VII

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Observó la cicatriz que tenía en su hombro y miró desconcertada al alto castaño detrás de ella, que se reflejaba en el espejo.

—¿C-Cómo...?

—Fue instintivo, tú te pusiste receptiva, y en ese momento no pude pensar, sólo dejé que todo fluyera, y... Te marqué —murmuró lo último.

—¿Cómo que me marcó? ¿Qué significa esto?

—Eres mía, mi compañera, y todos los nuestros, ahora lo saben, porque tú aroma está mezclado con el mío, hueles a mí.

—¡¿Me está jodiendo?! —le gritó girándose para mirarlo de frente—. ¡¿Cómo se le ocurre hacerme algo así?! ¡Yo ni entiendo de estas cosas! Sé que usted es diferente, que no es un cien por ciento humano, pero yo sí lo soy ¡No soy de su especie!

—Sí lo eres, no pura, pero lo eres.

—No, no lo soy.

—Sí lo eres, Vesnia.

Vesnia.

Cerró los ojos al escuchar nuevamente su nombre retumbar en su interior, provocándole aquella corriente en el cuerpo.

—Tus instintos permanecieron dormidos porque no eres pura, y los despertaste de forma inconsciente cuando nos conocimos. Cuando te marqué, ayudó a que tú puedas-

—Espere, no diga más nada, porque estoy mareada —le dijo cubriéndose los ojos—. C-Cada vez que usted dice mi nombre, algo extraño... Me ocurre.

—¿Qué sientes?

—Me paralizo, siento como un choque eléctrico que me recorre de la cabeza a la punta de los pies, y no puedo hacer nada. Y ahora mi piel comienza a quemar nuevamente.

—Reaccionas a mí.

—No hable como si fuéramos animales.

—No lo somos, pero tenemos sentidos mucho más sensibles y desarrollados que el humano común, Vesnia.

—¡Y-Ya señor, Wildwolf! No diga más mi nombre —le pidió apretando los dientes.

La tomó del rostro, y ella jadeó, aún con los ojos cerrados.

—Abre los ojos.

Negó con la cabeza, negándose a hacerlo.

—Vesnia abre los ojos.

Y no pudo negarse a aquello, haciéndolo. Era como si él tuviese control sobre ella ahora, sobre su cuerpo.

—Dí mi nombre.

—Señor Wildwolf, no-

—Samir, dilo.

—S-Samir.

Y lo sintió, ella tenía razón, era una corriente que le corría el cuerpo por completo, pero en su caso, más que paralizarlo, sólo lo excitó. Gruñó, pegando su frente a ella, sintiéndo como la respiración de Vesnia se aceleraba, jadeando.

—Vesnia, quiero follarte —gruñó contra sus labios.

Ella lo tomó de los brazos, temblando, asistiendo con la cabeza.

—Sí, señor.

—Pero no podemos —gruñó—. Te asustarías, porque tú no entiendes sobre nuestra unión, y-

—Samir quiero que lo hagas —jadeó contra sus labios, rozándolos con los suyos—. Quiero ser tuya.

Y sí, la orden funcionaba en ambos sentidos, ni ella podía negarse a él, ni él a ella. La tomó por debajo del trasero, y la besó de forma violenta, mientras Vesnia se abrazaba él.

La llevó hasta la cama y se apoderó de su cuello, rompiéndole la ropa de un sólo tirón, excitándola aún. Bajó a sus pechos, y la jovencita cerró los ojos, jadeando, acariciándote el cabello. No podía pensar en nada más.

Ni siquiera en el hecho de que iba a tener sexo con un tipo que conocía hacía tres días atrás.

🌕🌕🌕


"—Lo siento, lo siento.

Lloró contra el hombro de él, temblando, abrazada a su espalda, y se mordió el labio inferior para no volver a gritar cuando sintió el miembro de él palpitando en su interior.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

Negó con la cabeza, sollozando. Dolía horriblemente aquello. ¡¿Por qué demonios no le había explicado que la unión era como la de los perros?! ¡¿Cómo diablos ella iba a saber que iban a quedar "pegados" hasta que la base de su pene se deshinchara?

Y todo lo empeoraba porque ella era virgen."

Se observó en el espejo del baño, luego de haber tomado una ducha mientras ella dormía... Había marcado y unido a una mujer que no tenía idea de nada.

Se sentía un abusador.

Cerró los ojos y apoyó su frente contra el espejo.

Había hecho todo mal, no sé suponía que las uniones se dieran así. Durante la unión es cuando el macho marcaba a la hembra, haciendo menos traumática ambas cosas, pero él había hecho todo mal con Vesnia.

De sólo recordar su llanto, sus ojos cristalizados, sus gemidos de dolor, le dolía horrible el pecho, porque su dolor, era el suyo también.

Sentía la misma angustia que ella.

Salió del baño y fue hasta la cama. Había estado llorando aún dormida al parecer, tenía rastro de lágrimas recientes por las mejillas.

Se acostó a su lado y le acarició suavemente las mejillas, secando las lágrimas. Sí, era verdad, sus latidos estaban sincronizados ahora, sus corazones estaban unidos.

Y sintió como el suyo se estrujaba, junto a el de ella, escuchándola jadear luego.

—Vesnia lo siento tanto —pronunció bajo, acariciándote el cabello—. No quería herirte, lo juro.

La acercó a su cuerpo y la abrazó, besando su frente, apoyando su cabeza sobre la de ella luego.

—El dolor pasará pronto, lo prometo.

...

Gracias a todas las que están aquí apoyando el libro, comentando y votando 🥺❤️❤️🌕🐺 las amo!! Será una historia corta, es por eso que quizás parece que avanza muy rápido.

Pero espero poder escribir uno segundo, si es que le gusta la idea de una nueva serie, con historias más largas como las de Bestias 💜

VesniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora