Capítulo 2

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-Señorita, ya llegamos a su destino.

La áspera voz del conductor sacó del pequeño trance a Adriana, quien se había quedado embobada admirando el edificio desde la pequeña ventana del coche.

Después de tiempo, había vuelto al sitio donde todo comenzó. Mejor dicho, dónde lo bueno comenzó.

Al ver que el señor no tenía bastante tiempo, bajo del coche para dirigirse al maletero y poder sacar sus maletas.

-¿Necesitas ayuda?

Una voz de detrás suya la asusto, pero rápidamente se tranquilizó al ver que era...

-Perdón...¿Cómo te llamabas?

-Francisco, pero para ti Fran.

Sin más rodeo el de ojos verdes agarró las maletas de la chica, y comenzó a caminar hacía la puerta del instituto.

Adriana, al ver su movimiento inesperado, no tuvo más remedio que perseguirlo, rezando porque no se encontrarán a Pablo en la puerta.

Y como si de una manifestación se hubiera tratado, los pensamientos de Adriana se hicieron reales. Pablo estaba en la entrada del instituto junto a Tomás y a más alumnos, la mayoría de cuarto año.

Adriana, intentando evitar una muy probable pelea se abalanzó sobre Pablo, intentando distraerlo y que no viera a Francisco llevando sus maletas.

-¿Que cariñosa estás hoy eh?

-Te he echado mucho de menos.-Dijo intentando disimular para luego volver a estampar sus labios con los del rubio.

-He mirado las listas y ya se tu habitación, te llevaré las maletas para que no tengas que cargar con tanto peso. ¿Te parece?

Como no, Francisco y sus encantos tuvieron que romper el momento. Adriana como si de una bomba se tratara, giró su cabeza para mirar a Pablo, quien estaba echando humo por las orejas.

-¿Qué hace este idiota con tus maletas?

-Pablo, te juro que apareció de la nada y se ofreció a llevármelas y no me pude negar, son gigantes.

-¡Para eso me tienes a mí!

-¡No sabía que ya habías llegado!

-Bueno yo voy subiendo.-Volvió a hablar Fran, esta vez recibiendo una mirada fulminante de parte de Adriana.

-Tú no vas a entrar a la habitación de mi novia jamás. ¿Entendiste? Así que ahora dejas esas maletas donde están y te largas.

Saltó Pablo a la defensiva y Francisco entendió bien que si se quedaba allí le desfiguraría la cara, así que no tuvo más remedio que obedecer las órdenes del rubio e irse.

-No te enfades que es el primer día, ya te he dicho que lo siento.

-Vale te perdono, pero como vuelva a pasar algo así con ese le parto las piernas.

Los dos rieron, y se unieron en un beso, que no duró mucho debido a la inesperada llegada de alguien, que se llevó la atención de todos, incluso de Pablo.

-¿Hola?

Adriana intento volver a llamar a Pablo, pero al ver que el se quedó paralizado mirando a una misma dirección decidió girarse para ver de quien se trataba.

Sol Rivarola. Rubia teñida, modelo y claramente guapa. Parecía maja.

Automáticamente Adriana, un poco celosa y decepcionada decidió irse, para que el rubio se diese cuenta de su molestia. Pero ni se inmutó.

-¡Adri!- Una dulce voz conocida la sacó de sus pensamientos, obligándola a detenerse. Era Pilar,   la cual venía con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola, ¿qué tal?, ayer no te vi donde Tomás.

-¿Qué hubo en casa de Tomás?, ni me invitaron.

Ups...

-Tranquila casi no invitaron a nadie.- Mentí.-¿Qué tal las vacaciones?

-Bastante bien la verdad, en el Caribe.-Dijo sonriente mientras se acomodaba el pelo.

-Una cosa...si no es molestia ¿Me podrías decir dónde está mi habitación este año?

-Si claro, las vi esta mañana.-Las dos comenzaron a caminar en dirección a las habitaciones de mujeres.-Ahora las habitación son de cuatro y la de Mía de cinco, a ti te ha tocado con Marizza, Luján, Laura y Fernanda.

-¿Laura?

-Es la chica nueva, le dieron la plaza de Luna ya que ella se fue.

Durante las vacaciones Luna y Adriana hablaron un par de veces, aunque no lo demostrara a Adriana le dolía mucho su decisión, pero en cada llamada está apoyaba a muerte a su amiga y le ocultaba su tristeza algunos días, para que Luna no se deprimiera ni se arrepintiera de su decisión.

-¿La echas de menos verdad?-Pregunto Pilar.

-Sí, ella es mi mejor amiga...Pero si ella decidió eso es porque quería ser feliz y si ella es feliz yo también.

Las dos caminaron un poco más y ya llegaron a la habitación de Adriana, en la cual efectivamente ya se encontraban sus maletas gracias a Francisco.

Pero no se detuvo mucho tiempo ahí dentro porque como no, Luján y Marizza estaban discutiendo con Fernanda y tampoco quería meterse en peleas.

Salió de su habitación y comenzó a pasear por
todo el colegio, había cambiado demasiado. Iba mirando distraída por todos los lugares nuevos y antiguos hasta que sin querer se chocó con un chico.

Pelo negro con peinado bastante extraño, pulseras y collares góticos, y unas prendas bastante góticas también. Muy atractivo la verdad.

-Perdón, voy súper distraída, ¿estas bien?

-No te preocupes, solo fue un golpe.-Dijo riendo.-Soy un mal educado perdón, me llamo Rocco Fuentes Echagüe y soy nuevo en este colegio.

-Encantada Rocco, yo soy Adriana y llegue a este colegio el año pasado.-Los dos se observaron de pies a cabezas.

-¿Te gusta Nirvana?-Pregunto el chico, mirando a la camiseta que llevaba la chica.

-Me encanta, ¿a ti?

-Loca, no sabes con quien estás hablando.- Los dos se sonrieron.-¿Te apetece dar una vuelta por el Elite Way school con este rockero?

-Me encantaría, vamos.

Y por fin, después de unas horribles vacaciones, Adriana sonrió un poco y se divirtió. Igual Rocco podría ser un gran comienzo de amigo, ¿no?





Holaaaaaaaa

Pido disculpas por la tardanza, prometo estar más activa pero es que he tenido muchísimas cosas que hacer... Pero bueno, ¿os está gustando el comienzo? Sabéis que me podéis dejar ideas en los comentarios.

DESTINO || Pablo Bustamante. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora