Capitulo 3

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Ring ring...

Los ojos de Adriana se abrieron rápidamente al escuchar el tono de llamada, ¿Quién podría estar llamando a estas horas?, definitivamente mataría a quien fuera que me estuviera llamando.
Antes de que mis compañeras de habitación se despertaran por el molesto sonido, agarre el teléfono e intente enfocar mi mirada en la pantalla para ver quien podría ser.

Llamada entrante de "Padre".

Mierda.

-¿Qué quieres?-Contesto irritada mientras miraba el reloj, eran las siete de la mañana.

-Ey...Esas no son formas de contestar a tu padre.

-Pues no haberme llamado, ademas, tú no eres mi padre.-Dije mientras me levantaba de la cama para seguidamente salir de la habitación, así no irrumpía el descanso de mis amigas con mi voz.

-Adri, ya hemos hablando de esto...Soy tu padre, te guste o no.-Trago saliva y volvió a dirigirse al teléfono.-Tienes quince minutos para bajar a la sala de estar, tenemos una pequeña sorpresa para ti.

¿Sorpresa?

-¿Cómo puedo saber que es una sorpresa y no una trampa?

-Adriana, no seas tonta y haz caso a tu padre. ¿Quieres?

Adriana, ya fuera en el pasillo, colgó a su padre y comenzó a dirigirse hacia donde el índico. Odiaba tener la presencia de su padre cerca, pero si le hacía caso e iba igual su padre desaparecía de su vista un rato.

-Que sea rápido porfavor, no tengo todo el día.-Dijo Adriana una vez llego a la sala de estar.
Pero al fijarse mejor, se quedó paralizada.
-Espera...¿Quién es ese?

-Hija, no seas una maleducada y saluda bien a Sebastián.-Regaño su madre.

Adriana, rondando los ojos, fue y saludó al chico tal y como indicó su madre, aún con la duda de quién era.

-Bueno cariño, este es Sebastián, tu nuevo amiguito.-Presento su padre, Adriana se dio cuenta de su intención.-Es el hijo del señor Martínez, ya sabes, el dueño de las grandes bodegas de Argentina.

-¿Y a mi que me importa este?

Adriana era consciente de que sus palabras no estaban siendo las más adecuadas, pero ella estaba empezando a sospechar sobre las intenciones de su padre. En cambio, Sebastián simplemente sonrió vacilante, como si no le importara la forma en la que Adriana se refirió.

-Bueno, te debería de importar, porque desde ahora va a estudiar contigo en este colegio-.El padre se fue acercando levemente a Adriana, hasta llegar a su lado.-Y créeme, te conviene que os llevéis bien.-Dijo en un susurro, para que solo lo escuchara ella.

Después de eso Sebastián y la madre de Adriana se dirigieron a la salida, dejándola a ella y a su padre a solas.

-Padre, ¿me puedes explicar que acaba de pasar?

-Creo que hemos sido bastante claros.

-Padre...

-Adriana, sabes lo importante que es para mi el negocio, necesito que te lleves realmente bien con ese muchacho. Necesitamos la ayuda de su padre.

-¿Te refieres a que...

-Sí, quiero que estéis juntos.

El corazón de Adriana se paró por unos segundos, intentando asimilar todo lo que acababa de suceder.

-¿Qué hay de Pablo?

-Bueno, va siendo hora de que te vayas alejando de él, le dije a Sebas que estás soltera y únicamente para el. Así que te doy esta semana para que busques la mejor forma de terminar con él. ¿Entendido?

Adriana se acercó a su padre, enfrentándolo, se negaba rotundamente a estar con alguien simplemente por beneficios de su padre.

-¿Te piensas que porque aparezcas un día para hacer el rol de padre voy a hacer todo lo que me pidas?, porque si piensas eso, déjame decirte que estás muy equivocado.

Se dio media vuelta para dirigirse a la puerta u abandonar la habitación, pero de repente sintió un fuerte agarre en su brazo, que la obligó a presionarse en la pared.

-Mira, no te he preguntado ni te he pedido tu opinión al respecto, así que por tu bien deja de ser una estúpida mocosa y empieza a hacer caso a tu padre. Si no, te tendrás que adaptar a las consecuencias, ahora si...¿Lo entiendes?

-Deténte, me estás haciendo daño.-Dijo, emitiendo dolor a través de su voz.

Sin embargo en solo le apretó más el brazo.

-Te estoy haciendo una pregunta.

Antes de que pudiera continuar hablando, el sonido de la puerta abriéndose detuvo a su padre, haciendo que a Adriana se le escapara un pequeño gemido de alivio por que se detuvo la presión en su brazo.

Los dos giraron hacia donde provenía el ruido, era Rocco. Una vez que él entró, el padre de Adriana salió, dejándolos a los dos solos en la pequeña habitación.

-Hey...¿Todo bien?, parecía realmente enojado.

-Emm, yo... debería ir a cambiarme.

Dejando a Rocco confundido, Adriana se fue, dando un portazo, abrumada por la situación.

A la mierda.








HOLAAAA
Primero que todo, perdón, mil perdones.

En los últimos meses no he tenido nada de inspiración para escribir y tampoco mucho tiempo, pero poco a poco intentaré volver.

Muchas gracias a todos por seguir leyendo y comentando mi historia, aunque no responda, que sepáis que leo todos vuestros mensajes.

Besosss

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora