XXII

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—Fue una pérdida de tiempo, lo siento.

—Está bien, ambos creímos que nos darían respuestas, y sólo nos juzgaron —pronunció con fastidio, acostándose en la cama.

—Hablé con algunas personas mientras dormías, y me dijeron que hay una ruta para salir de aquí, en dirección contraria por dónde nosotros llegamos. Creo que será la mejor opción para retomar el camino a casa.

—Hablando de eso ¿Dónde nos quedaremos a vivir, Samir?

—A dónde tú quieras. Si quieres podemos quedarnos aquí en el bosque o regresar a la "civilización" —sonrió, acostándose junto a ella.

Ella miró hacia arriba, pensativa.

—Creo que podemos quedarnos un tiempo acá.

—De acuerdo, pero antes de ir a la cabaña, iremos a la ciudad. Necesitas que te hagan una revisión médica, ver el estado del embarazo, para luego... Hacer la interrupción.

—Sí.

—Mañana a primera hora saldremos de aquí, intenta dormir —le dijo abrazándola a él.

Vesnia se acostó a su lado, apoyando su cabeza en el pecho de él, antes de abrazarlo también y cerrar los ojos. Sí, se sentía bien tenerlo de ese modo, le traía calma.

***

Su respiración se hizo errática, sintiendo como su piel comenzaba a quemar. Se sentía mareada, aturdida, sin saber dónde estaba o hacia donde se dirigía.

Escuchó el llanto de una criatura, e intentó abrir los ojos, viendo todo borroso.

—Samir —lo llamó, dando pasos torpes hacia la sombra que estaba delante de ella.

El llanto se hizo más intenso, y se arrodilló en el suelo, al sentir sobre sus ojos una luz intensa que le hizo cubrirlos con una de sus manos.

Cuando sintió la luminosidad disminuir, bajó su mano, vislumbrando un alto árbol delante de ella, de hojas con forma de corazón con un color verde de un lado, y blanco del otro.

Observó confundida el árbol, y luego el llanto de un bebé la hizo bajar la mirada, encontrando dos criaturas en el suelo, completamente desnudas, sollozando.

Se quitó rápidamente la camiseta que llevaba puesta, y los cubrió a ambos, mirando desesperada hacia sus lados. ¿Dónde demonios estaban los padres de esos niños? ¿Cómo diablos los habían dejado allí solitos?

—Shh, tranquilos, todo está bien —les dijo con algo de dificultad, tomándolos en brazos a ambos—. ¿Quién los dejó aquí? Son muy pequeños ambos.

Los acunó en sus brazos, y con cuidado intentó taparlos mejor con su camiseta, sintiendo la piel de ambos contra la suya propia.

—Kaia y Aspen —pronunció en un tono bajo, confundida, antes de mirarlos a ambos—. E-Esos... ¿Son sus nombres?

Observó a ambos bebés que se habían calmado, viendo que tenían el cabello castaño claro, y se estaban tomando de una de sus manitos. Los descubrió un poco, comprobando que eran un niño y una niña.

Vio que aún tenían el cordón umbilical unidos a ellos, y al ver hacia donde se dirigía, sus ojos se abrieron de inmediato, aterrada.

—Vesnia ¿Qué ocurre? —le preguntó preocupado Samir, al ver que ella se sentaba de golpe en la cama—. Amor, tienes fiebre —pronunció tocándole la frente, al sentir su piel arder.

La ayudó a acostarse nuevamente, y luego salió de la cama para volver con un paño húmedo.

—No sé en qué momento te habrá subido fiebre, iré por un médico —le dijo pasándolo suavemente por la frente de ella.

—T-Tuve una pesadilla.

—Es por la fiebre —pronunció afligido—. Esto es mi culpa, por hacerte dormir en la tienda todos estos días. De seguro te enfermaste.

Desvió la mirada hacia él, negando con la cabeza.

—S-Samir, llévame a la ciudad ahora. Necesito un m-médico.

🌕🌕🌕

Le habían realizado un análisis de sangre, uno de orina, y la habían puesto con un suero para tratar la fiebre de Vesnia. Horas después de que estuviera mejor, estable, le habían dado el pedido para una ecografía.

—¿Cómo te sientes?

—Con sueño —bostezó, cerrando los ojos.

Ambos estaban sentados en la sala de espera, y Samir la estaba abrazando a él, mientras ella estaba apoyando su cabeza sobre el pecho del castaño.

—Vesnia Peters, pasa por favor.

La ayudó a ponerse de pie, y entraron al consultorio. El doctor leyó la historia clínica de ella, y le hizo un par de preguntas, antes de pedirle que se subiera a la camilla y se levantara la camiseta, bajándose un poco el pantalón también.

Ella debía tener menos de ocho semanas, por lo que les había explicado que no era segura una ecografía en ese tiempo gestacional para conocer el estado del embrión.

—Lo más probable es que no se vea aún el embrión, pero sí su saco—le dijo colocándole gel sobre el vientre—. Pero sí quieren tener mayor seguridad, podrían pedir una transvaginal, o esperar una semanas más, para la próxima ecografia.

—Aún no sabemos si vamos a tener o no al... A la criatura —le explicó Samir, tomando una de las manos de Vesnia.

—Entiendo, de todos modos aquí no se realizan interrupciones voluntarias de embarazo. Espero se los hayan informado ya —pronunció el médico, antes de apoyar el transductores.

Vesnia observó la pantalla, ignorando la clara molestia del médico cuando Samir le dijo aquello.

—Estás de una seis semanas aproximadamente —pronunció tocando unas teclas.

—¿Entonces no se ve el bebé? —se animó a preguntar el castaño.

—Miren, estás dos manchas negras de aquí, son los sacos —explicó señalando la pantalla—. Aún no se pueden ver los embriones porque son muy pequeños. Pero por una transvaginal sí podrían. Ah, y son dos, claramente.

Samir se quedó aturdido al escuchar aquello... Vesnia por su parte sólo podía mirar el monitor, recordando su sueño.

—Aspen y Kaia —murmuró.

—¿Q-Qué? —le preguntó el castaño.

—Son un niño y una niña, Aspen y Kaia.

...

Aspen: Álamo
Kaia: el nombre Kaia o su variantes Kaya o Kaja, tiene muchos significados en diferentes lenguas y culturas. En este caso, tomaremos como significado él de "hermana mayor" "tierra" "hogar" y "tierra"

VesniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora