🖤 ° Nɪɴᴊᴀɢᴏ | Oɴɪ ʏ Dʀᴀɢᴏ́ɴ

🍁• ʍɑ́Տ ɑӀӀɑ́ ժҽ ղմҽՏԵɾօՏ օյօՏ

Kai suspiró.
Había sido un día tan largo.

Durante horas había esperado la llegada de algún enemigo. Kai estaba convencido de que algo más había obligado a Lloyd a bajar. Él no lo haría sólo para atacarlo. Aunque fuera parte Oni, nadie en su sano juicio habría aterrizado de aquella manera. Definitivamente la caída le había lastimado. Y luego... el fuego que en sus ojos se encendió... le arrancó parte de él de una manera grotesca. Aquello no se elegía.

Sólo tenía una conclusión: alguien más sabía que Lloyd era parte Oni... y no tenía buenas intenciones.

—¿Pensando en lo que vamos a hacer? —la voz de Jay sacó a Kai de sus pensamientos.

El ninja del fuego volteó a verlo. Jay se dejó caer en el sillón a su lado.

—¿A qué te refieres?

—Con Lloyd.

Jay bostezó.

Kai miró a Lloyd. Ahora mismo estaba dormido. Era la primera vez que lo veía relajado desde que todo resultó... así. Respiraba tan lento que incluso temía que dejara de hacerlo. Pero, como le había dicho Zane, era de esperarse que durmiera tanto después de todo el asunto. Justo después de entrar al monasterio, cuando Cole recostó a Lloyd en el mismo lugar en el que había estado ya bastantes horas, el chico se había quedado dormido.

Era extraño.
Kai juraba que se le veía diferente.
Algo estaba a punto de cambiar en Lloyd... y eso lo ponía nervioso.

—Se quedará aquí —respondió—. Aprenderé a controlar todo esto.

—Oye, lo dices como si estuvieras solo —Jay se estiró, despreocupado. Se inclinó a ver a Lloyd y sonrió—. Y no dije que se fuera a ir.

—Entonces...

—Quería decir que qué vamos a hacer con Lloyd, sabio. Es que... ¡míralo! Un ninja mitad Oni. ¡Eso promete muchas cosas!

Jay tenía la misma mirada loca de Lloyd cuando sonreía. Kai se dio cuenta de cuánto extrañaba esa sonrisa... pero viniendo de Jay resultaba aun más inquietante.

—Pero ¿qué quieres...?

—¿En serio no se te ocurre nada en esa cabecita tuya? ¡Lloyd puede volar, hombre! ¡Imagina todos los lugares a los que nos podrá llevar! Además, tiene poderes increíbles que pueden destruir todo tipo de cosas —Jay alzó el puño, simulando una pose heróica—. Podrás engañar a los demás diciendo que la grieta de allá afuera que me impidió salir por un helado hace rato no fue obra de Lloyd, ¡pero yo sé que mientes!

Kai le puso la mano en la boca.

—¡Jay! ¡Shhht! Lo vas a despertar.

—Haces más ruido tú que yo.

Jay levantó una ceja y sonrió de nuevo. Kai apartó la mano de su boca.

—¿Es que le temes? —dijo Jay—. ¡Vamos! Es Lloyd. Él no sería capaz de hacernos nada. Y mucho menos a ti. ¡Eres como su... como su hermano mayor!

Kai se cruzó de brazos.

—No le temo. Es sólo que quiero que descanse para...

—Mientees —canturreó Jay.

Kai gruñó.

—Jay, si no vas a ayudar, déjame entonces descansar a mí.

—¿Y por qué en el sillón?

—¡Estoy cuidando a Lloyd!

—¿Pero de qué, Kai? —gritó.

—¡No lo sé! ¿Okey? —Kai se puso de pie en un movimiento repentino—. ¡Algo está allá afuera! Lloyd está fuera de control. Todo este poder lo debilita y no podemos hacer nada al respecto. ¡Quiero estar todo lo que pueda con él para guiarlo por el camino correcto!