Capítulo 22

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Dos semanas después...

Las dos últimas semanas, por parte del colegio, fueron bastante normales. Los mismos horarios, las mismas clases... Solamente esperaba a que llegara el fin de semana para luego volver a empezar la semana de nuevo, básicamente, un bucle.

En esta semana nuevas cosas habían sucedido, y algunas habían empeorado, creo que todos sabemos a lo que me refiero; La Logia.

Ese grupo de cobardes de cursos posteriores a nosotros que se encargan de hacer la vida imposible a los becados sin ninguna razón, sí ellos. Lo poco que me habían contado Marcos, Nico y Manuel sobre el tema bastaba para saber que eran unos monstruos. Me habían contado que les torturaban de maneras horribles, obligándoles a hacer dolorosas y asquerosas pruebas para que no les hicieran daño. Sinceramente me parecía repugnante.

Y sobre las nuevas cosas que habían sucedido; ¡Nico y Luna ya estaban oficialmente juntos!

Luna me había contado que los dos aclararon las cosas y se pusieron de novios, claro, en secreto. Sólo lo sabíamos los de clase, pues para su familia Nicolás seguía saliendo con Tatiana. Aunque a Luna le costó mucho afrontarlo e intentar tener una relación con alguien que se da besos con otra chica, sabía que Nico lo hacía por su familia y que él solo la amaba a ella.

En dos días era mi cumpleaños, estábamos ya a jueves y a pesar de que en breves iba a ser mi  cumpleaños, no sentía nada de entusiasmo ni nervios. Ya no me sentía como cuando era pequeña y esperaba todos los años hasta que llegara esa fecha y poder ver a toda mi familia, ya no. Y eso me ponía triste, pero sabía que eso formaba parte de crecer y que ya no era una niña.

Estaba en mi habitación, mirándome en el espejo. Tenía puesto una camiseta de tirantes que se pegaba a mi figura y unos pantalones pitillo de tiro bajo.

Ayer antes de dormir, me bajó, sí algo que jamás pensé que pasaría paso. Al principio me quería morir, sentía que me estaba desangrando y tenía miedo de pedir ayuda. Pero Luna, mi salvación, supo perfectamente lo que me estaba sucediendo al tan solo mirarme a los ojos y me ayudo, explicándome todo lo que tenía que hacer y tranquilizandome. Al final esto es algo normal, ¿no?

Continue mirándome el cuerpo en el espejo. No se si era yo, pero veía como me había desarrollado notablemente, respecto al año pasado, mi aspecto había cambiado un montón. Ya no me veía como una niña, ahora sí me veía como una mujer.

Sentí a alguien observandome, parecía una locura pero desde siempre supe notar cuando alguien estaba mirándome durante un buen tiempo. Comencé a buscar a través del reflejo del espejo de quien se trataba, y ahí lo vi.

-¿Pablo?, ¿Me estabas espiando?

-¿Qué? ¡No, no!-Intentó mentir mientras se rascaba la nuca.-Bueno sí, es que te ves tan hermosa.

Se acerco lentamente a mi, mientras yo lo miraba por el espejo. Se colocó detrás mía y rodeó sus brazos por mi cintura, dejando cálidos besos en mi cuello.

-Bueno Pablo, relajate que en cualquier momento pueden entrar las chicas.-Lo separé.

-Y a mi que más me dan esas, sos mi novia y yo te voy a besar cuando me apetezca y donde me venga en gana.

Yo reí, me encantaba que fuera así conmigo. Me hacía sentir querida.

-¡Pero no esta bien eso de espiar, imagina que estaba desnuda!-Me separe de él, poniéndonos cara a cara.

-Bueno mejor, así me darían ganas de espiarte más.-Se volvió a acercar y me agarró la mejilla para luego darme un pequeño beso.

-Que pervertido eres. Pero imagina que no soy yo la que está desnuda, si no alguna de mis amigas.

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora