🍁• հօղҽվ ҽվҽՏ

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Holaaa
Aquí Evie de nuevo.
Regresé, no me maten... y con un nuevo capítulo y mi salud echa un asco 🐌

Disfrútenlo ✨
Gracias por seguir leyendo ;w;
No lamento el suspenso que están a punto de tragarse <3

° • ° • ° • ° • ° • °

—¡¡Hey!!

Kai se despertó escuchando pronunciar su nombre de quien más dulce tenía la voz: Jay. Su sonido lo aturdió apenas su consciencia volvió.

Aun sin abrir los ojos, buscó la boca de Jay para poner su mano sobre ella.

—¡Estás vivo! —lo oyó decir, con la voz ahogada por la palma de Kai.

Tenía razón. Estaba vivo. Pero ¿qué había pasado? ¿Todo... había sido una simple pesadilla?

Kai separó los párpados y se encontró con Jay mirándolo con los ojos bien abiertos. Quitó la mano de Kai de sus labios, pero no dijo nada más.

—¿Qué pasó? —se llevó la mano que no tenía la saliva de Jay a la cabeza. El aturdimiento era más fuerte que cuando se encontraba, supuestamente, en el sueño de Lloyd.

—Te... desmayaste treinta segundos, amigo. Iba a decirle a los demás que también habías muerto, pero... no dio tiempo.

Broma. Ja, ja. Bueno, eso indicaba que Jay estaba aliviado y que no había causado muchos problemas mientras estuvo ausente... Ninguno de los dos.

Kai se sentó en el suelo. Se dio cuenta de que estaba cerca, muy cerca del precipicio. Sintió una punzada en la columna y retrocedió unos centímetros.

—Jay...

—Oye, ibas a caer. De no ser por mí no la habrías contado.

Iba a espetar amgo. Entonces reparó en lo que estaba en juego. Si de verdad todo había pasado...

—¿Lloyd ya despertó? —preguntó, repentinamente más despierto.

—Ah... No lo sé —Jay frunció el entrecejo—. ¿Por qué la pregunta?

—Lloyd me... Vamos, ven.

Kai se puso de pie rápidamente, ignorando el mareo, y se apresuró a ir dentro de la cueva, no sin algo de torpeza. Jay protestó y lo siguió, tratando de mantener el ritmo que el contrario llevaba con prisa.

○ • • ♋︎ • • ○

Puso un pie dentro del interior de la cueva y se detuvo.

Al mirar a Lloyd, no supo si en realidad se alivió... o si el alma se le había caído a los pies.

Zane aguardaba al lado del niño, paciente, sin delatar sus pensamientos, seguramente midiendo los signos vitales de Lloyd con el sensor en sus ojos.

Había dejado de recoger la sangre; el flujo había cesado, la herida se cerraba al cubrirse con escamas negras. Cole, por su parte, aguardaba a un lado de Lloyd, acostado en horizontal delante de su cabeza, profundamente dormido.

Kai suspiró y avanzó lentamente. Jay llegó detrás de él y también vaciló antes de seguirlo de cerca, con las manos cerradas en puño.

Zane levantó la mirada. Cole no se inmutó.

Kai vio el rostro de Lloyd: ya no se veía tan relajado como antes; apretaba los ojos. Movía la punta de los dedos por medio de pequeños ticks, aún enfrente de su cara, y respiraba entrecortadamente, como si ejerciera algún esfuerzo que nadie veía.

Jay susurró algo. «Está vivo», entendió Kai.

Que Lloyd se moviera era una buena señal. Sin embargo, a Kai le preocupaba lo que había visto antes.

La mente de Lloyd, lo que sentía y veía en su interior era oscuridad. La luz escaseaba. Y lo que era peor... Lloyd debía hacer frente a su lado Oni. Kai sabía que era fuerte... pero en aquellos momentos se veía tan cansado que dudaba que pudiera con aquella maldad, sólo propia de los Oni. Podía rendirse y al final convertirse en uno de ellos... o dejarse consumir por ella sin ser susceptible a su honor.

... y, de cualquier forma, dejarlos.
Dejar el monasterio, dejar a sus hermanos.

No...
No podía. Lloyd no lo haría.
A Kai le asustaba lo posible que esto era.

Sin embargo, ahora lo que importaba era que sobreviviera. Tanto la herida como algunas partes dañadas de su cuerpo (su tobillo, por ejemplo) se cubrían de un negro sutil; pero no uno muerto: uno vivo, como el que los Oni reflejaban. Mas las pecas doradas y sus vivas alas se mantenían. Y, más importante, su aspecto aun más joven estaba intacto.

¿Oni o dragón?
¿Era posible que Lloyd lograra mezclarlos?
No era claro. ¿Acaso estaba en sus manos el decidirlo?

Sin saberlo, Kai se había quedado paralizado, pensando todo esto. Nya fue la que lo sacó del aturdimiento, subiendo la pendiente e irrumpiendo en la escena, trayendo algunas velas más para iluminar la noche muerta. Al parecer, no era la primera vez que subía. Quizá la última.

—¿Qué pasó, hermano? —le preguntó, extrañada por la mirada que ambos, Jay y Kai, traían.

—N-nada —Kai sacudió la cabeza y se acercó a Zane, ignorando el miedo que sacudía sus músculos—. ¿Puedo?

Zane asintió y Kai se sentó junto a él, diciéndose a sí mismo que asimilara todo lo que había visto dentro de la mente de Lloyd.

—Nya —Jay sonrió de oreja a oreja, súbitamente esperanzado.

La chica dejó las velas a un lado en el suelo y le sonrió a Jay. Él se acercó y le dio un beso en la mejilla, feliz.

¿Por qué el entusiasmo?
Jay sabía que su yang era algo temperamental cuando estaba frustrada. Verla de nuevo, más relajada, siempre lo aliviaba. Sentía que si ella era feliz de nuevo, él podía serlo también, a pesar de lo malo de la situación.

Así de simple.

Nya lo tomó de la mano y lo llevó unos pasos adentro para que se sentaran junto a Cole y pudieran relajarse.

Claramente, no iba a ser posible.

Jay se tropezó con una piedra suelta dentro de la cueva, que en ella parecían abundar. Nya no lo sujetó lo suficientemente fuerte y él se soltó. Cayó, por suerte, con las manos en la piedra.

Un pequeño gesto de susto ante la caída salió de sus labios y resonó dentro del lugar.

Por instinto, miró hacia Lloyd, pues había caído enfrente. Aunque no lo había tocado, Jay se puso nervioso. Querían que despertara, ¿no? Para ser sinceros, el chico le temía a aquella forma más poderosa de su amigo...

Se relajó en cuanto no vio más movimiento de parte de Lloyd. Era mala señal para él; no se dio cuenta de que en realidad era porque el niño ahora era consciente de su cuerpo.

Lo próximo que Jay vio fueron sus ojos color miel abrirse frente a él.

El pequeño movimiento lo había despertado.

🖤 ° Nɪɴᴊᴀɢᴏ | Oɴɪ ʏ Dʀᴀɢᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora