completamente blanca por la presión. Hasta que escuché como se abría la puerta de la habitación.

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora