🍁• ʍօօɾíղց ϲհɑíղ

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Para entender lo que había sucedido, era necesario hacer un recuento de todo lo ocurrido de un momento a otro.

Algo dentro del monasterio había estallado. Un vehículo —uno considerablemente pequeño para un equipo entero— salió disparado desde la primer entrada —la que daba paso al comedor y la sala— hacia la segunda —la entrada del monasterio—, llevando consigo una parte de la pared. Pasó a un lado del Oni, que desde abajo seguía gritando a Kai y Lloyd con furia, y luego se dispuso a salir.

El Oni tomó una de sus cadenas, que colgaban a ambos lados de su cintura, y alcanzó una de las pequeñas llantas del vehículo, lo cual significaba dos cosas: el Oni sabía perfectamente que los ninjas ya no estaban bajo su control y el vehículo estaba hecho no para ir por tierra, sino por aire.

Lo segundo que pasaba era esto: el amarre de Lloyd hacia Kai flaqueaba.

El brazo de Lloyd ardía tan terriblemente como si un ácido se hubiera introducido a sus venas, y viajara libremente por casi todo su cuerpo. Seguía goteando aquel líquido dorado. A Kai le habían caído algunas gotas en el cabello.

Las alas del niño se batían cada vez más levemente. Kai, al ver esto, se dio cuenta de que en algún momento caerían, y él no podría hacer nada al respecto. Dos ninjas desplomándose frente a un Oni que aprovecharía cada segundo para cumplir su objetivo...

—Vamos abajo —le dijo Kai, mirando abajo—. Distraeré al Oni mientras tú los llevas a un lugar seguro.

—Como ha funcionado antes —refunfuñó Lloyd con voz apagada—. ¿Qué hay de la cadena?

—¿Cómo la cortaste hace rato?

—Con sus propias garras. Es lo único tan fuerte como para destruirlas —Lloyd parecía ahogar el miedo y el dolor en su voz—. Haremos esto: te bajaré con ellos y tú los llevas a salvo.

—¿Qué? ¡No! Así no era...

Entonces bajaron en picado y Kai lanzó un grito de asombro. Volvió a abrir los ojos: había caído sobre el techo del vehículo de los ninjas, aún luchando por salir del agarre del Oni. Lloyd siguió en el aire; trataba de distraer al monstruo.

Kai se apresuró. El vehículo lanzaba impulsos hacia adelante y hacia atrás dependiendo de quién era más fuerte en el momento, ambos forcejeando por ir a un lugar en específico, por lo que era difícil moverse estando arriba.

El ninja mantuvo las rodillas puestas en el techo y avanzó con cuidado hasta llegar a un costado. Pensaba en que debería deslizarse por él para hallar una entrada. No fue necesario. Había encontrado una entrada: una compuerta allí, a unos metros de distancia frente a él.

El vehículo dio otro impulso hacia adelante y Kai se volvió para ver a Lloyd. El niño ya no se movía tan rápido como antes, pero parecía poder mantenerse en el aire un poco más. El Oni se había distraído con él y comenzaba a flaquear su amarre hacia los ninjas.

Kai gateó con rapidez hacia la compuerta. Estaba cerrada con seguro.

Dio dos golpes en ella para avisar al equipo, rogando que trataran de escapar y no yendo por refuerzos. Otro golpe. Y otro. No había respuesta.

Entonces se oyó un golpe detrás y el grito de ambos, de Lloyd y del Oni, llenó el aire. Kai volteó la mirada. La cadena de la criatura se había enganchado nuevamente en el pie de Lloyd, pero éste lo usaba a su favor: comenzó a dar vuelta tras vuelta en torno a él, y la cadena púrpura —no entre dorada y verde como la que había usado para derribar a Kai— estaba apresando a su propio portador.

El Oni lanzó un bramido de furia y Lloyd se detuvo a taparse los oídos con las manos, aún sujeto de la cadena pero a unos metros de distancia del Oni. Aquel objeto parecía ser eterno. No importaba cuánto tirara de ella, sólo se estiraba. Un amarre eterno para ambos.

La compuerta se abrió junto a las manos de Kai. Zane estaba debajo; había hallado la manera de abrirla.

—¡Vamos, entra! —le urgió Jay desde dentro.

Kai miró a Lloyd una vez más y tomó valor para entrar. Todavía no se rendiría. No lo dejaría allí.

Cayó torpemente en el suelo. Zane cerró la compuerta, pues el techo era bajo y él era el miembro más alto del equipo.

Todos estaban dentro. Ninguno tenía los ojos púrpura, lo cual arrancó un suspiro de alivio de los labios de Kai.

—¿Estás bien? —preguntó Nya.

—¡¿Qué rayos está pasando?! —gritó Jay.

—¿Dónde está Lloyd? —interrogó Zane, seguramente analizando ya la situación.

—¿Y qué es esa cosa? —habló Cole, al volante del vehículo, aparentemente en contra de su voluntad.

Kai trató de explicar todo de la manera más breve posible: el hecho de que Lloyd sabía que los Oni vendrían, lo que había causado el Oni y lo que había que hacer para salir de ese lugar.

—Lloyd distraerá al Oni para que suelte la cadena —Kai buscó alguna ventana en donde pudiera verlo—. Pero no sé cómo lo hará y no creo que resista mucho tiempo.

El vehículo era reducido. El techo era bajo y sólo había una ventana grande: una delantera en donde el conductor veía al frente.

—¿No hay forma de cortarla? —sugirió Nya.

—Es demasiado resistente. Sólo las propias garras del Oni la pudieron cortar.

—Espera, espera —interrumpió Jay—. ¿Me estás diciendo que Wu es un Oni?

—No estoy seguro, Jay —explicó Kai—. Aparentaba serlo, creo. Pero entonces... lo sé qué sucedió para que cambiara de forma de un momento a otro.

—Los Oni tienen poderes de camuflaje —dijo Zane, ayudando a Cole con los controles, aún forcejeando con ellos—. También mentales, supongo, para que nos pudiera controlar de esa manera. Incluso a un nindroide como yo.

—Entiendo —Kai se llevó la mano al mentón—. Iré allá afuera a tratar de ayudar. Lloyd no me dijo en dónde podíamos estar seguros, pero si una cosa es segura es que no podemos quedarnos aquí.

—¡Lo haríamos si pudiéramos! —replicó Jay—. Pero hay una pequeña cadena que nos impide salir.

—Sí, pero-

El vehículo se movió bruscamente hacia adelante. No era nada nuevo, pero se habían movido unos metros hacia adelante: la cadena había soltado la rueda.

—¡Rápido, vámonos! —Jay dijo.

—¡No, espera!

Nadie escuchó a Kai.
Él quería volver con Lloyd, pero todos los demás sabían que si no se iban inmediatamente correrían aún más peligro. Además, Lloyd contaba con ventaja para defenderse. Un detalle más: Kai había olvidado decir que el niño estaba herido.

° • ° • ° • ° • ° • °

Uuh, suspenso, jsjs.

Ahora sí sé qué hacer en el siguiente capítulo... así que me disculpo si este ha quedado algo tenso, pero era necesario para la parte próxima.

Lamento la demora, no me había sentido bien incluso como para escribir. Pero ya estoy aquí ^.^

En fin...
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🖤 ° Nɪɴᴊᴀɢᴏ | Oɴɪ ʏ Dʀᴀɢᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora