🍁• ϲօʍҽ հօʍҽ...

472 51 15
                                    

Para cuando Kai llegó con Lloyd era demasiado tarde.

El chico aterrizó en el suelo con estrépito. La tierra se partió y su ira se reflejó en sus ojos.

Kai no supo qué hacer. Se percató demasiado tarde que lo que había hecho había sido en vano. ¿Tratar de hablar con un Oni? ¿Pelear con él tratando de someterlo para traerlo a casa? Sí, claro. ¿En qué estaba pensando? Su comunicador estaba hecho pedazos a sus pies. Las sombras nuevamente se arremolinaban en torno a él. Y, a metros de su cuerpo, se hallaba Lloyd, sin memoria, completamente... Oni.

Por un momento, Kai se fijó en las sombras y casi creyó que Lloyd estaba allí para defenderlo de ellas, pues ahí en donde él pisaba, esas cosas huían de él, como escalofriantes esclavos oscuros.
Pero no eran más que fantasías suyas.

Lloyd atacó primero. Levantó una mano al cielo y las sombras se alzaron hacia Lloyd, como un mar de aguas negras que se alza al cielo. Después apuntó a Kai y éstas atacaron.

Frías como hielo, rozaron la piel de Kai justo antes de que lograra saltar a un lado. Aterrizó con un solo pie y poco le faltó para perder el equilibrio y caer de bruces en el suelo. Kai miró en donde las sombras lo habían tocado. Su piel en esa pequeña parte se había tornado negra y los bordes de la herida -si así podían llamarse- se habían pintado con morado con un brillo morado, como papel que se quema al fuego.

Comprendió con sorpresa que en realidad no le había dolido, pero había perdido el tacto completamente en esa parte. Si las sombras lograban tocarlo en el cuerpo sería inútil: se convertiría en una masa humanoide negra incapaz de hacer nada.

La sola idea le provocó escalofríos.

Aquellas sombras eran más peligrosas que cualquier otro elemento, incluso más que el poder dorado que Lloyd había compartido con todos años atrás... ¿Cómo combatir con ese niño dulce que una vez había sido?
Kai era incapaz de hacerle daño. Sin importar cuánto se esforzara, seguiría viendo a aquella dulce persona tan especial para él... No, no podría herirlo. No.

La misión de Kai era devolverlo a la normalidad, devolverle su tierna sonrisa y con ella la alegría que a Kai le daba estar con él. Ésa sería su motivación para vencerlo.

Kai tomó valor y frunció el ceño. Su mano estalló en llamas y lanzó una llamarada de fuego con su mano derecha hacia el Oni. Sin embargo, no pudo evitar ver el rostro asustado de Lloyd detrás de aquella máscara. Su coraje flaqueó y Kai titubeó. Lloyd evadió el fuego cubriéndose con sus alas negras. Al hacerlo, hizo una mueca de dolor casi propia de Lloyd. Kai dedujo que no había sido por el fuego; los Oni eran inmunes. Debía acercarse para ver qué andaba mal, pero Kai quitó la idea de su cabeza. No podría acercarse aunque quisiera, ni tampoco se dejaría ayudar.

Tal vez podría tomarlo como ventaja unos segundos para lograr llevarlo al monasterio. Odiaba el plan de Zane, pero era la única alternativa si querían volver a ver al Lloyd que conocían.

El ninja trató de convencerse de ello.

Kai lanzó otra esfera de fuego hacia Lloyd. El chico pareció titubear antes de decidir que esta vez no usaría las alas. Lanzó un gruñido furioso y las sombras formaron una barrera protectora entre Kai y Lloyd.

Kai aprovechó el momento. Avanzó lo más sigilosamente posible por un costado, con cuidado de evadir las sombras. Vio que algunas tocaron la piel en las manos de Lloyd, pero a diferencia de la de Kai éstas no le hacían ningún daño. Era comprensible. No ser inmune a tu propio poder sería ridículo.

Kai se situó detrás de Lloyd y lanzó una llamarada hacia el bosque para distraerlo lo suficiente para observar. Al ver la espalda de Lloyd no pudo evitar hacer una mueca de dolor también. Su piel alrededor de las alas, dejada al descubierto por la camisa rasgada, estaba empapada de sangre. Kai no vio ninguna herida al descubierto, lo cual lo desconcertó.

No tuvo tiempo para observar más. Lloyd se dio cuenta de que su oponente estaba detrás y lanzó un temible rugido que le heló la sangre a Kai. Las sombras tomaron rápidamente los pies y muñecas del ninja, y lo inmovilizaron. Kai forcejeó con ellas, pero era inútil.

Lloyd retrocedió dos pasos. Seguía sin delatar ninguna emoción en su rostro, pero sus ojos seguían siendo la clave de lo que sentía, como siempre. La niebla se disipaba en los ojos de Lloyd. Por un momento, Kai logró ver el mismo color verde esmeralda de siempre. Fue cuando el chico cerró los ojos y se llevó dos manos a la cabeza, sacudiéndola como si algo le doliera.

Kai dejó de forcejear.

-¡Lloyd, escúchame! -gritó con todas sus fuerzas.

Lloyd, aún con las manos en la cabeza, abrió los ojos de golpe, como si hubiera recibido una puñalada, y miró directamente a los de Kai. Era él. Su brillo verde había regresado, ahora en unos ojos vidriosos.

Kai se dio cuenta de que todo lo que había ensayado se le había olvidado.

-Lloyd... -empezó-, sé que no recuerdas quién eres. Tienes que escucharme.

Lloyd volvió a sacudir la cabeza. Cada palabra que pronunciaba resultaba dolorosa para él. Kai se preguntó si era porque recordaba su voz y ésto afectaba de alguna manera su parte Oni. Si así era, tal vez había manera de devolverlo a la normalidad sin el horrible plan de Zane.

-Yo soy Kai Smith -aunque no había sido su intención, lo dijo de manera solemne-. Soy un ninja, ¿recuerdas?, así como todos nuestros hermanos. Tu nombre... es Lloyd Garmadon. Saliste huyendo esta mañana de la ventana, ¿puedes acordarte de eso?

La cara de Lloyd reflejó su miedo en su rostro. Esa era buena señal. Significaba que aún no era completamente Oni. Pero en él reflejó tanto miedo que Kai se quedó mudo. No podía decir otra cosa. ¿Qué saldría de su boca si estaba así de nervioso? Estaba solo, con su mejor amigo convertido en Oni presentando probablemente una fuerte amenaza para Kai y para Lloyd mismo. Su comunicador había fallado. Lloyd estaba herido, y casa palabra que decía Kai lo lastimaba cada vez más.

-No... no te preocupes -logró decir-. No fue culpa tuya.

Kai se detuvo a mirar las sombras que lo mantenían cautivo. No se habían extendido más allá de sus muñecas y tobillos, pero tampoco aflojaban su amarre. Kai temía lo que podían hacerle, pero más a lo que ya habían hecho.

Trató de dejar su temor a un lado para seguir hablando.

-Lloyd... todo está bien. N-nadie te culpa de haber salido huyendo, ni tampoco tenemos miedo de ti. ¡Todos te estamos buscando, queremos que vuelvas con nosotros! Por... por favor... vuelve a casa.

🖤 ° Nɪɴᴊᴀɢᴏ | Oɴɪ ʏ Dʀᴀɢᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora